Boletín de la Sociedad Española de Excursiones

Plácido Ballesteros
-

Los artículos de don Francisco Layna Serrano

Boletín de la Sociedad Española de Excursiones

Con la información disponible, no he podido determinar cuándo se adhirió don Francisco Layna Serrano a la Sociedad Española de Excursiones. Lo que sí sabemos con certeza es que en 1934 nuestro cronista provincial gozaba de gran prestigio entre sus miembros. Tanto que en la importante reestructuración que sufrió aquella prestigiosa Asociación en mayo de ese año nuestro paisano fue elegido vocal de su Comisión Ejecutiva. 

Los datos concretos nos los proporciona don Elías Tormo, el secretario de la Sociedad en el número del Boletín de la Sociedad correspondiente al segundo trimestre de 1934: «En el salón del Palacio de Cerralbo, como la otra vez en el aludido paraninfo de San Isidro, en ‘campo de mayo’, el 13 de mayo, unánimemente fue aclamado Presidente D. Juan de Contreras y López de Ayala, Marqués de Lozoya, quien, por obligada ausencia de Madrid no estaba presente aquel día.

Luego, el cargo de Vocal, se adjudicó por Lozoya al Doctor Layna Serrano, autor de tan importantes y tan recientes trabajos excursionistas e históricos sobre su provincia de Guadalajara: un digno sobrino de aquel extraordinario investigador de Historia que se llamó D. Manuel Serrano Sanz». El último párrafo del señor Tormo, el veterano catedrático de la Historia del Arte de la Universidad Central de Madrid, estaba destinado a traer a la memoria de todosnel recuerdo del tío materno de Layna, el prestigioso catedrático de Historia Universal Antigua y Media de la Universidad de Zaragoza don Manuel Serrano Sanz, fallecido en 1932.

Aquellos «importantes y recientes» trabajos que justificaban la designación de un médico como miembro de la directiva de la principal Sociedad civil dedicada al estudio y la difusión del Arte y el Patrimonio Monumental los había iniciado Layna Serrano con el libro titulado El Monasterio de Óvila (Monografía sobre otro monumento español expatriado), publicado en 1932, escrito para tratar de impedir que el Gobierno español diera permiso al multimillonario estadounidense William Randolph Hearst, quien había comprado el monasterio, para trasladarlo piedra a piedra a su mansión en California. Hecho que no consiguió. 

Al año siguiente, en 1933, publicó su estudio sobre los Castillos de Guadalajara, en el que trazó la historia de la cincuentena de fortalezas existentes en nuestra provincia, profusamente ilustrado con planos y croquis de los mismos y diversas fotografías. Completando los méritos de nuestro cronista los interesantes artículos dedicados al aljibe del Castillo de Valfermoso de Tajuña y a la cueva prehistórica de Riba de Saelices, dados a conocer precisamente en números recientes del Boletín de la Sociedad.

Coincidió la incorporación de don Francisco Layna a la directiva de los excursionistas madrileños con un cambio importante en la naturaleza de los artículos publicados en su Boletín. La publicación, cuya finalidad fundamental había sido hasta entonces dar a conocer la vida social y las actividades de la entidad y acoger las reseñas de las excursiones realizadas, se transformó por decisión de la Comisión Ejecutiva de la Asociación en una de las mejores revistas de Historia, Arte y Arqueología, dando cabida en sus páginas a amplios artículos de carácter científico en los que se divulgaban buena parte de los trabajos de investigación que por entonces se realizaban en España.

Ese carácter tienen los 18 artículos que nuestro cronista publicó en sus páginas, completados con magníficas fotografía en la mayoría de las ocasiones, cuya relación completa ofrecemos para que todos aquellos de ustedes que estén interesados en su consulta puedan hacerlo a través de la edición digital que de todos los números del Boletín ofrece el Depósito Digital de Documentos de la Universidad Autónoma de Barcelona (https://ddd.uab.cat/record/40577):

    • El aljibe del castillo de Valfermoso de Tajuña, tomo XLI, marzo de 1933).

    • El poblado ibérico, el castro y la caverna prehistórica con relieves en La Riba de Sealices, tomo XLI, septiembre de 1933).

    • La capilla del Cristo en la iglesia de San Bartolomé. Atienza (Guadalajara)”, tomo XLII, junio de 1934.

    • La parroquia del Salvador en Cifuentes (Guadalajara), tomo XLII, septiembre de 1934.

    • La iglesia parroquial de Santa María en Alcocer (Guadalajara), tomo XLIII, marzo de 1935.

    • La parroquia de Mondéjar; sus retablos y el convento de Almonacid de Zorita, tomo XLIII, diciembre de 1935.

    • Las tablas de la iglesia de San Ginés, en Guadalajara, tomo XLIV, junio de 1936.

    • Una Cruz de Becerril, en La Puerta (Guadalajara), tomo XLIV, junio 1936.

    • La Parroquia de Alustante (Guadalajara), tomo XLIV, septiembre 1936- diciembre 1940.

    • Alonso de Covarrubias y la iglesia de la Piedad, en Guadalaajra, tomo XLV, marzo de 1941.

    • La Custodia de la Iglesia de La Trinidad en Atienza (Guadalajara), tomo XLVII, marzo de 1943.

    • La Cruz del Perro y la Iglesia de Albalate de Zorita (Guadalajara), tomo XLVII, junio de 1943.

    • Tradiciones alcarreñas. El Mambrú de Arbeteta y la Giralda de Escamilla, tomo XLVIII, marzo de 1944.

    • El Sepulcro de Jirueque (Guadalajara), tomo LII, septiembre de 1948).

    • Obras de Arte que creíamos destruidas, tomo LIII, junio – septiembre de 1949.

    • El Cuadro de Ribera existente en Cogolludo (Guadalajara), tomo LIII, diciembre de 1949.

    • Un boceto del cuadro de Ribera existente en Cogolludo, tomo LV, junio de 1951.

    • Las Tablas de Santa María del Rey, en Atienza (Guadalajara), tomo LVII, enero - diciembre de 1953.