El inesperado "regreso" de Albert Rivera

Agencias-SPC
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Ciudadanos cambia su estrategia y rompe puentes con Pedro Sánchez, como ya hiciera su antiguo líder cuando vetó un acuerdo de investidura para alzar al socialista a La Moncloa

El inesperado "regreso" de Albert Rivera

Después de un año de negociaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez para sacar adelante los estados de alarma (los naranjas siempre apoyaron al Ejecutivo en el Congreso durante las prórrogas de 2020 y, posteriormente, para imponer de nuevo la herramienta constitucional durante seis meses) y los Presupuestos Generales del Estado, que en este caso no fructificaron, Ciudadanos ha cambiado su estrategia con respecto a Moncloa, regresando así al camino marcado por su anterior líder, Albert Rivera. Así, los de Inés Arrimadas apuestan ahora por una oposición frontal al Ejecutivo, volando los puentes con Pedro Sánchez.

Las últimas derrotas estrepitosas en las urnas, primero en Cataluña y después en Madrid, donde quedó totalmente fuera de juego, y sumado todo esto al fracaso de la moción en Murcia que promovieron con los socialistas para apartar al popular Fernando López Miras del poder, han dejado muy tocado a Ciudadanos, que trata ahora de recomponerse con una nueva hoja de ruta. Aunque falta el visto bueno de la convención de julio, de momento los cambios se han empezado a vislumbrar en su relación con el Gobierno al dejar claro que no son socios de Sánchez, no lo han sido y no lo van a ser, marcando así una distancia que se ha hecho más evidente después de la intención del Ejecutivo de indultar a los presos del procés.

Si bien Arrimadas insiste en que la ruptura con el socialista se produjo después de que el presidente eligiera a ERC y a EH Bildu como sus socios presupuestarios, ignorando la mano tendida que le ofreció ella, las relaciones con Moncloa se han mantenido fluidas muchos meses después. De hecho, directamente con Moncloa negociaron la doble moción en el Ayuntamiento y la Región de Murcia, que fracasó en la Asamblea regional el pasado 13 de marzo y desencadenó un adelanto de las elecciones madrileñas que acabaron de un plumazo con los 26 escaños que tenían. Además, desde las filas naranjas aseguran que en el Congreso seguirán apoyando las iniciativas que consideren positivas para la ciudadanía, independientemente de que sea el PSOE o el propio Gobierno el que las proponga, pero remarcan que no irán más allá.

Sin embargo, tocado -y casi hundido- por las derrotas electorales, Cs busca reflotar el proyecto y lo hace alejándose del PSOE, como hizo en su momento Rivera cuando vetó cualquier acuerdo de investidura con Sánchez o con los socialistas antes de las elecciones del 28 abril de 2019 en las que logró su mejor puntuación (57 escaños), aunque siete meses después, en la repetición electoral, quedó en la irrelevancia. Dentro de la misma estrategia, Arrimadas está dando pasos para recomponer su relación con Pablo Casado, dañada por la moción en Murcia, y la repentina convocatoria de elecciones en Madrid.

Más allá de los posibles socios, el partido quiere relanzar la marca, devaluada por los malos resultados electorales y, para ello, van a poner el foco más en reivindicarse como partido liberal que de centro, como han estado haciendo durante este primer año de liderazgo de Arrimadas sin obtener buenos resultados. También aquí reaparece Rivera, ya que el exlíder naranja fue el primero que apostó por este giro al liberalismo al promover en la Asamblea de 2017 la supresión de la tradición socialdemócrata de Cs, que pasó a definirse como fuerza de centro liberal progresista, aunque después fue escorándose a la derecha para intentar superar a los populares, y tanto se arrimó que el voto se le escapó hacia el PP y Vox o se quedó en la abstención.

Ahora Arrimadas se enfrenta al reto de cómo encauzar la hoja de ruta de su partido para sobrevivir en las próximas elecciones generales, que se celebran dentro de dos años, y tener al menos una representación similar a la que consiguieron en las últimas (10 diputados). Y en ese camino complicado en el que la formación se juega su futuro, la batalla contra los indultos de los condenados por el 1-O pone en dos semanas al partido naranja en una posible situación incómoda: reeditar o no la polémica foto de Colón. De momento, Arrimadas ha confirmado su asistencia a la concentración convocada el 13 de junio por la plataforma Unión 78, a la que asistirán el PP y Vox. ¿Habrá imagen con Casado y Abascal?