La exportación agroalimentaria sorteó la crisis

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Aumentaron ventas al exterior en los sectores hortofrutícola y cárnico, aunque y bajó la salida de vinos y aceite hacia países extranjeros

La exportación agroalimentaria sorteó la crisis

La exportación de productos agroalimentarios ha sido uno de las pocas actividades económicas que no solo ha sabido sortear la crisis provocada por la pandemia, sino que ha registrado un incremento en sus ventas en el exterior, según los datos manejados por la Administración. Globalmente aumentaron las ventas, aunque cada sector ha tenido suerte diferente. Mejoraron frutas y hortalizas y carnes, especialmente el porcino. Perdieron el vino y el aceite.

En conjunto, las exportaciones agroalimentarias en 2020 ascendieron a 53.102 millones de euros, lo que supuso un incremento del 4,3% sobre el año anterior. En dirección contraria, las importaciones ascendieron a 35.297 millones, lo que significa un saldo comercial récord de la balanza de 17.805 millones de euros. Para Jaime Palafox, experto en el comercio internacional agroalimentario, estas cifras, a diferencia de años anteriores, se han logrado a pesar de la volatilidad que dominó los mercados como consecuencia de la situación provocada por el covid.

Los datos oficiales ponen de manifiesto, en primer lugar, que las exportaciones agroalimentarias españolas mantienen la línea de mejora iniciada en la última década con una tasa media de crecimiento entre 2010 y 2020 del 6,3%, frente a las cifras de estabilización o recortes registradas por los competidores más directos en la Unión Europea. En ese sentido, Francia sufrió una caída del 3,9%, Alemania del 1,9%, Italia creció solo un 2,1% y Holanda un 0,5%. Con los datos de 2020, España se consolida como el cuarto país exportador de la Unión Europea, desplazando de ese puesto a Italia.

Aunque el resto de los países comunitarios acaparan una parte muy alta de las exportaciones agroalimentarias españolas con sectores que superan el 90%, como en frutas y hortalizas, la realidad es que las ventas al exterior tienen una amplia diversificación al llegar a más de un centenar de países. Fuera de la Unión Europea se registró un aumento medio del 10%, frente al 5% registrado en relación a los demás países comunitarios. En el último ejercicio, en la parte positiva destacan los mercados de China, Alemania, Arabia Saudí y Marruecos; mientras en la negativa están Italia, Portugal, Filipinas, Japón o México.

Por sectores, a la cabeza de las ventas en el exterior se hallan las frutas y hortalizas, con ventas por encima de los 12 millones de toneladas por valor de 16.459 millones de euros. La pandemia supuso para el sector, en el primer semestre del año, la necesidad de adoptar fuertes medidas de precaución con incrementos de costes laborales que, afortunadamente para los productores, fueron compensadas con un aumento de la demanda y con mejores precios. En los meses de la crisis, con la salud, la calidad y la seguridad alimentaria como bandera, aumentó la demanda de frutas y hortalizas, tanto en el mercado interior como en las exportaciones. La noticia positiva es que, pasados los primeros meses más duros de la crisis, se ha mantenido la tendencia positiva en la demanda todos los mercados.

Las carnes en su conjunto suponen el segundo sector en el comercio exterior agroalimentario con ventas de 3,5 millones de toneladas por valor de 9.145 millones de euros. En ese bloque se hallan las exportaciones de animales vivos (ovino y, fundamentalmente, vacuno) a países del norte de África y del Próximo Oriente. Sin embargo, el grueso de las ventas corresponde al sector del porcino de capa blanca, cuyas exportaciones se situaron en 2,9 millones de toneladas con un valor de 7.629 millones de euros, lo que convierten a España en el segundo país exportador de carne de porcino del mundo, solo por detrás de los Estados Unidos, superando ya a Alemania.

El sector del porcino, aunque ya tenía una posición muy importante en China, en los dos últimos años ha reforzado su peso en el comercio en ese país ante el desarrollo de la peste que diezmó su cabaña. En ese contexto, en 2020 las ventas de porcino español en ese mercado se dispararon hasta los 1,4 millones de toneladas por valor de 3.732 millones (un incremento del 72%). En el mercado del porcino destacan igualmente las ventas en otros países asiáticos como Japón, Corea, Vietnam, Hong Kong o Filipinas, así como con la apertura progresiva de otros en Centro y Sudamérica, donde destaca México, más que en carne por la competencia con Estados Unidos, en productos derivados ligados a las tradiciones españolas alimentarias.

A la cabeza de la parte negativa de las exportaciones agroalimentarias españolas en 2020 se encuentra el aceite de oliva, con un descenso en las ventas del 6% hasta los 2.741 millones de euros. Este descenso se ha debido fundamentalmente a la caída de operaciones en el mercado de los Estados Unidos ante la aplicación de nuevos aranceles que dificultaban la competencia del aceite de origen español con el procedente de otros países. En Estados Unidos España colocaba más de 150.000 toneladas, volumen que no se han podido exportar a otros países a pesar del incremento en las ventas.

Los efectos de la pandemia con el cierre de la restauración ha provocado que se pierdan posiciones en las ventas de vino en el exterior con operaciones en el entorno de los 20 millones de hectolitros y un descenso del 3% en valor al quedarse en 2.741 millones de euros. Aunque España se mantiene como el principal país exportador de vino de la UE, consecuencia del gran peso de las ventas de los graneles, el sector se halla muy por detrás de los ingresos obtenidos por los exportadores franceses que ingresan más de 8.000 millones de euros o de los 5.000 millones de euros de los italianos. Frente a los 6,08 euros por litro de media de la exportaciones de los vinos franceses, o de los 2,93 euros de los vinos italianos, España exportó a un precio medio de solo 1,27 euros litro, una cifra incluso por debajo de la media de las operaciones en el comercio mundial del vino, que supera los 1,50 euros por litro.

En ese bajo precio medio juegan un papel clave las ventas de casi seis millones de hectolitros de graneles a Francia a menos de 0,50 euros litro, otros 2,25 millones de hectolitros al mimo precio a Italia o los cuatro millones de hectolitros a Alemania. El reto del sector es claro: apostar más por la calidad que por el volumen y por el envasado frente a los graneles, cuyo destino final puede ser, en muchos casos, la competencia a algunos vinos españoles envasados.