Villanueva de Alcorón

Fernando López Herencia
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El municipio se encuentra a una considerable altura en el Parque Natural del Alto Tajo

Villanueva de Alcorón

Recuerdo la primera vez que recorrí éstos extensos parajes de naturaleza indómita y de una belleza especial, como otros muchos lugares de la provincia. Entonces fui en compañía de mi hermano Ángel y nuestro amigo Alfredo, quien conseguía en esta ocasión, como en otras muchas, el medio de transporte. Su hermano mayor nos prestaba un viejo Seat 600 repintado de color butano para estas excursiones camperas, aunque más bien se podía decir expediciones pues las carreteras de entonces nade tienen que ver con las actuales. A veces el llegar al destino suponía horas. Tampoco aquel coche desarrollaba una gran velocidad, pero su llamativo color nos ayudé más de una vez a encontrar el camino de vuelta cuando nos internábamos por sitios donde nunca habíamos estado. Aquel punto anaranjado entre el verde resaltaba viéndose a larga distancia.

En pleno Parque Natural del Alto Tajo se encuentra este pueblo, a una considerable altura pues esta a más de 1.200 metros y por el que se pueden hacer múltiples rutas como la llamada de las Caleras.Allí era donde se horneaba la piedra caliza para obtener la cal, proceso que duraba varios días para llegar a los 900 grados necesarios a base de quemar ramas y aliagas sin descuidarlo un momento. La ruta es de unos seis kilómetros, tiene poca dificultad y daremos con el paraje El Palancar. En su término, para los aficionados a la espeleología abundan las cuevas y una sima de grandes dimensiones que tiene fácil acceso por unas escaleras para tal fin, descendiendo varias decenas de metros. Conviene llevar ropa de abrigo por la humedad y el cambio de la temperatura. Las rocas tienen unas formas muy originales con colores del gris al rojizo.

Por la carretera de Peñalén  llegaremos a la ciudad encantada de Hoyo Redondo, un conjunto de roquedos de extrañas formas muy fotogénicas que sobresalen entre los abundantes árboles. Es un refugio de algunas de las aves que los pueblan. Villanueva de Alcorón  en su origen tenía una gran actividad ganadera, quizás por eso los alrededores del pueblo están bastante despejados actualmente dedicados a la agricultura.     

Villanueva de AlcorónVillanueva de AlcorónLa arena de caolín, blanca como la nieve, es una de sus industrias como la extracción de resina y madera de sus abundantes bosques, en los que crecen pinos como el laricio, albar y rodeno, entre ellos sabinas, enebros, quejigos y encinas, a veces solitarias entre los pinares. Quizás en su tiempo los arrendajos escondieron en el suelo las bellotas, que olvidadas por las aves germinaron dando lugar a ejemplares de cierto porte.

Este conjunto de bosques, roquedales, barrancos y cerros. Como el Alto de Hoya Cifrián, de 1381 metros. Forma el entorno perfecto para la caza mayor, ciervos, corzos y jabalíes, que disponen de comida y refugio para prosperar. Como es lógico el número de aves forestales también es importante. Hay una buena representación de las insectívoras, que libran de plagas a la floresta, pito real y picapinos, becada y zorzales incluso el real en los meses invernales. Al ser zona de coníferas se pueden ver grupos de piquituertos, capaces de abrir las piñas con su poderoso pico, y que con frecuencia delatan su presencia con su metálico piar.

    En cuanto a las rapaces, aún se puede ver al alimoche, águila calzada y culebrera antes de abandonar la península pues invernan en el continente africano. Otros están todo el año como el gavilán, ratonero, milano real y halcón peregrino. No falta la silueta de buitres en el cielo, y de algunas nocturnas como el búho real, chico y mochuelo.

    Muchas de las casas de Villanueva son de piedra caliza, con arcos y escudos en sus fachadas al igual que la iglesia, de gruesos muros, dedicada a San Miguel del siglo XVII. Llegaremos desde Guadalajara por la N-2 y a la altura del kilómetro103 tomaremos a la derecha la carretera a Cifuentes. De allí a Trillo y pasado éste, por la CM-2115 y como a 35 kilómetros, está nuestro destino.