Las declaraciones del ministro Garzón han tensado el comienzo del año político en Castilla-La Mancha. Por ello, el consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, ha instado hoy a «pensar en positivo, olvidar la polémica y trabajar por la gente». Apuntó que el propio Garzón «ha aclarado sus propias declaraciones» y también considera que Page «hace bien en decir lo que dijo, cada uno defiende su postura en la forma que le parece más oportuno». 

Arroyo expuso «que la ganadería intensiva existe» y señaló que no hay ningún otro lugar del mundo tan exigente en normativa como Europa. Señaló que «en algunas producciones es la única forma de producir». Eso sí, aclaró que la apuesta del Gobierno regional es un modelo de ganadería extensiva. 

Recordó que en Castilla-La Mancha se potencia con más de cincuenta millones de euros al año, con ayudas para pastoreo, bienestar animal, para daños de lobos y buitres, de protección de razas en peligro de extinción o de incorporación de jóvenes ganaderos. 

Tanto el consejero de Agricultura como la portavoz del PSOE en la región, Cristina Maestre, coincidieron esta mañana en afear «el nivel de coherencia» del líder del PP, Paco Núñez, pues recuerdan que fue a una manifestación contra macrogranjas cuando era alcalde de Almansa.  Maestre apostilló que cuando a Núñez «le ha interesado políticamente y tenía la presión ciudadana», portaba pancartas en manifestaciones en contra de las macrogranjas, pero ahora, «por un patinazo de terceras personas», dice que no va a apoyar la moratoria.

Arroyo se ha reunido hoy con el secretario general de CCOO de Industria en la región, Ángel León, que recordó que de 25.000 trabajadores que hay en la región en la industria agroalimentaria, 9.000 son del sector cárnico. Apuntó que para que un proyecto de ganadería se instale tiene que ser sostenible «medioambientalmente, económico y social». Cree que con Garzón se ha montado un «debate falso».