Bernardo Blanco y Pérez (1828-1876), profesor de dibujo

Plácido Ballesteros
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Félix Badillo inició su formación artística con él

Bernardo Blanco y Pérez (1828-1876), profesor de dibujo

En las Memorias anuales del Instituto provincial, que eran leídas en los discursos inaugurales al comienzo de cada curso, y que posteriormente se solían publicar para darlas a conocer, se recogían entre otros asuntos la composición del claustro de profesores, el número de alumnos matriculados, la situación de del edificio y la dotación de las diferentes aulas; así como un balance de los resultados obtenidos por los alumnos.

En la correspondiente al año académico de 1866/67, elaborada por el director del centro, a la sazón don Víctor Sainz de Robles, se deja constancia de que al principio de dicho curso se había cubierto, por fin, la cátedra de Dibujo, vacante en el curso anterior, desempeñada por un sustituto. Las palabras que le dedica al nuevo miembro del claustro no pueden ser más elogiosas: «fue nombrado, en virtud de oposición, el citado D. Bernardo Blanco y Pérez, quien tomó posesión el 13 de octubre ... Las noticias que teníamos de aquel nuevo compañero, los antecedentes que habían llegado a nuestra noticia respecto a sus brillantes ejercicios de oposición, así como la fama de que justamente gozaba y goza como litógrafo, como pintor y como dibujante, nos hicieron recibir con júbilo su nombramiento, viniéndose a aumentar nuestra satisfacción después que hemos visto los excelentes resultados que ha obtenido de sus discípulos en los siete meses que ha desempeñado su clase».

Unos resultados que en verdad fueron espectaculares, pues, al finalizar aquel curso, un alumno de su materia, Félix Badillo, fue uno de lo nueve que recibieron premios ordinarios. Para valorar en su justa medida el premio conseguido por nuestro artista en sus años de formación estudiantil, basta con decir que otro de los alumnos que recibió la distinción fue nada menos que un personaje tan destacado como Francisco Fernández Iparraguirre.

Con aquellas sólidas bases adquiridas en las clases del señor Blanco Pérez (1828 – 1876), pintor y grabador que se había formado en la Real Academia de San Fernando y del que se conservan más de 180 obras en la sección de Grabados de la Biblioteca Nacional, Badillo se trasladó a Madrid para ampliar sus estudios artísticos en la Escuela Especial de Pintura de Madrid; al mismo tiempo que perfeccionaba su formación como copista en el Museo del Prado, actividad en la que se le documenta durante los años 1868 y 1869. 

Una vez terminada su formación, Félix Badillo compaginó su actividad de pintor con la de profesor de dibujo. Entre los hitos más destacados de su trayectoria no podemos dejar de destacar los siguientes:

   - 1876, en la exposición provincial de Guadalajara se le concede una medalla de plata por el retrato del gobernador civil de la provincia, don Antonio Alcalá Galiano. (Según las investigaciones de César Batalla Carchenilla, el cuadro se conservaba hasta hace pocas décadas en el Instituto Brianda de Mendoza, y en la actualidad no se puede precisar su localización).  

- 1877, la Diputación Provincial de Guadalajara le encarga un retrato del rey Alfonso XII para presidir el Salón de Pleno. (La obra se conserva en la actualidad en la Sala de Juntas del Palacio de la Diputación).

- 1887, participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes con el cuadro titulado Retrato de su Majestad el Rey don Alfonso XIII y su madre la Reina Regente María Cristina.

- 1889, participa en la exposición del Círculo de Bellas Artes de Madrid con el Retrato de José María Esquerdo y Zaragoza, político y psiquiatra.

- 1895, es nombrado profesor de dibujo del Centro de Instrucción Comercial e Industrial de Madrid.

- Durante aquellas tres décadas colabora con una infinidad de retratos en las cabeceras más importantes de la prensa madrileña (La Ilustración Española y Americana, Revista Ilustrada, El Gran Mundo, La España Ilustrada y otras). Siendo de significar que varios de sus retratos eran posteriormente reproducidos aparte para ser comercializados por las empresas editoras.

Para ilustrar esta breve aproximación a la obra de Félix Badillo reproducimos, de entre los cientos y cientos de sus retratos publicados en La Ilustración…, los que realizó de los soldados del batallón de Cazadores de Barbastro Andrés Valiñas, Rufo Rodríguez y Carmelo García, publicados en el número correspondiente el día 15 de agosto de 1875 en el que la revista dio cuenta de la acción heroica que dichos soldados habían realizado en una de las acciones contra los carlistas, la de Villareal, ocurrida el 29 de julio. Al comentar el grabado que contenía los retratos, los responsables de la publicación consignaron que debían a la amabilidad de M. G. de Coutouly, corresponsal del periódico de Paris Le Temps, que acompañaba en esos momentos al Ejército del Norte, la fotografía que había servido a nuestro artista para realizar los retratos de los valientes soldados.

Como segunda ilustración, y con la finalidad de que nos ayude a contrastar la calidad de la obra de nuestro artista en el contexto en que fue creada, ofrecemos el grabado publicado en ese mismo número al reseñar el acto de entrega de las condecoraciones a dichos solados, realizado por el dibujante Tejero y el grabador Capuz. 

La simple contemplación de ambas obras basta a nuestro propósito.