Ojos en la oscuridad

Fernando L. Herencia
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El pavón nocturno es la mariposa e insecto de mayor tamaño en Europa

Ojos en la oscuridad

Hace unos años, una tarde de amenazadoras nubes en la que el viento racheado y los lejanos truenos presagiaban una buena tormenta, me encontraba camuflado entre la vegetación de un profundo barranco. Dominaba la amplia ladera de enfrente cubierta de aliagas, retamas, espinos, zarzas, alguna encina y quejigo y varios almendros que quien sabe cómo fueron a nacer allí, en pleno monte alejados del pueblo más cercano. Al rato apareció una corza acompañada de su cría. Incluso durante un tiempo estuve viendo otras dos hembras más que seguro tendrían a sus pequeños escondidos entre la hierba, evitando que se desplacen dejando un apetitoso rastro para zorros, gatos y jabalíes.

En la espera empleas el tiempo en mirar con los prismáticos cualquier movimiento de la fauna. Te finas en el vuelo del abejaruco que se termina posando en una rama seca cerca de ti, el cuco con su inconfundible canto, el pausado planeo del aguilucho cenizo a escasos metros del suelo, algunos buitres a gran altura, el macho de perdiz que terminas localizando cuando se sube a una piedra, trigueros, collalbas y varios pequeños pajarillos más.

Lo que me llamó realmente la atención fue el ver a una oropéndola en un árbol, a poca distancia  de donde yo estaba completamente mimetizado con el terreno. En varias ocasiones salía para capturar algún insecto y mariposas blancas. Sin saber por donde, apareció una gran pavón, la mariposa nocturna de mayor tamaño de Europa pues puede alcanzar los quince centímetros de envergadura la cual fue atacada por la oropéndola. Vi como le costaba un gran esfuerzo el tragarla y al momento,s in conseguirlo, se desplomó cayendo al suelo. Me levanté de donde estaba. De no haberla socorrido creo que hubiese muerto. Le saqué la mariposa reponiéndose momentos después y soltándola.

    Comentando lo sucedido con amigos aficionados a las aves me dijeron que conocían algún caso en el que un famoso ornitólogo describía en una de sus obras cómo vio en Marruecos a un vencejo caer al suelo incapaz de tragar a una de estas mariposas, muriendo poco después, también con un chotacabras. Ambas aves capturan a sus presas en pleno vuelo por lo que supongo que más de una tendrá serias dificultades para tragar una mariposa del tamaño de la gran pavón.

 Ahora no es tan frecuente, pero antaño cuando se encendía una lámpara sobre todo en los pueblos, acudían a la luz multitud de polillas nocturnas y entre ellas nuestra protagonista, sobre todo, en estos meses de mayo y junio, tiempo en el que tanto las hembras como los machos buscan los puntos de luz para encontrase y aparearse. Sobre todo lo hacen a través de una fuerte hormona cuando detectan, incluso a kilómetros de distancia, una feromona que la hembra lanza al aire después de salir del capullo.

Son muy similares en cuanto al color y tamaño tanto machos como hembras. Éstas son un poco mayores, con el abdomen más abultado capaz de albergar unos 250 diminutos huevos de color blanquecino. La manera más fiable para distinguirlas es por sus antenas cuadripectinadas en los machos y bipectidas en las hembras. En sus alas se pueden distinguir varios tonos de grises, rojizos y blancos destacando en ellas sus grades ocelos que parecen ojos, hasta con una zona blanca. Quizás la función principal de estos falsos ojos sea intimidatoria ante sus posibles depredadores o para despistarles para no ser atacadas en sus puntos más vitales. Aunque sus enemigos naturales no son el verdadero peligro para la especie,. El uso de algunos productos agrícolas en zonas de frutales han diezmado su población, llegando a convertirse en una rareza en muchos de los territorios donde vive que son toda Europa del sur, Marruecos y Argelia.