Ante los graves hechos ocurridos el pasado 29 de marzo en el Polideportivo Villa de Torija, donde un árbitro y su asistente sufrieron agresiones físicas y verbales durante el encuentro FS Torija - EDB Ciudad de Guadalajara, el Comité de Competición de Fútbol Sala de Castilla-La Mancha anunció la clausura de la instalación deportiva por el periodo de una temporada y multa accesoria, así como la suspensión por tres años a varios jugadores del Torija y a su delegado.
Una vez terminado el encuentro, seguidores del Club y los propios jugadores, tal y como se cita en el acta, estaban esperando a los árbitros, impidiendo su salida del pabellón deportivo. «El tumulto de gente allí formado agredieron, conjuntamente con algún futbolista del club, a los árbitros, dándoles patadas, puñetazos, codazos, llegando incluso a sustraer el teléfono móvil de uno de ellos, que posteriormente apareció destrozado», reza el acta. Añadiendo que «la agresión fue tan brutal que los árbitros tuvieron que ser atendidos en un centro sanitario, y uno de ellos, se encuentra pendiente de intervención quirúrgica, lo que hace prever una situación de baja médica de larga duración».
Entre los jugadores sancionados destaca Álvaro Murillo Bonacho, alcalde de Torija, a quien le cayeron 15 partidos de suspensión. Tal y como recogía el acta arbitral, "Murillo bajó a la zona de banquillos para insultar al árbitro asistente y, más tarde, retornó a las gradas, donde continuó profiriendo insultos de gravedad". Una vez finalizado el encuentro se identificó como el alcalde y ayudó a los árbitros a refugiarse en el vestuario del pabellón, recuperando y entregando el móvil que habían sustraído a uno de los árbitros. "Le pedimos en varias ocasiones que llamara a la Guardia Civil, haciendo caso omiso a nuestras instrucciones" refleja el acta.
Por todo ello, le impusieron de sanción quince partidos. «Se ha tenido en cuenta que no sólo el que el futbolista ahora sancionado estuviera en la grada y bajara de la misma a la zona de banquillos para protagonizar los hechos recogidos en el acta y ahora sancionados, sino también, la pasividad mostrada por dicho futbolista una vez que, tras ser agredidos los árbitros, mostró el mismo para atender su petición de llamada a las Fuerzas de Orden Público», apuntan.