El Reino Unido arranca una semana tan incierta como decisiva. Los británicos han sido testigos en los últimos días de una sucesión de revelaciones que dejan claro que mientras el país bregaba con las peores olas de la pandemia, los sacrificios que se exigían a la población eran observados con mucha mayor laxitud en Downing Street, la residencia del primer ministro, donde las fiestas y reuniones sociales no echaron el freno en plena pandemia. También esta semana se veía amenazada otra de las mayores instituciones británicas, la monarquía, debido al escándalo de abuso sexual en el que está envuelto el príncipe Andrés. Jaque a dos pilares que amenazan con llevar al país a una crisis institucional sin precedentes.
La semana ha sido especialmente devastadora para el primer ministro Boris Johnson, quien se halla contra las cuerdas, incluso en sus propias filas. Solo el último truco de un prestidigitador acreditado como él podría sacarlo de una situación que ha indignado a todo el país. De hecho, según adelantaron varios medios, el premier estaría planeando para los próximos días la operación limpieza en Downing Street y anunciará medidas como la imposición de la ley seca en el número 10, en la que prohibirá el alcohol, el gran protagonista de los polémicos viernes de vino.
La evidencia de que Downing Street era escenario de celebraciones, en las que hasta llegó a participar el primer ministro en al menos una ocasión, obligó a Johnson a pedir disculpas en el Parlamento y a la reina Isabel II. «El primer ministro está contrito y arrepentido por lo que ha sucedido», aseguró el presidente del Partido Conservador, Oliver Dowden. No obstante, rechaza asumir su responsabilidad y acusa a sus colaboradores más cercanos de no haber sido capaces de evitar las filtraciones sobre los festejos.
Fue bajo el mandato de David Cameron cuando se instauró la tradición de cerrar la semana con el vino de los viernes, pero la costumbre no solo perduró durante la COVID-19, sino que el alcohol pasó de llegar en una maleta a hacerlo en un frigo con 34 botellas.
Si los últimos meses de 2021 ya habían sido complicados para Johnson, con escándalos por corrupción y desgobierno, han sido estas últimas noticias las que amenazan con derribar un Ejecutivo que aún goza de una vasta mayoría parlamentaria y, hasta hace no tanto, del respaldo de la población.
La nación ha vivido una semana marcada por la polémica, pues las fiestas en el seno del Gobierno no han sido el único episodio que parece estar llevando al país al abismo. A estas filtraciones, hay que sumar también el escándalo en el que se encuentra envuelto el príncipe Andrés, al que la Reina Isabel decidió retirar hace apenas unos días todos sus títulos militares por su presunta implicación en un escándalo de abuso sexual a una menor.