El último reto del entrenador que evolucionó a la 'Mannschaft'

Santiago Aparicio (EFE)
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El último reto del entrenador que evolucionó a la ‘Mannschaft'

Aún tiene mucho que decir en la Eurocopa Joachim Löw, al que se le acumulan las ofertas después de desvelar que, una vez culmine su periplo en la competición, dejará el banquillo de Alemania.

Fue el pasado 9 de marzo pasado cuando este técnico nacido en Schönau hace 61 años anunció que pondría fin a su recorrido como seleccionador después de tres exitosos lustros en el cargo. Una decisión personal barruntada tiempo atrás por un hombre metódico que fue capaz de cambiar la idiosincrasia del fútbol de su país, de dar un giro al sistema y de modernizar la forma de jugar.

Yes que desatendió parte de los principios del juego germano. Esos amparados en la fuerza, en el coraje, en el fútbol directo y en la autoridad. Eran otros tiempos.

Löw aprendió de aquella final contra España en la Eurocopa de Austria-Suiza 2008. Llevaba dos años como seleccionador y no regateó elogios a su adversario. Aquella era la manera de jugar y la fórmula para proceder.

Asumió una reconversión en el equipo. Aprovechó el talento de la hornada que apretaba, distinta, al margen del clasicismo alemán. Encontró a jóvenes como Neuer, Özil, Kroos, Khedira o Müller. No ganó el Mundial en Sudáfrica. Volvió a ser arrinconada por la Roja en la semifinal. Pero lejos del cese, la Federación amplió la confianza en su idea. La del gusto por el balón y el toque. Por la elaboración. Por el juego. La del esplendor del pase y la posesión.

Fue cuatro años después cuando llegó su explosión en el banquillo. El dominio español decayó y él tomó el relevo. Fue en el Mundial de Brasil cuando el éxito le llegó.

Hizo de Alemania un equipo intratable. Sonrojó a Brasil en ‘semis’ y se impuso a Argentina en la final. Ya sí, campeón del Mundo.

El trayecto y la idea habían triunfado. La apuesta por este técnico con aires de actor de cine y puesta en escena sosegada, situó a su fútbol en la cima. El entrenador procuró alargar el rendimiento. Se quedó en puertas de la final en la Eurocopa de 2016, que advirtió la decadencia de un equipo que tocó fondo en el Mundial de Rusia, donde por primera vez en la historia Alemania no pasó la fase inicial.