Al sur del renombrado Maranchón se encuentra este pueblo de interesantes riquezas naturales, apropiado para pasar varias jornadas. Encontraremos a lo largo de su término diferentes ambientes, desde extensos pinares a zonas esteparias, roquedales y laderas pedregosas y campos de labor.Se hace muy ameno el caminar precisamente por esta variedad de paisajes. Es el caso de la Peña de la Guarnición, la Fuente de los Colmenares, la Pradera de los Novios, la Fuente de la Pradera y el Monte de la Dehesa de Ciruelos, que son algunos de los muchos rincones  a los que se puede llegar por cómodos caminos y senderos.

Ciruelos del Pinar se encuentra a una altitud de 1.250 metros sobre el nivel de mar. Está muy bien urbanizado. Tiene una amplia plaza, poco frecuente en pueblos similares, y grandes casas de sillarejo. La iglesia parroquial, bien conservada y del siglo XVII, es de arquitectura rural. No muy lejos del casco urbano encontraremos la ermita del Buen Desvío, a la que los habitantes de la comarca tienen gran devoción. Es aconsejable caminar por sus bien pavimentadas calles, donde seguro que descubriremos curiosos detalles en sus construcciones.

Cerca trascurren el río Ablanquejo y Tajuña, lo que enriquece sus valores medio ambientales. Alberga una rica fauna piscícola en sus cristalinas aguas, especies que en otros cursos han sufrido un acusado declive. En sus tranquilas orillas proliferan los árboles y arbustos de ribera y vegetación acuática, que contribuyen al mantenimiento de la vida silvestre del lugar, tanto de peces y anfibios como de insectos mamíferos y aves. Algunas aves tan escasas como el mirlo acuático, que en otros cauces han desaparecido por la irrupción de depredadores invasores desconocidos para ellos como el visón americano y el mapache, que ha afectado a sus efectivos.

Ciruelos del PinarHay mamíferos como el corzo, ciervo, jabalí, zorro, tejón, garduña y gato montés , que como es sabido  son difíciles de ver por sus costumbres más bien nocturnas, a excepción del corzo, en estos días está de estreno luciendo su nueva cuerna que le ha crecido durante el invierno. Este cérvido sí es más frecuente que aparezca en alguna pradera o siembra cerca de la espesura del bosque donde protegerse. Por lo tanto más fácil de que se ponga al alcance de nuestros prismáticos.

Si uno de los objetivos de nuestra excursión es la de observar aves, Ciruelos del Pinar no nos defraudará. Como decíamos al principio, por los distintos terrenos. desde los de escasa o nula vegetación a espesos bosques, precisamente en los pinare,s aún se mantienen una cierta cantidad de piquituertos. Son pequeñas aves que aumentan en los meses de frío procedentes del norte. Con su fuerte y cruzado pico son capaces de abrir las piñas para extraer las semillas.

Están presentes muchas pequeñas insectívoras. Es el caso de mosquiteros, currucas, herrerillos y carboneros.Además hay otras más granívoras como pinzones, jilgueros y pardillos. Entre las rapaces, están los agiles azores y gavilanes, especialistas en la caza entre el ramaje, que es atravesado por ellos con gran destreza detrás de sus presas. En espacios más abiertos, además de algunos córvidos como el cuervo, están la corneja negra y la chova piquirroja. Ésta ultima, suele estar muy próxima a los cortados rocosos, donde evoluciona haciendo espectaculares vuelos nupciales por estas fechas. También encontraremos carroñeras pues el buitre leonado frecuenta estos grandes espacios. Y en estos días  ya ha llegado el alimoche procedente del continente africano, que sin demora comenzará la incubación de los huevos y la crianza la crianza de sus pollos.Serán uno o dos, pues a final de verano regresan atravesando el desierto del Sahara.