La batalla contra Emiliano García Page ya tiene cuartel general y plana mayor. El Emperador Sánchez ha instalado su centro de mando en la plaza de Zocodover en Toledo y ha dejado allí como 'Legatus' de sus legiones a Milagros Tolón, ex alcaldesa de Toledo y su más ferviente partidaria, amén de 'enemiga íntima' del presidente de la Junta. Su nombramiento como delegada del Gobierno en la comunidad es toda una señal y un anticipo de su estrategia.
Emiliano, que lleva nombre de general romano, supongo que sabe bien cómo se las gastaban los emperadores con quienes incurrían en su desagrado y que la cosa no tenía final bueno y entre las dos cosas que había que elegir ninguna era buena. La otra era cruzar el Rubicón, jugarse el todo por el todo y lanzarse a la batalla. Pero me parece a mí que, para eso, amén de llamarse Emiliano, hay que ser de la casta de los Escipiones y no sé si a eso llega.
Lo que ya es un hecho es que la tela de araña contra él ha comenzado a tejerse y que derivadas y a las órdenes de Tolón tendrá cabeza de puente en todas las provincias a través de las subdelegaciones de Gobierno, los 'gobernadores civiles' de aquel entonces, a cuyos nombramientos habrá que estar muy atentos. Ellos van a ser los ojos y el brazo ejecutor del poder sanchista primero como vigilancia y contrapeso al de la Junta de Comunidades y luego como banderín de enganche de quienes quieran comenzar a ir desertando, primero con sordina y cuanto toque la corneta, en tropel y a voces.
Page por su parte parece haber optado por bajar el tono, que nunca ha sido alto, y quizás pensar en una cohabitación con el sanchismo. No lo sé si lo está sopesando. Pero que ni lo sueñe. Sánchez con quienes se le enfrentan es inmisericorde. No hace prisioneros. El solo pacta, mejor dicho, se rinde y entrega lo que sea, cada día un pedazo de nuestra dignidad, aunque alguno ya chorree sangre, como la de Pamplona a Bildu, todo cuanto se le exija excepto su propio trono, a quien puede poner su poder en peligro. Y Emiliano al respecto no tiene baza alguna. No hay diputados más sumisos a Patxi y a Oscar, sus cachicanes, vaya par de dos por cierto, en el Congreso, que los de Castilla-La Mancha. Es como si tuvieran que demostrar cada día lo fieles que son al amo. Y más les vale.
Así que esta es la novedad de la semana. El palacio de Fuensalida ya tiene en Zocodover el centro de mando enemigo, que como bien es sabido no son los peores los adversarios políticos sino los compañeros de partido. Y de partida. Carantoñas entre unos y otros nos exhibirán unas cuantas para las fotos. En ellas no se verán las navajas. Esas, por el momento, las están afilando.
Y mientras en ello están, lo que a los demás nos golpea es la humillación diaria y creciente, el pago, cada día más hiriente, más obsceno y más infame, que ha de pagar España, en su dignidad como Nación, en su soberanía como pueblo, en sus valores y memoria como democracia víctima de los terroristas y los golpistas para que el Emperador siga en la Moncloa.
El martes en el Congreso se convirtió a los separatistas sediciosos catalanes, ya le había eliminado el delito, y ahora se consuma la traición, de delincuentes y convictos, a víctimas y legisladores. Es más, son ellos, y así lo proclamó su representante, con la sumisión y voto favorable del PSOE, quienes señalan por sus nombres en un acto de desafuero inaudito en el Parlamento, los insultan y exigen que sean juzgados quienes los juzgaron. Al presidente de la sala segunda del Tribunal Supremo, el intachable Manuel Marchena, junto con otros de gran rango y prestigio jurídico, como Lesmes o Llarena, que no lo son menos. Las 'comisiones de investigación' ya están aprobadas y las sentencias echadas.
El miércoles se produjo el siguiente pago, la entrega del Ayuntamiento de Pamplona, este directamente como 'impuesto revolucionario' a los orgullosos herederos de ETA. Sánchez justo tras las municipales se ponía en la televisión la gran medalla de haber impedido que Bildu consiguiera la alcaldía.
No cabe ya infamia mayor. Pero la habrá. Oscar Puente ya lo ha anunciado. Bildu, y los terroristas y asesinos que lleva en sus listas, y su enaltecimiento continuo como héroes a los mismos, son ya fuerzas "progresistas" y está muy contento de pactar con ellos.
PD. Una triste noticia que me apena. La muerte de Lorenzo Díaz, compañero de radio en los tiempos en la SER, con Concha García Campoy, con quien estuvo casado y tuvo dos hijos, luego una voz inconfundible en la Cope y Onda Cero, apasionado de la gastronomía, y afincado estos últimos años en Sigüenza (Guadalajara) con quien era su actual pareja, la dirigente socialista Magdalena Valerio. Mis condolencias para ella y para sus hijos.