Javier del Castillo

Javier del Castillo


Entre Filomena y Cumbre Vieja

27/12/2021

Empezábamos el 2021 con la borrasca Filomena y lo vamos a terminar, toquemos madera, con el apagón definitivo del volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma. Iniciábamos la cuesta de enero con la confianza puesta en las vacunas contra el Covid-19 – creyendo ingenuamente en que "año de nieves, año de bienes" – y lo acabamos con un repunte de los contagios y con las mascarillas puestas. Y, lo que es peor, con otros dos repuntes también preocupantes: la subida imparable de los precios de la energía y el incremento de la inflación.

He repasado los acontecimientos más destacados del año que termina y no acabo de ver argumentos sólidos que justifiquen el optimismo de Sánchez. La España de la recuperación, la España que más y mejor pone las vacunas, la España emprendedora, donde se crean más puestos de trabajo – aunque el índice del paro siga siendo el más alto de la Unión Europea -, la España en la que nadie se va a quedar atrás en la salida de la crisis, y todos juntos en una carrera hacia un mundo feliz… ¡Qué maravilla! ¡Cuántas palabras bonitas!, que suscribiría la recién elegida Miss Mundo.

Pero la realidad es tozuda y no siempre se alinea con las necesidades y ambiciones de políticos oportunistas. Durante el 2021 han ocurrido en nuestro país sucesos inesperados y hasta fenómenos interplanetarios como la subida a los cielos de Isabel Díaz Ayuso y la caída estrepitosa a la lona de Pablo Iglesias. Este último abandonó la vicepresidencia del Gobierno para salvar a Madrid de las garras de la derecha fascista, "heredera de Franco", pero ni con sobres que contenían casquillos de balas consiguió acercarse mínimamente a ese objetivo.

Sorprendente fue también la remodelación del Gobierno llevada a cabo por Sánchez el 10 de julio. Sánchez no dejó títere con cabeza y se llevó por delante a sus hombres y mujeres de confianza: Iván Redondo, José Luis Ábalos y Carmen Calvo. El que fuera gurú de Moncloa escribe ahora en La Vanguardia sus reflexiones políticas; Ábalos sigue sin desvelar el contenido de las maletas de Delsy, y Carmen Calvo comparte tertulia, que no opiniones, con Iglesias en una importante cadena de radio.

Mientras tanto, Yolanda Díaz sigue levitando. La vicepresidenta segunda del Gobierno, se ha ido consolidando como la nueva esperanza de la izquierda. Primero se hizo la foto con Ada Colau y Mónica Oltra en Valencia y posteriormente recibió emocionada la bendición y el apoyo del Papa peronista a su reforma laboral en los salones de El Vaticano. Tampoco ha estado mal, aunque no le guste a Íñigo Errejón ni a Pablo Echenique, el ascenso de Marta Ortega a la presidencia de Inditex por vía paterna.

En el año de la recuperación y las vacunas - los dos asuntos preferidos del presidente del Gobierno -, se cruzó en nuestro camino ómicron, la nueva variante del coronavirus, y también la visita, sin previo aviso, de miles de niños marroquíes a las costas de Ceuta. Niños que habían sido "animados" por el gobierno de Marruecos a participar de una invasión pacífica a la ciudad española, como represalia por haber acogido en nuestro país, por motivos de salud, al líder del Frente Polisario, Brahim Gali.

La salud mental de los españoles, como no podía ser de otra manera, ha empeorado en 2021 y así lo corroboran los suicidios y las visitas al psicólogo. Y, para que no todo sea negativo, brindemos por la llegada del AVE a Galicia y por la de los fondos europeos, que tanta falta nos hacen.