El críalo, cazador de procesionarias

Fernando López Herencia
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Es un ave poco común en la provincia aunque se en ve la parte más occidental

El críalo, cazador de procesionarias

La mayoría de las aves, cuando están incubando, desarrollan un instinto protector bastante fuerte, hasta el punto de no abandonar el nido a no ser que se vean realmente amenazadas. Ocurre, sobre todo, con las de menor tamaño, que saben que al ausentarse la pérdida de calor de los huevos puede malograr los futuros pollos. En poco tiempo, si la temperatura es muy baja, y si lo hacen, es para despistar al intruso evitando que localice el nido. Sin embargo, en nuestra fauna tenemos dos especies que ni lo construyen y mucho menos incuban sus propios huevos, desentendiéndose por completo de la crianza de los pequeños.

Uno de ellos es sobradamente conocido. Su canto lo lanzó a la fama desde antiguo: el cuco. Qué bonita sensación de naturaleza salvaje cuando llega el mes de abril y se le escucha en el fondo de la espesura, al que se unen ruiseñores y oropéndolas. Pero el críalo, otro representante de la familia de los cucos, pocos saben que existe fuera del mundillo de los apasionados de las aves.

Ambas especies son las dos únicas de toda Europa que parasitan a otras aves, confiándolas la incubación y crianza de los pollos a otras. En el caso del críalo, lo hacen en la mayoría de los casos en los nidos de las urracas, aunque se dan casos en los de cornejas, rabilargos y cuervos.

El críalo, cazador de procesionariasEl críalo, cazador de procesionariasCuando llegan del continente africano, a principios de primavera, suelen visitar los pinares, pues son de las pocas aves que se alimentan de la procesionaria. Al parecer, lo urticante que pueden ser estas orugas para otros animales a ellos no les afecta.Son muy útiles para librar a los bosques de coníferas de estos voraces insectos. Lo que ocurre, posiblemente a consecuencia de los cambios climáticos de los últimos años, es que en estas fechas las orugas ya están a punto de descender al suelo, donde se entierran hasta formarse la mariposa, librándose de su mayor enemigo que llega casi dos meses más tarde.

Cuando a finales de marzo o principios de abril las urracas comienzan a acarrear materiales, la pareja de críalos no pierde detalle, observando la construcción de los nidos. controlando varios de ellos. Las urracas no comienzan la incubación hasta que no finaliza la puesta. Los críalos aprovechan su ausencia para depositar sus huevos, unos quince de ellos repartidos en varios nidos, que por otra parte son una solida estructura con una protección encima compuesta de ramas que evitan el ataque de posibles depredadores. Se ha estudiado por reconocidos ornitólogos el comportamiento de los críalos para alojar sus huevos en los nidos de las inteligentes urracas. Se ha observado que el macho llama la atención de los córvidos que lo persiguen para expulsarlo del territorio, momento en que la hembra del críalo, protegiéndose con el ramaje que ya tenía visto, llega al nido y pone sus huevos. Cuando ocurre esto, las urracas no emiten su característica voz de alarma que atraería al resto de ellas dejando sus nidos al descubierto, lo que facilitaría la labor de las hembras que aprovecharían el momentáneo abandono.

Naturalmente, la evolución a través de miles de años ha proporcionado a estas aves la capacidad de imitar los huevos de las urracas de forma extraordinaria. Tienen un tamaño y forma prácticamente igual al de ellas para no levantar sospechas. Incluso el moteado de manchas oscuras sobre el azul claro de su cascara es muy similar al igual que el peso. De no ser así, tratándose de las urracas, consideradas de las aves más inteligentes del mundo, no tendría éxito la parasitación, que arrojarían los huevos del nido o se los comerían.

El críalo, cazador de procesionarias
El críalo, cazador de procesionarias
Pero los insectívoros y beneficiosos críalos aún cuentan con otra ventaja pues la incubación para que nazcan los pollos de urraca es de 18 días, mientras que los de su intruso solo 13, por lo que cuando nacen las pequeñas urracas el pollo o los pollos de críalo ya tienen un cierto desarrollo acaparando casi todas las cebas. Esto hace que  salgan del nido unos 19 días después. Los padres adoptivos se irán con ellos abandonando a su propia descendencia, por lo que se podría decir que es un gran controlador de urracas. Es un ave no muy común en nuestra provincia. Se  ve sobre todo en la parte más occidental. Su número está estrechamente relacionado con el de urracas cada vez más escasas en campo abierto.

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