La gayuba de Majaelrayo, diamante verde con poder curativo

Belén Monge Ranz
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Una planta medicinal que crece en abundancia en las montañas de la Sierra Norte, a cuyos municipios aporta con su venta unos ingresos extraordinarios nada desdeñables

La gayuba de Majaelrayo, diamante verde con poder curativo - Foto: Javier Pozo

Desde hace varias décadas, cada primavera y cada otoño, temporeros de Jaén se trasladan casi durante la mitad del año hasta la Sierra Norte de Guadalajara para recolectar una planta desconocida para muchos, como es la gayuba o uva de oso -nombre por el que también se la conoce-, que recogen en lo más alto de estas montañas serranas. Aunque hasta ahora yo misma ignoraba las propiedades de este arbusto que crece a gran altura, son muchas y muy variadas. Desde fines medicinales como diurético, hasta un uso estético, concretamente para quitar manchas o para el acné. 

Fue en un viaje al pequeño y bello pueblo de  Majaelrayo, situado en la Arquitectura Negra de la provincia, cuando, de manera casual, nos sorprendió la presencia de un grupo de temporeros dejando unos sacos cargados de alguna planta en montones. Al preguntarles, nos dijeron que llevaban algunos años viniendo con la empresa jerezada Alborasur, regentada por los hermanos María Tiscar Molina y Timoteo Molina y dedicada a la recolección de plantas y productos silvestres. 

Estaban allí para recolectar gayuba que vendían después a otros paises. Los hermanos Molina conocieron la planta a través de su padre. Un hombre curioso que en una visita a la zona la identificó y se la llevó al Sur para estudiarla. Allí se desvelaría la utilidad de esta planta y ahí comenzaría su regreso a la comarca serrana.

La pandemia impidió que la pasasa primavera pudieran venir a Majaelrayo a recolectar gayuba pero si lo hicieron en otoño y lo han vuelto a repetir esta primavera. «Aquí se encuentra la madre de la gayuba. Creo que es una de las mejores zonas de España», afirma Timoteo, quien antes de Majaelrayo había estado en la recolección en en Cantalojas, Galve, Atienza y en Semillas. «Es un trabajo duro pero es nuestra vida», afirma José Damián Padilla, uno de los temporeros que está con él. Así, cada día, durante varios meses, José sube a una altitud de casi 1800 metros para recolectar gayuba. En otoño se deja sentir el frío y el rocío pero ahora el mal mayor es el calor y las moscas. «Hay mañanas de frío pelao que uno no sabe ni donde tiene las manos», subraya también Timoteo. 

Deberíán estar acostumbrados pero, aunque en Majaelrayo están a gusto, sienten morriña por su tierra y la familia.    

No tienen días marcados de descanso. El tiempo es el que marca. La recolección de la hoja de gayuba se realiza totalmente a mano. Cada temporero tiene su función. Mientras varios siegan con unas debrozadora de hélice, otros cogen los cepillos y se ponen a hacer montones que meten en sacas grandes que luego se transportan en un vehículo con remolque hasta la zona baja de la montaña. Allí se carga la planta en grandes camiones y se traslada a los secaderos de Quesada, municipio jerezado donde tiene su sede esta empresa Alborasur, al parecer, única en España que se dedica a esta labor, al menos eso aseguran los hermanos Molina.

Cuando la gayuba llega al secado, es importante orearla. A continuación se pasa por la máquina para separar el tallo de la hoja . Una vez limpia, el paso final es la comercialización. Un negocio que dirige a la perfección María Tiscar. 

Su empresa vende al por mayor a herbolarios y a otras compañías. Con la gayuba elaboren infusiones, plantas medicinales o cremas. Pero ahora esta empresa jerezada se ha marcado un reto más alto. elaborar ellos mismos cremas y cosmética natural. Pronto será un sueño cumplido y Majaelrayo habrá contribuido a ello, afirma la gerente. «Es muy buena como infusión, para eliminar las piedras en el riñón, y para la próstata. En mi pueblo la gente empezó a tomarla y no tienen piedras. También quita manchas», apunta.

Para el delegado de Desarrollo Sostenible, José Luis Tenorio, se trata de un aprovechamiento autorizado más de los montes, que crece con abundancia en esta zona. Y lo cierto es que al pueblo de Majaelrayo también le aporta un ingreso añadido nada desdeñable, además de «suponer un beneficio importante porque sanea el monte», apunta su alcaldesa, Sonia Atienza poco antes de que Francisco Alhambra, el conductor de El Pontonero, nombre del camión de doce metros que traslada la gayuba al sur,  arranque la ruta de regreso al sur.  Termina una temporada y en breve tendrán que volver a estos silenciosos parajes montañosos en busca de salud y de ingresos económicos.