Como iremos viendo en las próximas semanas, no son sólo noticias relacionadas con la propia Academia las que recogió La Ilustración Española y Americana. Entre las casi dos docenas de reseñas aparecidas entre 1877 y 1921 encontramos informaciones sobre los ejercicios prácticos realizados a gran escala por todo el Regimiento, simulacros de combate, prácticas del regimiento de zapadores minadores, los festejos realizados con motivo del segundo centenario del Cuerpo de Ingenieros en 1911, maniobras y viajes con los globos cometa cuya unidad tenía como base el cuartel de ingenieros en nuestra capital, numerosas visitas de los reyes Alfonso XII y Alfonso XIII y otras autoridades a las instalaciones, etc.
Todas ellas acompañadas con interesantísimos grabados que nos permiten conocer gráficamente diversos aspectos de la presencia de militar en Guadalajara que, aunque hoy nos parezca difícil de imaginar aquella situación, durante casi un siglo entero marcó profundamente la historia de la provincia.
Hoy ofrecemos la referencia de las dos primeras crónicas relacionadas con la presencia del Cuerpo de Ingenieros en la capital, firmadas por Eusebio Martínez de Velasco, el mismo reportero que escribió numerosas de las entregas de las que hemos dado cuenta semanas pasadas relacionadas con otros municipios de la provincia.
En la primera, como hemos indicado al comienzo de la entrega de esta semana, se da cumplida información con muchos detalles del accidente ocurrido en una de las clases de equitación que los alumnos de la Academia celebraban el día 28 de abril de 1877. En la segunda, publicada el día 8 de octubre de ese mismo año, que copiamos aquí a la letra, se narra la ceremonia de inauguración del monu mento levantado unos meses después a expensas de los alumnos y profesores del Centro en memoria de aquel suceso:
«MONUMENTO A LA MEMORIA DE D. JORGE PORRÚA, alférez-alumno de ingenieros, en Guadalajara.
Al publicar en el núm. XVIII de LA ILUSTRACIÓN de este año un retrato del joven D. Jorge Porrúa y Moreno del Villar, alférez-alumno de la Academia de Ingenieros del ejército establecida en Guadalajara, que pereció ahogado en el Henares, el 21 de Abril próximo pasado, por salvar a su amigo y compañero don Luís Álvarez Builla, que había sido despedido por su caballo y arrebatado por la rápida corriente, indicamos ya que los jefes, profesores y alumnos de aquel establecimiento científico-militar iniciaron desde luego el proyecto de hacer construir a sus expensas un modesto monumento en las inmediaciones del sitio donde aconteció la desgraciada muerte de los dos amigos, para conmemorar el acto heroico del infortunado Porrúa.
El proyecto ha sido realizado en el breve espacio de cuatro meses, y la inauguración del sencillo monumento se verificó recientemente con la mayor solemnidad, asistiendo al acto los Sres. Jefes, Profesores y Alumnos de la Academia, las autoridades de la localidad y de la provincia y muchas personas distinguidas.
En la pág. 229 damos un grabado que representa este acto religioso, celebrado en conmemoración de los infortunados jóvenes alumnos Sres. Porrúa y Álvarez Builla, según croquis del natural por el Sr. Lagarde (D. Nemesio)».