Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


Más sobre el enfrentamiento como forma de hacer política

09/11/2021

Sigo erre que erre con la denuncia de la semana pasada sobre la confrontación y la exageración en el enfrentamiento político, especialmente despreciable cuando se provoca desde el propio gobierno para pagar a su electorado más 'hooligan' o fidelizar a los extremistas que les apoyan.
Muchas veces me he preguntado si en la forma de hacer política que hemos consagrado entre todos, no habrá un interés económico. Verán: como vengo denunciando, la mayor parte de la clase política dedica un porcentaje superior del sesenta por ciento de su tiempo y declaraciones, a la crítica destructiva del adversario, esté o no gobernando.
Los medios de comunicación, por su parte, rara vez tienen ocasión de resaltar los acuerdos y coincidencias, y además es la biblia de los titulares el destacar en cualquier intervención de los responsables públicos solo las palabras que encierren los mayores ataques. Se fuerza incluso el lenguaje para fomentar contradicciones con una sola finalidad: que a todo el mundo le quede claro que unos políticos han dicho de otros lo malos que los segundos son. El mensaje es siempre el mismo: todo es enfrentamiento y desacuerdo. Cuando no es así, no hay noticia. El efecto para la ciudadanía es demoledor, ya que percibe durante años y años una suma de informaciones cuyo fondo es que un representante político, me sea afín o no, hace todo mal. Y así pasa lo que pasa: el descrédito es imposible de levantar porque cuando alguien desea romper este círculo desde dentro se encuentra tanto con el desprecio de los que solo saben hacer política criticando y sin reconocer errores (es más fácil que afrontar problemas a fondo), como con la postergación de los que no venden sus periódicos ni emisiones desde la ausencia de confrontación. La estructura mediática nacional (la regional y local es otra historia), es decir, los poderes económicos que la respaldan, ganan más dinero con la bronca. Prueba de ello es que la incitan cuando no surge. Y es también claro que si ganan dinero es porque a la mayor parte de la ciudadanía, o bien le entretiene más la disputa perpetua, o bien es de una mediocridad tal, que necesita creer que sus representantes son humanamente peores que ella (para consolarse de su existencia y falta de compromiso, no para sentirse bien representados dada la coincidencia de caracteres). Espero que pronto, alguien tenga ocasión de llegar más arriba y comenzar a reconocer errores, a hablar bien del adversario, e ignorar a quienes quieren pelea. Eso sí, veremos qué apoyo mediático recibe. Si alguno de los medios fuera audaz, se daría cuenta que abanderando una información social donde tenga hueco principal el acuerdo y las buenas palabras, también se puede ganar audiencia, anunciantes y dinero. Aquí dejo la idea.