El polígrafo Miguel Avellana y Ariño (1815-1888)

Placido Ballesteros
-

El profesor que triunfó en la exposición provincial de 1876

El polígrafo Miguel Avellana y Ariño (1815-1888)

En las semanas precedentes le prestamos nuestra atención a los amplios reportajes que en las páginas de La Ilustración Española y Americana le dedicó Eusebio Martínez de Velasco a la Exposición Provincial de Guadalajara celebrada en nuestra ciudad en 1876, ilustradas con varios grabados realizados a partir de dibujos del natural que realizó el pintor seguntino Félix Badillo. Aquellos reportajes despertaron mi curiosidad por saber qué reflejo había tenido aquel acontecimiento, que había despertado tanta expectación en la provincia, en el resto de la prensa, tanto nacional como provincial.

Tras las búsquedas realizadas, puedo indicarles que varios de los más prestigiosos periódicos editados en Madrid (El Imparcial, La Correspondencia, La Iberia, La Patria, El Cronista, El Parlamento, La España) también se hicieron amplio eco de la Exposición. La mayoría de aquellos reportajes fueron posteriormente recogidos en las páginas de los 13 números de la Crónica de la Exposición Provincial de Guadalajara, el periódico publicado por el señor Manuel Fernández Vega para dar cuenta de aquel evento. Como quiera que son numerosos, y algunos bastante extensos, remito a todos aquellos de ustedes que tengan interés en leerlos a la edición digital de aquella venerable publicación, consultable en la web de la Biblioteca Virtual de Prensa histórica del Ministerio de Cultura: prensahistorica.mcu.es/es/consulta/registro.do?id=3699.

Hoy es otra mi intención: analizar la bio-bibliografía de uno de los participantes en aquella muestra más destacados, el profesor del Instituto provincial de Guadalajara Miguel Avellana y Ariño. Personaje cuyas obras bien se merecen tener un hueco en mi colección de Libros con Historia que estoy compartiendo con ustedes en las páginas de La Tribuna de Guadalajara.

A don Miguel Avellana y Ariño le fue concedida una de las medallas de plata entregadas en la Sección Científica y Literaria. Era la máxima distinción otorgada en dicha categoría por los organizadores de la Exposición que destacaron «su laboriosidad y sacrificios por la enseñanza, bien revelados en sus importantes estudios geográficos». 

A pesar de ello, tanto él como sus obras pasaron al olvido en las décadas siguientes en la memoria cultural de la provincia, y en la actualidad está prácticamente ausente de la bibliografía histórica provincial.

Afortunadamente, gracias a la labor que desde la asociación constituida por los considerados Institutos Históricos Españoles (aquellos IES que conservan patrimonio cultural y educativo), que está impulsando la recuperación de la memoria sobre las aportaciones que los profesores de Enseñanza Media realizaron desde la fundación de aquellos centros, cada vez son más las noticias que volvemos a tener sobre aquellos autores y sus aportaciones intelectuales.

En concreto, entre las comunicaciones presentadas en las III Jornadas de Institutos Históricos Españoles, celebradas en el IES Brianda de Mendoza de Guadalajara entre el 1 y el 4 de julio de 2009, editadas bajo la coordinación del profesor Juan Leal, encontramos la titulada Los estudios de humanidades en el Brianda de Mendoza 1856-2009. Algunas notas, presentada por Manuel Pérez López, que nos ofrece algunos datos biobibliográficos sobre nuestro autor. Información que hemos completado con las aportaciones realizadas por María del Pilar del Campo Puerta en su Tesis doctoral sobre Los materiales didácticos de los siglos XVII y XIX bibliotecas madrileñas, presentada en la Universidad Complutense de Madrid en 2015. Siguiendo ambos trabajos podemos ofrecer las siguientes noticias sobre don Miguel Avellana y Ariño y sus principales publicaciones.

Nacido en Calasanz, Huesca, en 1815, el señor Avellana en 1837 era ya profesor de Instrucción Primaria y preceptor de Latinidad; alcanzando diez años después la categoría de Regente de segunda clase en Retórica y Poética y en Historia y Geografía, lo que le posibilitaba dar clase en los Institutos de Segunda Enseñanza. En 1871, siendo Catedrático de Latín y Castellano en el Instituto de Pamplona, permutó su destino con D. Víctor Sainz de Robles, que era Catedrático de Retórica y Poética en el Instituto de Guadalajara. Desde esa fecha, don Miguel de Avellana y Ariño ejerció la docencia en nuestra ciudad, en la que murió en 1888, a los 73 años. 

A lo largo de tan dilatada trayectoria docente, se convirtió en un auténtico polígrafo, dando a la imprenta varios manuales apropiados para la enseñanza primaria y secundaria de diferentes materias y asignaturas. De todos ellos, cabe destacar los siguientes, pues fueron aprobados por el Real Consejo de Instrucción Pública como libros de texto para las escuelas e institutos, de los que indicamos la primera edición:

    • Autores latinos, colección de piezas escogidas para uso de las clases de latinidad. Madrid, 1844. 

    • Colección de autores latinos, con su diccionario manual adjunto. Madrid, 1845.

    • Arte de gramática latina. Cádiz, 1845.

    • Elementos y ejercicios de lectura. Cádiz, 1846.

    • Compendio de Historia de España. Madrid, 1861.

    • Colección de mapas especiales de España. Madrid, 1858-1861. 

Especial atención quiero pedirles para esta última publicación, por la que su localidad natal le concedió en 1862 una medalla de plata.

Desde el propio Instituto geográfico español, al abordar la cartografía histórica en España, se destaca que hasta 1850 el interés por los mapas temáticos había estado centrado casi en exclusiva en la elaboración del Mapa Geológico. De manera que en otras materias, las instituciones públicas no publicaron ningún mapa de esta naturaleza hasta 1876, año en que apareció la Carta de los ferrocarriles de España y carreteras de 1ª, 2ª y 3ª. Por ello cobra más interés y merece la pena ser destacada la Colección de Mapas Especiales de España de Miguel de Avellana.

Fue uno de los primeros intentos realizados en España de representación cartográfica del saber científico, intentando mostrar mediante mapas la información relacionada con diversas materias En concreto entre 1858 y 1861 fue publicando los siguientes mapas: 1 Mapa físico, 2 Mapa político (división antigua), 3 Mapa político (división moderna), 4 Mapa económico, 5 Mapa militar, 6 Mapa judicial, 7 Mapa universitario, 8 Mapa eclesiástico, 9 Mapa marítimo, 19 Mapa agrícola, 11 Mapa industrial, 12 Mapa minero, 13 Mapa comercial, 14 Mapa monumental, 15 Mapa histórico y 16 Mapa contemporáneo. Posteriormente fueron encuadernados formando un único volumen, que es como los hemos localizado entre los fondos de la Biblioteca Nacional.

En todos ello, en la parte superior, a continuación del título de cada uno de los mapas, aparece el nombre de la personalidad a quien fue dedicado. Seguida de una larga descripción del tema al que está dedicado. De su contenido podemos destacar la meticulosidad con que están grabados y la amplia información territorial, física y social que contienen, ofrecida tanto en el interior del mapa como en los márgenes donde con letra muy diminuta se ofrece muchísimos datos complementarios.

Una vez aparecidos los 16 mapas, don Miguel Avellana los completó con la publicación en 1861de lo que él tituló Prontuario de la Colección. Se trata de un librito organizado en 16 capítulos, cuyo título se corresponde al de los respectivos mapas, constituyendo en su conjunto una verdadera geografía física, política y social de España.