Francisco admite una crisis en la Iglesia por los abusos

Europa Press
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El Papa, que no acepta la salida del cardenal Marx, agradece al arzobispo de Múnich su coraje por la asunción de corresponsabilidades al dimitir del cargo y llama a aceptar la realidad y superar esta situación adversa «en comunidad»

El Pontífice recuerda que ya han entonado el ‘mea culpa’ ante muchos errores cometidos en el pasado. - Foto: Reuters

El Papa Francisco no ha aceptado la renuncia del arzobispo de Múnich y Frisinga, el cardenal Reinhard Marx, quien solicitó la dimisión de su cargo en la diócesis por su «corresponsabilidad» ante los casos de abuso sexual en la Iglesia alemana, que define como una «catástrofe», a pesar de que no hay ninguna denuncia contra él.

«Esta es mi respuesta, querido hermano. Continúa como lo propones pero como arzobispo de Múnich y Frisinga», asegura Francisco en una carta publicada ayer por la oficina de prensa del Vaticano.

Francisco asegura en su misiva que «toda la Iglesia está en crisis a causa del asunto de los abusos» y reconoce que la «política del avestruz no lleva a nada». «Más aún, la Iglesia hoy no puede dar un paso adelante sin asumir esta crisis. Los sociologismos, los psicologismos, no sirven», añade.

Para el Pontífice, asumir la crisis, personal y comunitariamente, es el «único camino fecundo» porque de una crisis no se sale solo sino en comunidad. Asimismo, avisa de que de las situaciones adversas «se sale o mejor o peor, pero nunca igual».

El Pontífice coincide con el cardenal Marx en calificar de «catástrofe» la «triste historia de los abusos sexuales y el modo de enfrentarlo que tomó la Iglesia hasta hace poco tiempo».

Así, señala que el primer paso debe ser «caer en la cuenta de esta hipocresía» en el modo de vivir la fe es una gracia, un «primer paso» que deben dar. «Tenemos que hacernos cargo de la historia, tanto personal como comunitariamente. No se puede permanecer indiferente delante de este crimen. Asumirlo supone ponerse en crisis», recalca. Al mismo tiempo, el Papa reconoce que no todos quieren aceptar esta realidad, pero es el único camino, porque hacer «propósitos» de cambio de vida sin «poner la carne sobre el asador» no conduce a nada.

«Es verdad que las situaciones históricas han de ser interpretadas con la hermenéutica de la época en que sucedieron, pero esto no nos exime de hacernos cargo y asumirlas como historia del «pecado que nos asedia». Por tanto, a mi juicio, cada obispo de la Iglesia debe asumirlo y preguntarse ¿qué debo hacer delante de esta catástrofe?».

El Papa recuerda que ya han entonado el mea culpa ante muchos errores históricos del pasado, aunque personalmente no hayan participado en esa coyuntura.