«Estoy descubriendo lenguajes que son bellos y potentes»

Inmaculada López Martínez
-

El conocido locutor de radio guadalajareño profundiza en su faceta artística que, actualmente, muestra en la exposición de gran formato 'Naturaleza osbtinada' al cubo, ubicada en la Plaza de España de la capital

«Estoy descubriendo lenguajes que son bellos y potentes» - Foto: Javier Pozo

Juan Solo es una de las voces radiofónicas más conocidas y reconocidas de Guadalajara. Acumula una impecable trayectoria profesional de más de tres décadas que, desde 2009, compagina con una original y sorprendente faceta artística. En estos momentos, ofrece la exposición fotográfica Naturaleza obstinada al cubo en la Plaza de España de la capital. Una impactante y colorista muestra de gran formato donde el concepto y el mensaje adquieren tanto valor como la imagen. Vean, disfruten y reflexionen porque merece la pena.

¿Cuándo y por qué el Juan Solo periodista decide abrir su puertas al Juan Solo artista?

Creo que había una semilla desde siempre, pero que estaba a la espera del riego. Todo comenzó con los diversos encuentros que mantuve con Antonio Pérez, el artista de Sigüenza afincado en Cuenca, en torno al año 2009. De alguna forma, él fue quien puso ese riego para que yo empezase a fijarme en las cosas más pequeñas y, de su mano, en los objetos que pueden tener un interés artístico aparte de su uso cotidiano. Por ahí fue donde nació el Juan Solo artista. Y el tema de las fotografías empezó por casualidad. Un día, se cruzó en mi camino una flor muy bonita situada en un lugar imposible (sobre el cemento  junto a una pared que acababan de encalar) y, sin embargo, la flor lucía llamativa, fuerte. Hice esa primera foto que me gustó mucho, la compartí en redes sociales y fue como la sensación de «acabo de encender un interruptor, de darle a un click». Titulé esa fotografía Naturaleza obstinada y, partir de ahí, vino todo lo demás. 

«Estoy descubriendo lenguajes que son bellos y potentes»«Estoy descubriendo lenguajes que son bellos y potentes» - Foto: Javier Pozo¿Qué inquietudes le remueven como creador?

Me remueve mucho transmitir una idea o un concepto. Por eso, trabajo mucho los títulos de las obras porque considero que redondean. Pretendo que el concepto-mensaje esté por encima de la obra porque lo que transmite o lo que yo quiero contar tiene más importancia.

Ahora, ofrece la muestra Naturaleza obstinada al cubo, que surge de otras ediciones anteriores de Naturaleza obstinada. ¿Puede resumir el origen de este proyecto?

«Estoy descubriendo lenguajes que son bellos y potentes»«Estoy descubriendo lenguajes que son bellos y potentes» - Foto: Javier PozoEn 2014 hice esa primera fotografía de la flor que he mencionado anteriormente. En 2015, llegó la primera exposición colectiva con más de 200 fotografías que los amigos me habían enviado de sus propias naturalezas obstinadas. A partir de ahí, hemos hecho seis exposiciones. Ésta es la séptima y es la primera vez que es individual, es decir, en la que solo aparecen fotografías mías. 

¿Cuántas fotografías ha recopilado a través de esta iniciativa?

Fotografías mías tengo unas 1.200. De amigos no las he llegado a contar, lo reconozco, pero estoy en torno a las 13.000. Para esta exposición sólo he utilizado fotos mías. La selección fue difícil porque cuando iba viendo cada fotografía, lo que pasaba es que me llevaba al lugar, al instante en que la hice y me traía muchos recuerdos. Al final, había que decidirse y busqué un criterio común que fue el que me sirvió para elegir las 23 imágenes que forman esta muestra. El criterio fue imágenes muy coloristas porque es otoño y porque la Plaza de España, que es un enclave magnífico, es monocromática. Quise contraponerlo con color. Por tanto, mandaba la intensidad de color, también para recordar que el otoño es una estación de mucho color, que tiene una fuerza de colores impresionantes.

¿Naturaleza Obstinada tiene todavía recorrido?

Creo que sí . Llevábamos tres años sin hacer exposiciones, pero yo no he dejado de compartir mis naturalezas obstinadas en redes sociales y los amigos me siguen mandando sus naturalezas obstinadas desde lugares insospechados. 

¿Por qué la naturaleza es tan obstinada con lo mal que la tratamos?

Es cierto, somos terribles y desastrosos con la naturaleza. Pero ella es obstinada porque, en el fondo, no nos necesita. Nosotros formamos parte del global biológico del planeta, pero la naturaleza puede seguir sin el ser humano sin ningún problema. Si estamos y la cuidamos nos dará todo lo que nos ha dado hasta ahora, pero si seguimos así, en algún momento, nosotros no podremos continuar, pero la naturaleza seguirá, está por encima de nosotros. Y es obstinada por naturaleza.

¿Y es usted tan obstinado como la naturaleza?

Creo que sí. Soy bastante obstinado, si incluso cabezota. Lo cierto es que cuando me propongo algo, por muy lejos que esté la meta, yo intento visualizar los pasos, el camino a seguir para llegar hasta ella.

¿Pretende lanzar alguna reflexión o mensaje con esta exposición?

Sobre todo, pretendo hablar de la belleza de la naturaleza, de su obstinación y de su fuerza. A la vez, quiero contar que no estamos siendo justos con ella, no lo estamos haciendo nada bien. En esta exposición muestro, por primera vez, una fotografía en la que los protagonistas no son las plantas, sino unos animalitos, unos percebes que se han agarrado a unas zapatillas. Para que eso ocurriera, esas zapatillas tuvieron que llegar al mar. Ya no hablamos de pequeños plásticos, estamos haciendo llegar de todo al mar. Si lo océanos que están mal, van a peor, el resto de la vida del planeta también. Por eso, más que un mensaje colectivo o político, que también, pretendo lanzar un mensaje de reflexión sobre lo que podemos hacer cada uno de nosotros para cambiar esta realidad.

A raíz de la pandemia, son más frecuente las exposiciones de gran formato y al aire libre como es esta Naturaleza obstinada al cubo. ¿Cree que es una alternativa que ha venido para quedarse?

Es una alternativa que ha estado siempre, pero que se nos había olvidado, habíamos dejado de lado la opción que nos ofrece la calle como espacio para la cultura y, sobre todo, para las artes plásticas. Las artes plásticas se habían encerrado un poco en las salas y en los museos y la calle está demostrando que es un lugar perfecto. En Guadalajara, desde aquella exposición del Museo del Prado en La Concordia, hemos podido disfrutar de muchos ejemplos. Creo que es una opción que ha venido para quedarse porque es muy agradecida ya que saca las artes plásticas al encuentro de la gente. 

¿Cómo se siente al ver junto al edificio más emblemático de la ciudad su propia exposición?

Es muy emocionante. Hay un momento en el que incluso te apartas, te olvidas que es tu exposición y analizas cómo la plaza acoge este formato grande y moderno que combina perfectamente con un edificio histórico como es el Palacio de Infantado. Los primeros días fueron muy emocionantes y, durante las primeras visitas, también sacaba la oreja para ver lo que opinaba la gente. Recibo sensaciones de sorpresa y también de agradecimiento por mostrar tanto color y belleza.

Fue el artista encargado de reabrir la Sala de Arte Antonio Pérez del Centro San José, el pasado marzo, con la exposición Desde otra mirada, de formato y temática completamente diferente. ¿Por qué esa versatilidad?

Porque, por un lado, la única forma que tenía de mostrar las naturalezas obstinadas era a través de la fotografía y necesitaba hacerlo porque me atraía muchísimo la plantita de turno aguantando en un tejado o en un cemento tanto estética y visualmente como a nivel del mensaje, del poderío y resiliencia que transmite. Esa observación de la naturaleza, de las plantitas en miniatura, enlazó con el interés por el objeto que Antonio Pérez sembró en mí. Fue como abrir los ojos a esa otra posibilidad. Y es que necesito las dos cosas. Necesito enseñar la naturaleza en fotos, pero necesito también mostrar cómo un objeto me sugiere algo concreto. Ambas facetas conviven y se complementan. 

¿Ha influido la pandemia en su proceso creativo?

No sé si tanto en el proceso creativo, pero sí en tener más tiempo para trabajar y pensar sobre ello. Es cierto que hay obras que han salido o las he realizado de la mano de estar en esta situación de pandemia. Por ejemplo, en la exposición de los objetos hay una obra que se llama Distancia Social. No habíamos hablado de distancia social hasta que llegó la crisis del Covid. Como siempre digo, para encontrar un objeto o una naturaleza obstinada marca mucho lo que lleves en la cabeza en ese momento concreto.

¿Le resulta más fácil comunicar a través de la voz, como está acostumbrado, o del arte?

Comunicar a través de mi voz es mi profesión desde hace 30 años, lo tengo más trabajado. Lo de comunicar a través del arte es otro lenguaje y me está dando la opción de comunicarme de otra forma. Y me está gustando mucho. Ahora estoy descubriendo otros lenguajes que también son muy bellos y potentes. Sin embargo, por mi bagaje profesional, siento que para mí es más sencillo comunicar con la voz.

¿Trabaja ya en algún otro proyecto artístico?

De momento, vamos a girar tanto esta exposición de Naturaleza obstinada al cubo como la del objeto encontrado, que ya estuvo también en Cabanillas del Campo. Es verdad que mi cabeza no para y que tengo dos nuevos proyectos. Uno tiene que ver con el objeto encontrado, pero con un giro curioso y  diferente. De la otra puedo desvelar el título. Se va  llamar El azul no existe y va a ser multidisciplinar. Digo el título porque suelo enganchar una exposición con la siguiente a través de un guiño. En ésta hay una obra que se llama precisamente El azul no existe y así se va a llamar ese otro proyecto. La primera calculo que podrá estar en otoño de 2022 y la siguiente para 2023.

¡Cómo lleva eso de ser el entrevistado en lugar del entrevistador?

Lo llevo fatal, me siento rarísimo y me cuesta un montón. Me está pasando ahora mismo con esta conversación, lo que tengo es ganas de preguntarte yo a ti. Por otro lado, es una buena experiencia porque los periodistas estamos acostumbrados a estar en nuestro lado cómodos (nos preparamos la entrevista, escrutinamos la biografía de la persona y sabemos de antemano por dónde va a ir la conversación). Estar al otro lado es esperar los pelotazos, pero está bien para entender mucho mejor lo que pasa cuando el entrevistado es otro.