Avefrías, mensajeras del frío

Fernando López Herencia
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El uso masivo de pesticidas en toda Europa causa una notable pérdida de aves

Avefrías, mensajeras del frío

En las últimas décadas parece que el ser humano tiene prisa por transformar y cambiar todo, a veces precipitadamente, basándose en muchas ocasiones solo en la economía a corto plazo sin importarle las consecuencias. Es lo del dicho de todos conocido tan español, el que venga atrás que arree. Y eso lo estamos viendo en la naturaleza con el aumento o dramática disminución de algunas especies sobre todo de aves.

La población del águila imperial o el quebrantahuesos se ha incrementado notablemente, incluso algunas como la paloma torcaz se han convertido en doméstica al encontrar en las ciudades protección y refugio en los árboles de los parques, donde pasa la noche en grandes cantidades y donde llegada la época de reproducirse instala sus nidos, con menos peligro de depredadores que en el campo. Sin embargo, la mayoría de las aves han sufrido una pérdida muy importante de sus efectivos.

Entre los mamíferos, simplemente su número se ha disparado, tanto herbívoros como carnívoros, afectando en algunos casos a la vegetación y al resto de la fauna. Es el caso del jabalí, que es un depredador más, eliminando muchas formas de vida. Las aves no han tenido la misma suerte, sobre todo las que están ligadas a las grandes extensiones de cultivos cerealistas. El hombre roturó muchas tierras para dedicarlas a la agricultura, lo que en un principio les favoreció ampliando su área de distribución, pues son en su origen de zonas esteparias,  algo desérticas, marismas y pastizales, proporcionándolas un hábitat idóneo para un ave tan apegada al suelo donde hace su nido, hasta la llegada de los pesticidas.

Recuerdo cuando los fines de semana los pasábamos en Espinosa de Henares, en el recorrido desde Guadalajara por la carretera de Fontanar en estas fechas no dejabas de ver aves de diferentes especies. El recorrido era todo un espectáculo para el aficionado a la ornitología. Más de una docena de ratoneros posados en los postes, cernícalos cernidos en el aire, el pausado planeo de los milanos reales y el fugaz paso a ras de suelo del esmerejón detrás de los miles de pajarillos como jilgueros, pardillos y estorninos pintos, incluso algún bando de perdices y una considerable cantidad de avefrías por los rastrojos y siembras en busca de lombrices, larvas e insectos .

Muy cerca de la capital, enfrente de la finca Castillejos, había una alfalfa donde las estancia de estas aves en invierno era permanente. En la actualidad, solo se ve alguna de paso muy ocasionalmente, precisamente, en esta finca criaban ejemplares que no emigraban pues durante varias temporadas vimos cómo sacaban algunos pollos, también en lugares con las lagunas de Beleña, Uceda, Carrascosa de Henares, Membrillera y otros más.

Según los expertos el avefría ha descendido drásticamente a raíz del uso masivo de pesticidas en toda Europa, por lo que no es de extrañar que se esté convirtiendo en un ave rara de observar en nuestra provincia. Me deja un tanto perplejo la pasividad de las autoridades europeas ante las continuas alarmas por parte de muchos reconocidos ornitólogos, pues la pérdida de aves en nuestro continente está alcanzando una situación realmente dramática para muchas. Nos centramos en la protección de las grandes rapaces o el urogallo, pero qué pasa con cientos de pequeñas especies de aves tan desconocidas por todos, la mayoría insectívoras tan útiles para nosotros y más ahora con la entrada de insectos invasores peligrosos para la salud.

Ha surgido la noticia de que investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha están consiguiendo desarrollar un recubrimiento o blindaje para las semillas de siembra que no es tóxico para las aves granívoras. Esa es la dirección que se debería tomar para con otros muchos productos. Qué triste sería un mundo sin el vuelo y sonido de las aves.

El nombre de avefría le viene de muy antiguo, cuando los hombres del campo las veían llegar con los rigores invernales más duros. Es un ave migradora llegando a Marruecos pero no suele realizar viajes transaharianos. Dentro de la provincia y en el resto de la península cambia de lugar dependiendo de las condiciones que sean más favorables o no, desapareciendo durante un tiempo si el terreno permanece helado durante muchos días lo que daría lugar a no poder alimentarse.

 Su plumaje es muy vistoso. El macho tiene la parte superior de la cabeza negro brillante con varias plumas largas y finas, por la espalda es verde oscuro con reflejos metálicos cobrizos, por debajo es blanco con las cobertoras de la cola color canela y patas rosadas.