El Castillo de Pioz (22 de noviembre de 1878)

Plácido Ballesteros
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Paseo artístico por la provincia de Guadalajara

El Castillo de Pioz (22 de noviembre de 1878)

En el número del día 22 de noviembre de 1878 La Ilustración Española y Americana volvió a ofrecer un gran reportaje gráfico sobre nuestra provincia, con un grabado a toda página con dibujos del pintor Isidoro Salcedo. En este caso los responsables del semanario madrileño lo titularon Paseo artístico por la provincia de Guadalajara.

Aquella lámina estaba formada por seis preciosas imágenes que recogían dos vistas del monasterio de Lupiana; una, respectivamente, de los castillos de Pioz y Torija; una de la fuente de Fuentenovilla; y otra del Convento del Carmen de Pastrana.

Como recordarán los lectores asiduos de esta sección de Libros con Historia ya hemos analizado en entregas anteriores las correspondientes al convento pastranero y a la fuente de abajo de Fuentenovilla. Hoy nos centraremos en el comentario de la correspondiente al castillo de Pioz.

En este sentido, la evocativa vista de la fortaleza, dibujada del natural por Isidoro Salcedo y Echevarria según nos informa el periodista Eusebio Martínez de Velasco que fue el encargado de redactar el texto descriptivo que acompaña a la lámina, nos permite una aproximación al estado de conservación de la fortaleza en esos años de finales del siglo XIX, que estaba algo menos deteriorada que en el presente.

Lo primero que hemos de indicar es que, como en otras ocasiones, el texto de Martínez de Velasco nos interesa poco, porque exiguos y, a veces equivocados, son los datos que nos aporta, sobre los que volveremos más adelante:  «Castillo de Pioz .—A corta distancia del pueblo de Pioz, llamado antiguamente Pizna y Piocio, se halla esta vieja fortaleza, cuya historia no se puede determinar claramente: sábese que en 1579 la tenía por el rey D. Felipe II el noble caballero D. José Gómez de Mendoza».

Así las cosas, comprenderán ustedes que lo que más nos interesa del reportaje publicado en La Ilustración del día 22 de noviembre de 1878 referente a Pioz y su castillo es el dibujo de Salcedo, que pasamos a analizar con cierto detalle, pues es una imagen que ningún autor de los que han escrito con detalle de esta fortaleza ha estudiado.

Se trata, como ustedes pueden observar, de una vista del exterior de la fortaleza. Está dibujada desde el suroeste y nos ofrece con mucho detalle las fachadas sureste, en la que destaca la gran la torre del homenaje al final; y la del suroeste, en la que se sitúa la entrada principal. Ambas están precedidas por la gruesa barbacana defensiva y el foso. En este último falta el puente levadizo, que en la actualidad ha sido sustituido por un puente fijo, que, salvando el foso, permite el acceso al reciento por su puerta principal. 

Creo que nuestro pintor dibujó de forma muy realista el castillo, que por lo que se puede observar estaba en un relativo buen estado de conservación: coronado en sus muros y sus torreones esquineros por almenas, con sus saeteras y ventanas. 

A esta conclusión hemos llegado al comparar nuestro grabado, publicado en 1878, con varias de las numerosísimas fotografías actuales del castillo que podemos encontrar en la web, que reflejan aún hoy día la naturaleza claramente defensiva del exterior del conjunto.

La solidez y la estructura exterior de la fortaleza, claramente propias de un recinto militar, vinieron determinadas por el momento en el que Pedro González de Mendoza promovió su construcción. Cuando en 1458, en el contexto de la guerra civil intermitente que se vivía en el reino de Castilla con motivo de la sucesión del rey Enrique IV, el futuro Cardenal heredó el señorío de Pioz de su padre el Marqués de Santillana, la familia Mendoza estaba enfrentada con el arzobispo de Toledo Alonso Carrillo, señor de Alcalá, cuyos términos limitaban en la llanura alcarreña con Pioz. Hecho que explica, además del gran foso y la barbacana de fuertes sillares que rodean el castillo, los altos muros y la solidez de los cuatro cubos que delimitan su planta cuadrada.

Por el contrario, tradicionalmente se ha venido afirmando que todos los indicios apuntan a que el interior de la fortaleza fue concebido con una finalidad palaciega, al estilo de los castillos-palacio italianos de la época. 

Así las cosas, es de lamentar que este dibujo del exterior de la fortaleza que hoy presentamos no fuera acompañado por algún otro de su interior que nos permitiera conocer el grado de deterioro que ya en esos momentos debían presentar sus estancias palaciegas. De las que poco podemos decir, pues en la actualidad en el interior del castillo nada se conserva, y solo podemos intuir los apoyos de las vigas que sustentaban sus dos pisos.  

Ya en otro orden de cosas, no podemos terminar este rápido análisis del grabado sin dejar constancia de que, si bien estimamos que el dibujo de la fortaleza es muy realista y creemos que nos ofrece una visión bastante aproximada de cómo se conservaba en aquellos momentos de finales del siglo XIX, por el contrario creemos que Salcedo nos presenta el castillo en un paisaje un tanto idealizado, poblado de detalles que no creo que se ajustaran fielmente a la realidad, pues dibuja las casas del pueblo, junto a las que se ve alguna figura humana, muy cercanas a la fortaleza. 

Es una vista imposible a mi juicio, pues la separación existente entre el castillo y el caserío creo que hace imposible la composición que nos ofrece el artista.