La película Good Bye Lenin! cuenta los esfuerzos ímprobos de un chaval por evitar que su madre, de corazón débil y recién salida de un coma, se percate de que el muro ha caído y la RDA forma parte del pasado (ella era y es una orgullosa socialista miembro del Partido Socialista Unificado de Alemania). Vivir con la angustia de que tarde o temprano descubrirá la verdad es una parte interesante de un guion maravilloso, y supongo que algo así habría que inventar para un seguidor del Atlético que entró en coma a finales de enero, cuando el equipo sacaba 10 puntos al segundo (y tenía un partido menos) y no daba ninguna señal de debilidad. ¿Cómo decirle que este mismo jueves, si el Barça gana su partido aplazado, el ‘Atleti’ habría dilapidado la mayor renta en la historia de la competición? Con mucho cuidado, como si ‘el pupas’, desterrado por Simeone hace tiempo, hubiese regresado. 

El candidato

El Barça es un Dr. Jeckyll capaz de mutar en Mr. Hyde (y viceversa) varias veces por partido. Puede ser la juventud de algunos de sus bastiones (de De Jong a Pedri), o la incapacidad de sus veteranos para cerrar partidos como antaño, pero a veces vuela sobre el campo ante 11 y a veces se arrastra ante 10. Eso sucedió ante el Villarreal, que perdió a Trigueros por un duro plantillazo a Messi:hubo un Barça genial hasta que logró convertir el 1-0 en un 1-2 y un Barça penoso incapaz de gestionar ni la renta ni la superioridad numérica. Y aún con todo es ya el gran candidato al título... 

Sin aliento

A estas alturas de temporada, ya hay equipos que no se juegan nada, otros que se juegan la vida y unos últimos, ahí arriba, luchando por la corona. Son los más reconocibles porque mientras otros caminan con la lengua fuera, ellos parecen todavía frescos:es lo que se llama «tener fondo de armario», cualidad de los equipos poderosos... hasta que llegó el Real Madrid de la temporada 2020-2021, un equipo tan castigado por las lesiones que parece haber llegado sin aliento a la hora de la verdad.