Súper Sara es el título de la serie documental original de Max, de tres capítulos, dirigida por Valeria Vegas, en la que se analiza la vida y el legado artístico de la gran Sara Montiel, una de las actrices más famosas e icónicas de la historia del cine español. Una intérprete verdaderamente adelantada a su tiempo que consiguió dar el salto a Hollywood y codearse con estrellas norteamericanas como Gary Cooper o Burt Lancaster.
La plataforma digital Max estrenará Súper Sara el próximo 13 de junio y TCM, coincidiendo con este lanzamiento, dedica los sábados del próximo mes a recordar a esta gran estrella de nuestro cine con la emisión de algunas de sus mejores películas, como La violetera, Dos pasiones y un amor, El último cuplé y El capitán veneno.
Se llamaba en realidad María Antonia Abad Fernández, pero cuando comenzó su carrera artística tomó Sara como nombre en honor a una de sus bisabuelas y el apellido Montiel por el Campo de Montiel, una comarca cercana a Campo de Criptana, el municipio manchego donde vino al mundo.
Así nació para el cine Sara Montiel, una de las divas más fascinantes y queridas de España. Una mujer que rompió moldes y estilos y que, 10 años después de su fallecimiento, sigue siendo recordada y admirada.
La vida de Sara Montiel fue de película. Nació el 10 de marzo de 1928. Su infancia fue muy humilde, pero ella tuvo un sueño desde pequeña: convertirse en artista. Participó en un concurso de jóvenes talentos en Madrid e hizo unas pruebas para la productora CIFESA y debutó como actriz en 1944 con un personaje secundario en la película Te quiero para mí. Ese mismo año, sin embargo, ya encabezaba el reparto, junto a Fernando Fernán Gómez, del filme Empezó en boda. Posteriormente, continuó trabajando en películas como Don Quijote de la Mancha o Locura de amor.
En 1950 aceptó un contrato para trabajar en México. Allí rodó un total de 15 películas en poco más de cinco años, pero su belleza exótica no tardó en cruzar la frontera de Río Grande. Rodó la película Veracruz a las órdenes de Robert Aldrich y con Gary Cooper y Burt Lancaster como compañeros de reparto. También intervino en Yuma de Samuel Fuller, junto a Rod Steiger. En Hollywood, además, Sara Montiel se casó con el productor y actor Anthony Mann, que la dirigió en Dos pasiones y un amor.
En 1957 rodó la película que la convirtió en una estrella: El último cuplé, un filme que se proyectó en el cine Rialto de Madrid durante todo un año de forma ininterrumpida. Su peculiar sensualidad sedujo al público, en especial la escena en la que cantaba el famoso Fumando espero. Después de este éxito e instalada de nuevo en España, Sara Montiel siguió explotando en el cine la fórmula de la sensualidad sofisticada. Títulos como La violetera o Carmen la de Ronda la convirtieron en todo un mito.
Teatro y televisión
A partir de los años 70 fue abandonando poco a poco el cine, pero su figura siguió estando presente tanto en el teatro, como en la televisión y en el mundo de la música. Pasó de ser Sara Montiel a Saritísima, un apodo que confirmaba su condición ya no solo de estrella indiscutible sino de verdadera diva, un icono de la cultura popular en España. Su fuerte, decidida y libre personalidad se amoldaron al nuevo país que nacía después de la dictadura franquista.
Han sido muchos los actores, actrices y cineastas que han confesado su admiración por ella. Desde Alaska, Bibiana Fernández o Loles León hasta su paisano Pedro Almodóvar, que de niño coleccionaba sus fotos y que le rindió un homenaje en su película La mala educación. Una consideración a la que se suma TCM todos los sábados de junio.