El Castillo de Zorita de los Canes

Plácido Ballesteros
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Guadalajara en 'La Ilustración Española y Americana'

El Castillo de Zorita de los Canes

Tras publicar en su número del 22 de febrero de 1877 el amplio reportaje gráfico sobre los monumentos arquitectónicos de la ciudad de Guadalajara, al que hemos dedicado esta sección las últimas semanas, La Ilustración Española y Americana volvió a dedicar a los pocos meses un nuevo grabado a nuestra provincia. En concreto el día 30 de junio de 1877 ofreció otro dibujo del pintor y grabador Isidoro Salcedo en el que aparece una vista general del castillo de Zorita de los Canes. También en este caso la imagen se completó con un breve texto firmado por Eusebio Martínez de Velasco, el periodista encargado de comentar los grabados que la revista ilustrada publicaba en sus páginas. 

La importancia histórica y monumental de Zorita a lo largo de toda la Edad Media ha motivado que sean ya varias las veces que hemos traído a estas páginas obras que tratan sobre aquel enclave bajo alcarreño, pues la bibliografía existente sobre él es abundante desde antiguo. Por ello creo que para valorar en su justa medida la aportación de esta semana, es conveniente fijarnos en la fecha de su publicación, me diados de 1877, lo que nos permitirá juzgarla en el contexto historiográfico en el que apareció.

Antes de dicho año no se había publicado ningún trabajo específico sobre esta fortaleza, si bien es cierto que eran varias las obras en las que se hacían referencias más o menos amplias a Zorita y su castillo. Así podemos recordar aquí desde algunas de las Crónicas medievales de diferentes reinados, hasta la Crónica de la provincia de Guadalajara, escrita por José María Escudero, aparecida en 1869 en la Colección titulada Crónica General de España, dirigida por el académico de la Historia Don Cayetano Rosell. 

Pero aún no habían aparecido los estudios en los que, en la década siguiente, don Juan Catalina García López, tras pasar por el tamiz de la crítica positivista todas las noticias documentales sobre Zorita, fechó el nacimiento de nuestra población durante el periodo musulmán, como heredera de la visigoda Recópolis. 

Este hecho explica que en 1877 el periodista Eusebio Martínez de Velasco aún se hiciera eco de algunas de las noticias proporcionadas por textos de autores romanos, poco precisos, referidas a la Antigüedad para comentar el grabado; datos hoy totalmente desechados en la actual historiografía:

«Sabido es que la Alcarria moderna, alta y baja, estuvo habitada antiguamente por los Olcades, y en ella existían las poblaciones de Altheia (Sacedón), Mediolum (Molina) y Contrebia, hoy Zorita do los Canes. Así, por lo menos, se desprendo de los escritos de Tito Livio, quien añade que esta última ciudad cayó en poder del pretor G. Fulvio Flacco, hacia el año 181 (antes de J. C).

Casi olvidada estuvo durante la dominación visigoda, aunque tenía fama de importante plaza fuerte, y andando el tiempo dijo de ella el moro Rabsis: «Es fuerte ciudad e muy alta, e ficiéronla de las piedras de Rocapel, que las hay muy buenas en un rio que llaman Guadiela».

Ya en el siglo IX escriben los cronistas el nombre de Zorita, población que tomó parte principal en los disturbios que estallaron entre los caudillos árabes Muza y Aben-Haffsem; conquistóla el rey D. Alfonso VI, aunque se perdió algún tiempo después, y nuevamente la tomó D. Alfonso VII, quien la donó al jefe de la poderosa familia de Castro; en 1169, los rivales de ésta, los Laras, se apoderaron de la fortaleza, al amparo del estandarte real de D. Alfonso VIII; este monarca la confió al tercer maestre de Calatrava, D. Martin Pérez de Sienes, en 1174, y en ella se refugiaron los principales caballeros de aquella ínclita Orden cuando cayó en poder de los moros, en 1210, el famoso convento de Salvatierra; por último, el emperador Carlos V vendió la fortaleza y la villa, en 9 de enero de 1569, y con licencia del Sumo Pontífice, a los muy nobles y poderosos señores D. Ruy Gómez de Silva y Dª Ana de Mendoza, quienes la vendieron luego al Sr. D. Juan Antonio Pérez de la Torre, ascendiente de los Condes de San Rafael, sus actuales poseedores.

La diversidad de estilos que se nota en el célebre castillo de Zorita de los Canes, demuestra la mucha antigüedad de aquella insigne plaza fuerte; vense en él restos deteriorados de construcciones románicas, ojivales y árabes, y sobre el arco de la portada principal existe todavía una gastada inscripción en caracteres góticos, que dice así: Pero Diaz me fecit, en la era Mil e XXVIII annos. Detrás de este arco hay otro de herradura, de puro estilo árabe, y la segunda portada aparece decorada con varias molduras y relieves de gusto románico.

La fortaleza está asentada en alta y escarpada roca, y el pueblo, que hoy tiene unos 60 vecinos, se halla situado en la orilla derecha del Tajo y dentro de las murallas del castillo. Un magnífico puente romano que comenzaba en la misma puerta del pueblo fue destruido por una desoladora avenida en 1533.

Bellísimo es el aspecto que presenta el pequeño pueblo de Zorita, cuyas limpias casas aparecen todavía al pie del castillo situadas; y éste debe llamar la atención de los viajeros y artistas que estudien la historia patria en los monumentos que nos legaron nuestros antepasados. 

En la pág. 429 damos una vista del ya ruinoso edificio, según dibujo del natural, por el Sr. Salcedo. EUSEBIO MARTÍNEZ DE VELASCO».

Mucho más valor que este texto, que aún recoge los datos desechados por las rigurosas investigaciones de don Juan Catalina (ciudad de fundación romana, época a la que también se atribuye el puente medieval y algunos otros detalles secundarios también equivocados), tiene desde el punto de vista historiográfico el propio grabado que hoy ofrecemos. 

El dibujo de Salcedo es la primera imagen gráfica que tenemos del castillo y la villa desde esa perspectiva, que sirve para conocer el trazado exacto de la muralla, hoy desaparecida en su mayoría, que ceñía a la ciudad medieval desde la propia fortaleza hasta el Tajo. Por ello este dibujo cobra especial importancia, ya que solo conocemos otros dos publicados con anterioridad; y ninguno de ellos nos ofrece la misma vista que hoy presentamos.

El primero, contenido en el tomo correspondiente a la provincia de Madrid, a la que pertenecía entonces Zorita, de la Geografía histórica de España, aparecido un siglo antes, en 1788, obra del geógrafo Tomás López, nos ofrece una vista frontal de la villa y el castillo desde el Tajo, que puede consultarse en línea en su edición digital: http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000000632. Una vista totalmente diferente a la que realizó el señor Salcedo noventa años después.

Muy distinto también es el grabado que, en 1870, acompañó al texto dedicado a nuestra fortaleza en la obra Castillos y tradiciones feudales de la península ibérica, publicado bajo la dirección de don José Bisso, que ofrece una imagen centrada exclusivamente en la fortaleza vista desde el arroyo Badujo, realizada por el dibujante y litógrafo J. Cebrián: http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000072076&page=1. Una preciosa vista que posteriormente fue editada en el establecimiento litográfico de N. González, en Madrid