Al «mejor atacante del mundo en su puesto», según describían a Jordi Alba los periodistas alemanes del diario Bild, le va a tocar defender. Básicamente, porque enfrente estará «el mejor atacante del mundo en su puesto», según la misma revista:Achraf Hakimi. Si le añaden a la ecuación de la banda derecha la presencia de un Ziyech inspirado como en sus mejores días en Ámsterdam, el segundo capitán de España está ante un partido de máxima exigencia mental y física:correr hacia adelante (donde sigue siendo un maestro) es muy distinto que hacerlo hacia atrás.
El de Hospitalet ha llegado a Catar con espíritu reivindicativo (Balde e incluso Marcos Alonso han 'usurpado' su carril) a pesar de que él lo niegue. De ahí nació la exhibición ante Costa Rica:originó la jugada del 1-0, asistió a Asensio en el 2-0 y le hicieron el penalti del 3-0;y de ahí nació, ante Alemania, su segunda asistencia del campeonato. «No estoy aquí para reivindicarme ni para mandar mensajes a nadie -dijo recién aterrizado en la concentración-;estoy aquí para intentar ganar el Mundial».
Alba disputa su tercer campeonato y tiene clavada la espina de haber vivido los años de la decadencia tras la gloria. Se estrenó con el éxito de la Euro'12 (de hecho, fue uno de los cuatro goleadores de la final ante Italia), pero las dos Copas del Mundo le han dejado un sabor amargo en el paladar:fue testigo directo del 1-5 ante Países Bajos y el 0-2 ante Chile en Brasil'14, y también en la eliminación en octavos ante los anfitriones en Rusia'18. Precisamente allí, Alba se encontró con Marruecos por primera y única vez en su vida... aunque aquel día, sellado con un 2-2 a última hora (Aspas en el 91), la banda derecha africana era muy distinta a la de hoy.
Velocidad
Nordi Amrabat (hermano de Sofyan, centrocampista que lidera a las actuales 'leones del Atlas') era la pareja de baile del culé hace cuatro años;y el lateral diestro entonces, Dirar, apenas cruzó la línea divisoria. El panorama esta tarde será bien distinto:el '18' tendrá que lidiar con la brutal velocidad de Hakimi al espacio y con la habilidad infinita de Ziyech. La previsión es que la Roja maneje la pelota y se generen espacios a la espalda de la defensa española... y que Marruecos aproveche las cualidades de un especialista en campo abierto (En-Nesyri) y vuelque el campo hacia el costado derecho, donde operan sus mejores hombres.
A sus 33 años, Alba ha tenido que lidiar con muchos partidos como el de hoy. «Estamos preparados. Los veteranos más que nadie», decía Luis Enrique ante el duelo. Precisamente, porque estos lo han ganado todo y tienen ese poso del ganador. A Busquets no le queda absolutamente nada nuevo por ganar... a Alba, el Mundial. «Será difícil, porque hay grandes selecciones, pero podemos hacerlo», vaticinaba antes del campeonato.
De momento, el primer paso de 'la escalera del KO', la segunda fase, le obsequia con una de esas tardes que pueden ser, sin término medio, o un quebradero de cabeza o una oportunidad de oro para marcarse un «sigo aquí» y agrandar un poco más su leyenda.