Almiruete

Fernando López Herencia
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La observación en el campo permite captar multitud de acontecimientos

Almiruete

Para los que disfrutamos con cada detalle de lo que acontece en el campo, con sus paisajes, los cambios de estación, el calor y el frío, o el movimiento de la fauna sobre todo de las aves, este agradable pueblo me trae muy buenos recuerdos. Hace años lo visitaba a diario durante la época de la floración de la jara. Mis hermanos y yo teníamos temporalmente colmenas dedicadas a la recolección de polen, precisamente en el tiempo en el que los oscuros jarales palidecen con el blanco de millones de flores.

A las colmenas se les instala en la piquera, por donde entra y sale el llamado caza polen, una especie de rejilla que atraviesan las abejas con las patas traseras cargadas de bolitas de polen que han ido recogiendo en cada flor. Este artilugio tiene debajo un cajoncito donde se va depositando parte de la carga, ya que los agujeros tienen un diámetro lo suficientemente grande para que pasen las obreras. Pero algo de polen siempre cae, sobre todo cuando llegan muy cargadas. Durante todo el día entrando miles de ellas hacen que al final de la jornada nos encontremos un buen puñado de éste preciado compuesto, que es uno de los mejores complejos vitamínicos naturales que se pueden encontrar.

Al final de cada tarde pasaba colmena por  colmena para vaciar los pequeños cajones de polen con el fin de proceder a su secado y posterior envasado. A veces me sobraba tiempo antes o después del trabajo, lo que me dio oportunidad de observar algunas escenas interesante, sobre todo de las aves que habitan en su término. Un día, aprovechando el aumento de las temperaturas en plena primavera, fui a media mañana con idea de hacer un buen recorrido por estos montes y comer disfrutando de la relajante soledad en plena naturaleza, y más en aquellos años cuando aún no existían los móviles. Qué placer estar inmerso por estos pizarrosos cerros, bosquecillos de roble y profundos barrancos recorridos por arroyos de aguas cristalinas.

AlmirueteAlmirueteComo si fuese una pieza imprescindible para el funcionamiento del coche, los prismáticos siempre estaban en el interior. Es algo que siempre recomiendo llevar cuando se sale al campo, pues así no perderemos detalle de todo lo que acontece hasta el límite de su alcance. Así fue en esta ocasión, en la que vi en la lejanía el blanco característico de un alimoche adulto. Me extrañó pues en esta zona no tenía registrada ninguna pareja de estas aves, pero las carroñeras hacen largos desplazamientos en busca de alimento y más si en algún recóndito cortado tenía un pollo esperando a ser alimentado.

Cuando me acerqué un poco más vi que el alimoche descendía atraído por varias cornejas negras y un par de cuervos. Cauteloso planeaba dando tornos un milano real sin atreverse a bajar. Con la vegetación no veía la desdichada res que congregaba a las aves. No tardaron en aparecer algunos buitres. Cuando están en las alturas se están viendo en la distancia y si uno inicia el descenso con las alas parcialmente  cerradas y las patas descolgadas los demás lo ven  haciendo lo mismo, por eso a veces se les ve llegar a la comida en poco tiempo.

Entre los buitres leonados destacaba la oscura silueta algo mayor que éstos de un buitre negro, entonces mucho más escaso que ahora. Era la primera vez que veía uno tan al norte de la provincia de los que entraban de la vecina Madrid. Para completar aquel día inolvidable de la primavera de 1983, de repente se produjo un sobresalto de todos los comensales. Sin apenas darle tiempo a los arrendajos a dar la voz de alarma se presentó en la carroña un águila real con actitud amenazante y con gran escándalo por parte de los córvidos.

Almiruete
Almiruete
Viendo estos acontecimientos naturales y algunos otros más no menos espectaculares, es fácil imaginar por que elegía yo el acercarme a Almiruete para recoger el polen. En su término y alrededores se pueden hacer diferentes rutas por rincones de paisaje cambiante, pudiendo llegar al embalse del Pozo de los Ramos y su Azud. Son muchos los caminos con diferente grado de dificultad y extensión para elegir. Llegaremos allí desde Guadalajara por la carretera de Fontanar. En Humanes a Tamajón, por la CM-1004, y pasado éste a la derecha será el primer pueblo que nos encontremos.