La plaga de lesiones de larga duración que está sufriendo la parcela defensiva del Real Madrid ha llevado a Carlo Ancelotti a reinventar una demarcación en la que Antonio Rüdiger se ha convertido en un verdadero 'mariscal de campo', que deberá 'apadrinar' a un nuevo compañero como Aurelién Tchouaméni a su lado para el encuentro contra el Mallorca del próximo 3 de enero.

Se le van acabando las alternativas al entrenador italiano, que vio cómo en pretemporada se desplomaba su 'muro' en la portería, Thibaut Courtios, y en el primer partido de LaLiga Éder Militao, un fijo en los últimos dos años junto a David Alaba en el centro de la zaga, que también cayó en desgracia en la última cita en el Santiago Bernabéu del bloque merengue.

Tres roturas de ligamento cruzado en tres baluartes de la retaguardia de los de Chamartín. La mala suerte no está acompañando a un equipo que, contra todo pronóstico, se está sobreponiendo a la tempestad de problemas físicos a base de resiliencia. Ancelotti sabe bien de qué va el tema. A sus 64 años, el de Reggiolo ha capeado ya varios temporales de índole similar en los principales banquillos de Europa. Su especial capacidad para adaptarse a las dificultades y mantener a todos sus jugadores enchufados, sea cual sea el rol que ocupen dentro de la plantilla, está siendo la fórmula del éxito de un conjunto blanco que lidera la competición doméstica y ha pasado como primero la fase de grupos de la Liga de Campeones ganando todos sus compromisos.

Ahora, a la vuelta del asueto navideño, Ancelotti deberá encajar la nueva pieza del rompecabezas. Sin Militao ni Alaba por lesión, y sin Nacho Fernández por sanción, el transalpino recurrirá al que, hasta el momento, no ha faltado en lo que va de temporada: Rüdiger.

Paso adelante

El central germano ha dado un paso adelante en responsabilidad, y eso ha minimizado sobremanera los errores o distracciones que el pasado curso lo relegaron a la suplencia. Su liderazgo ha generado una especie de campo magnético que atrae todos los balones que transitan por la corona del área del Madrid y, ante el Mallorca, el próximo encuentro del conjunto merengue en LaLiga, todo apunta a que Ancelotti le colocará a su derecha a un nuevo compañero.

Tchouaméni, otro ejemplo similar al alemán en cuanto al crecimiento que está demostrando este año, volverá a retrasar su ubicación en el terreno de juego, algo que ya hizo en el Mónaco en alguna ocasión y en la selección francesa por momentos. Será central, una posición que no le gusta, pero contará con el apoyo de un entrenador italiano que es especialmente hábil para que futbolistas fuera de sitio cumplan con sus funciones con nota y sin rechistar.

La madurez del galo se pondrá de nuevo a prueba después de un tiempo alejado del césped por lesión, tras haber comenzado la temporada jugando regularmente en la demarcación de pivote en la medular.