El emprendimiento frente a la despoblación. Es el resultado de las políticas de desarrollo rural que se estimulan desde la Junta a través de ayudas que impulsan la puesta en marcha de proyectos que generan empleo y propician que la gente se quede a vivir voluntariamente en los pueblos; acciones que se realizan desde los propios actores que viven en el territorio, siguiendo la metodología Leader.

En total, en el periodo de programación del Programa de Desarrollo Rural, fueron más de 180 millones de euros los inyectados a los 29 grupos de Desarrollo Rural de la región, englobados en Recamder, cuantía que revierte directamente en el territorio. Así indicó el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, que se trasladó hasta Molina de Aragón para la firma de los 23 proyectos de emprendedores impulsados desde el grupo Molina de Aragón-Alto Tajo, que gestiona más de 6,4 millones de euros.

«Cada vez que ponemos un euro  a disposición de los grupos de desarrollo rural se genera 1,5 euros más de inversión privada y hasta más de 2,5 millones de euros de inversión global, público-privada en el medio rural, y conseguimos que la gente emprenda y decida a quedarse a vivir en uno de nuestros pueblos», apuntó.

El Señorío de Molina es una comarca en la que «nos toca afrontar de verdad el reto demográfico, más allá de las palabras», porque tiene unos 10.000 habitantes censados en un territorio similar a la mitad de la Comunidad de Madrid, recordó el consejero.

Truficultura. Martínez Arroyo recordó que la Junta «ha cumplido el compromiso»  para impulsar el cultivo de trufas, «un cultivo muy rentable» que ayuda al desarrollo rural, porque exige la presencia en el territorio durante todo el año para su cuidado.

«Hemos resuelto la convocatoria y se van a forestar más de 1.000 hectáreas en Castilla-La Mancha”, señaló el consejero, que explicó que, dos millones de euros son para proyectos de Guadalajara.