Los universitarios aterrizan en la Guadalajara rural

Inmaculada López Martínez
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El programa 'Viv@lorural', impulsado por la Universidad de Alcalá y la Diputación, ha permitido a cinco estudiantes realizar prácticas profesionales en pueblos de la provincia durante tres meses

Inés Menéndez, Iliyan Marín y Claudia Mata, tres de los cinco jóvenes que han participado en este programa piloto. - Foto: Cedidas

Inés Menéndez, Iliyan Marín y Claudia Mata jamás imaginaron que realizarían las prácticas profesionales de sus respectivas carreras universitarias en un entorno alejado de las grandes empresas de la ciudad. Sin embargo, el nuevo enfoque y el apoyo que las administraciones comienzan a prestar al medio rural impulsó, hace justo un año, la puesta en marcha del programa piloto Viv@lorural por parte de la Universidad de Alcalá (UAH) y de la Diputación Provincial de Guadalajara.

Esta iniciativa, inspirada en el conocido Erasmus Rural de la Universidad de Zaragoza, surgió con el propósito de que varios universitarios tuvieran la oportunidad de aplicar las habilidades y los conocimientos adquiridos durante sus años de estudio en la UAH en diferentes pueblos de la provincia mediante la elaboración de materiales y experiencias que contribuyeran a frenar o corregir el problema de la despoblación. «Nos pareció muy interesante la iniciativa de la Universidad de Zaragoza, que fue la pionera en este tipo de programas, y pensamos que como la provincia de Guadalajara tenía tantísimas posibilidades en este ámbito había que lanzarse a intentar hacer algo parecido», explica Concepción Carrasco, directora de Relaciones Institucionales del campus de Guadalajara de la UAH. Para ello, fue fundamental la acogida y el respaldo económico de la Diputación Provincial así como la colaboración de la Red Castellano-Manchega de Desarrollo Rural (Recamder). 

El pasado agosto Viv@lorural se hacía realidad mediante la convocatoria de cinco becas de investigación y prácticas para alumnos de la UAH en otros tantos municipios guadalajareños. En concreto, se estableció que estas becas –por importe de 3.000 euros cada una– tendrían lugar en el ámbito territorial de alguno de los Grupos de Acción Local de la provincia (Asociación de Desarrollo Rural Molina-Alto Tajo, ADAC, Adasur, ADEL-Sierra Norte y Fadeta) entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre del pasado 2021. «Uno de los requisitos más importantes era que los alumnos y alumnas seleccionados tenían que residir durante los tres meses de las prácticas en la localidad que les correspondiera, respondiendo a los objetivos de obtener un conocimiento directo de la realidad social y económica de las zonas rurales y colaborando en la fijación de población en ellas», señala Carrasco.

Inés Menéndez, Iliyan Marín y Claudia Mata, tres de los cinco jóvenes que han participado en este programa piloto.Inés Menéndez, Iliyan Marín y Claudia Mata, tres de los cinco jóvenes que han participado en este programa piloto. - Foto: CedidasAsí las cosas, Molina de Aragón, Yunquera de Henares, Mondéjar, Sigüenza y Brihuega fueron los municipios que acogieron a los cinco universitarios participantes por ubicarse allí las sedes respectivas de cada Grupo de Acción Local. «Los estudiantes realizaron las prácticas en las oficinas técnicas de estos grupos trabajando aspectos relacionados con su titulación y con el ámbito del desarrollo rural», detalla la directora de Relaciones Institucionales de la UAH.

Tras su finalización el pasado 31 de diciembre, el balance de este programa piloto no puede ser más satisfactorio. Tanto es así que la UAH ya se encuentra trabajando en una segunda edición cuya convocatoria, esta vez, se espera poder adelantar al mes de marzo. «Tenemos confirmada la financiación de la Diputación y la colaboración de Recamder», anuncia Concepción Carrasco. Asimismo, esta nueva edición de Viv@lorural contará con una mayor dotación económica, 30.000 euros, lo que permitirá ampliar el número de becas y la participación tanto de ayuntamientos como de empresas asentadas en pueblos de la provincia. En este sentido, Carrasco asegura que ya hay varias entidades interesadas en acoger estudiantes. «Cualquier empresa de la provincia que esté interesada en participar en este programa tan sólo es necesario que se ponga en contacto con la UAH en la dirección de correo correo.gipe@uah.es», detalla esta docente.

en farmacias. Además, otra interesante línea de actuación que se contempla para la próxima edición de este programa es la posibilidad de establecer un convenio de colaboración con el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Guadalajara con el propósito de que el alumnado del Grado de Farmacia pueda realizar prácticas en boticas rurales de la geografía provincial durante el periodo estival que es, precisamente, cuando más aumenta la población y el consumo en los pueblos.

Inés Menéndez, Iliyan Marín y Claudia Mata, tres de los cinco jóvenes que han participado en este programa piloto.Inés Menéndez, Iliyan Marín y Claudia Mata, tres de los cinco jóvenes que han participado en este programa piloto. - Foto: CedidasPor otro lado, desde la UAH también se ha solicitado la participación en el nuevo programa estatal Campus Rural impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para la realización de prácticas universitarias en entidades que desarrollen su actividad en municipios de menos de 5.000 habitantes. Ello permitirá que un mayor número de alumnos puedan disfrutar de su primer contacto con el mercado laboral en pueblos de la provincia y descubrir así otras oportunidades. «Programas prácticos como éste son esenciales para aumentar la conciencia entre la población joven sobre las posibilidades de desarrollo y un planteamiento a futuro de una iniciativa empresarial, de un asociacionismo o de un vínculo con el terreno en el medio rural», opina Concepción Carrasco. «Son experiencias que calan en el alumnado hacia un cambio de mentalidad en esta sociedad consumista en la que vivimos, es decir, para que vena por sí mismos que en los pueblos no se vive tan mal y que los valores de las zonas rurales están ahí y son muy positivos: la conexión con el terreno, las relaciones personales más cercanas, etc.», añade.

«Un antes y un después»

Sin duda, los protagonistas de esta experiencia son quienes mejor puede avalar su éxito y garantía de continuidad. «Ha superado con creces todas mis expectativas», afirma con rotundidad Inés Menéndez. Esta joven de 23 años, estudiante de último curso del Grado de Economía y Negocios Internacionales de la UAH, reconoce que nunca se planteó la opción de realizar las prácticas profesionales en un destino rural. «Al terminar la carrera te imaginas trabajar en una ciudad, irte al extranjero, pero nunca valoré la posibilidad de un pueblo hasta que supe de la convocatoria de estas becas», comenta. 

A pesar de residir en la pequeña pedanía de Taracena, Inés explica que la cercanía a la capital siempre la ha hecho llevar una vida muy urbanita. Esta estancia de tres meses en Mondéjar, trabajando para la oficina técnica de Adasur, ha supuesto «un antes y un después» en su visión personal y profesional del entorno rural. «Me ha sorprendido mucho comprobar el tejido empresarial y el potencial que tiene Mondéjar y su comarca», declara. Y es que Inés, aparte de colaborar en la tramitación de subvenciones que gestiona Adasur, se encargó de elaborar una base de datos actualizada de todas las empresas, comercios y negocios que comprende este grupo de acción local. Junto a los conocimientos adquiridos, Inés destaca «la hospitalidad, cercanía y compañerismo» que ha recibido durante su vivencia mondejana. «Me dio muchísima pena que terminase tan pronto», lamenta.

Remuneración

Un trabajo muy similar al de Inés es el que desarrolló Iliyan Marín en la sede de la Asociación Desarrollo Rural Molina-Alto Tajo, en la capital del Señorío. Este estudiante del Doble Grado de Turismo y Administración de Empresas, residente en Alcalá de Henares, apenas había tenido contacto con el medio rural, más allá de algún viajes de recreo. «Nunca había vivido en un pueblo y me apetecía hacerlo para salir de mi zona de confort», indica. Iliyan confirma que la experiencia rural le ha servido para «abrir la mente», valorando de manera muy positiva tanto el trato y la amabilidad de sus compañeros como el desempeño de sus funciones. «Ha sido proceso de aprendizaje muy provechoso en el que me he sentido útil, supongo que en una multinacional en Madrid no me habrían tenido tanto en cuenta». Por último, este joven destaca la remuneración económica que tienen estas becas, algo poco frecuente. «En las mayoría de los casos, no suelen pagar las prácticas, incluso le cuesta poner dinero al estudiante», recuerda.   

Claudia Mata es otra de las cinco estudiantes que ha participado en Viv@lorural, en su caso, apoyando el trabajo de ADELSierra Norte en Sigüenza con proyectos como la Marca de Identidad Comarcal recientemente creada en la comarca o el Plan de Sosteniblidad Turística concedido la Ciudad del Doncel. «Han sido unas prácticas muy completas que han reafirmado mi vocación por el medio rural», afirma. Claudia es oriunda de Valverde de los Arroyos y tiene claro que le gustaría ligar su futuro profesional a la Serranía. «Estoy muy concienciada con el problema de la despoblación, me encanta la vida rural y sé el valor que tienen los pueblos», dice convencida. 

Por ello, tanto Claudia como el resto de participantes de Viv@lorural no dudan en recomendar esta bonita aventura a otros universitarios. Sólo así podrán comprobar por ellos mismos que abrir los ojos al medio rural también puede ser una oportunidad de futuro.