Un verano magnífico para el turismo rural de la provincia

Inmaculada López Martínez
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Aunque las cifras de pernoctaciones y viajeros en la provincia no superaron las del verano de 2020, los meses de julio y agosto registraron un excelente nivel de ocupación que se espera mantener este otoño

Un verano magnífico para el turismo rural de la provincia - Foto: ï»VÁ­ctor Ballesteros

Por segundo verano consecutivo, el turismo rural en la provincia ha registrado cifras de ocupación históricas. Aunque la situación epidemiológica ha sido mucho más favorable este año, la tendencia a huir de las masificaciones para evitar los contagios es una tónica que se ha mantenido entre los viajeros, suponiendo un auténtico revulsivo para los destinos de interior con grandes espacios naturales, alejados de las aglomeraciones y con una buena oferta hostelera como es el caso de Guadalajara. 

Según la última Encuesta de ocupación en alojamientos turísticos extrahoteros elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la provincia de Guadalajara contabilizó 38.811 pernoctaciones en alojamientos rurales durante los pasados meses de julio y agosto (16.479 en julio y 22.332 en agosto y ). Si bien estos datos suponen un descenso del 2,07 por ciento con respecto al mismo periodo de 2020, se trata de una subida superior al 25 por ciento si se compara con el verano de 2019, es decir, con anterioridad a la pandemia. «Este verano, aunque el nivel de ocupación ha bajado un poquito, sigue siendo un triunfo sin paliativos. Los dos últimos veranos han sido los mejores para la provincia de Guadalajara a nivel de turismo rural», confirma Juan Luis Pajares, presidente de la Federación Provincial de Turismo y Hostelería, quien espera que estos buenos resultados contiúen de cara a las próximas temporadas estivales. «Después del verano de 2022, en el que esperamos que la pandemia ya haya remitido por completo, es cuando podremos hacer una valoración real sobre si esta tendencia se mantiene o no», afirma. En cualquier caso, Pajares considera que la crisis del Covid-19 ha favorecido enormemente que «mucha gente haya descubierto el turismo interior» y que ésta sea una alternativa vacacional «que vaya creciendo y consolidándose».

La hostelera rural y hasta hace un mes presidenta de la Asociación de Turismo Rural de la Sierra Norte, Isabel  Bancheraud, también corrobora que la recién concluida temporada estival «ha sido muy buena, pero no tanto como la del año pasado porque se ha notado que hay gente que ha vuelto al modelo anterior de sol y playa». Sin embargo, otros muchos viajeros han seguido apostando por «un tipo de turismo poco concurrido» como es el que ofrece la comarca serrana. En cuanto al perfil de los clientes, Bancheraud explica que se ha producido un cambio notable con respecto a 2020. «El verano pasado, la gente no quiso alejarse de su domicilio a la hora de viajar y tuvimos un cliente mayoritariamente madrileño, del Corredor del Henares y de Guadalajara. En esta ocasión, la procedencia ha sido más variada y lejana: Barcelona, Levante, etc.». Esta realidad también la ha vivido Jorge Molinero, propietario de la casa rural Castillo de Diempures de Cantalojas. «Hemos tenido familias, sobre todo, de zonas costeras como Murcia, Valencia, Alicante y Cataluña». 

Un verano magnífico para el turismo rural de la provinciaUn verano magnífico para el turismo rural de la provincia - Foto: Javier PozoNo obstante, numerosos empresarios rurales han percibido que el «descubrimiento» de la provincia que los castellano-manchegos, incluidos numerosos guadalajareños, realizaron durante el tiempo que hubo cierres perimetrales ha motivado nuevas visitas. «Cada vez tenemos más turistas de la comunidad autónoma y de la provincia. Es una tendencia que comenzó el verano pasado y que se ha mantenido en cierta medida», comenta Isabel Bancheraud. «Muchos ciudadanos de la provincia y de la región han seguido visitándola, es de las pocas cosas positivas que la pandemia ha jugado a nuestro favor», apunta Juan Luis Pajares. 

Otra diferencia significativa de este verano es la duración de las reservas. Tal y como explica Noelia Clemente, propietaria de la casa rural Las abubillas de Mirabueno, los clientes estivales optaron por disfrutar de sus estancias durante más tiempo, un mínimo de una semana o quince días. «Han sido familias o grupos de amigos que lo que querían era estar solos en la casa y en un pueblo tranquilo donde no juntarse con nadie que no se quisieran juntar», declara. 

Por ello, las casas rurales de alquiler íntegro y, en particular, las que están equipadas con piscina han vuelto a ser el tipo de alojamiento más demandado este verano en el ámbito del turismo rural. «Yo suelo alquilar mi casa por habitaciones, pero estos dos veranos he optado por el alquiler íntegro porque los clientes no querían compartir estancias, el alquiler íntegro es lo que más pedían los clientes», asegura la ex presidenta de la Asociación de Turismo de la Sierra Norte.

DESTINOS

Aunque el informe del INE no ofrece datos pormenorizados por municipios, se tiene constancia de que las comarcas de la Sierra Norte y el Señorío-Alto Tajo han tenido una excelente aceptación turística durante este segundo verano en pandemia. En los que a localidades concretras se refiere, Sigüenza continúa siendo el destino estrella de la provincia junto con Brihuega, cuyos campos de lavanda en flor atraen cada año a más ciudadanos. «Entre 80.000 y 100.000 personas han visitado el término municipal de Brihuega en apenas un mes y medio, lo que ha supuesto un impacto económico de seis millones de euros», indica Luis Viejo, alcalde briocense. «Visitar los campos de lavanda y dar una vuelta por nuestro pueblo es una actividad al aire libre vinculada al bienestar y a la salud, por eso la pandemia no ha afectado». Esta circunstacia también la atestigua Carmen Guitiérrez, propietaria de la casa rural Las Murallas de Brihuega. «Este verano nos ha ido fenomenal, el que mejor de los 14 años que tengo la casa. Antes julio era el peor mes para el turismo de la zona y, desde que se promociona el tema de la lavanda, es el mejor con diferencia», sostiene.

Asimismo, es obligado mencionar las localidades ribereñas de Entrepeñas, con Sacedón a la cabeza, que han vivido un segundo verano como no se conocía en décadas tanto a nivel de visitantes como de segunda residencia. 

OTOÑO

De cara al otoño, las sensaciones también son muy positivas por parte de los profesionales del turismo rural. Mientras que el año pasado los cierres perimetrales y el empeoramiento de la incidencia epidemiológica supusieron un duro varapalo para sus negocios, el fin de las restricciones augura una estupenda temporada. «El otoño siempre ha sido la temporada más alta en la provincia, sobre todo en la Sierra Norte por el Hayedo de Tejera Negra. Además, se presenta una buena temporada micológica y eso también anima a mucha gente. Las expectativas son muy buenas», declara Juan Luis Pajares. Tanto es así que ya son muchas los establecimientos rurales que tienen completas sus reservas para los próximos fines de semana y puentes. «El otoño pinta muy bien. Tenemos todo completo hasta Navidad: fines de semana, puentes e incluso días de diario. Se nota que la gente tiene ganas de salir y el Hayedo de Tejera Negra es uno de los destinos otoñales preferidos», confirma Jorge Molinero.