El día más rosaliano del Cervantes

EFE
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La Caja de las Letras recibe el legado del poeta Luis Rosales, compuesto por manuscritos, estudios sobre el autor del 'Quijote' y una camisa que vestía cuando fue nombrado académico

El hijo del escritor, Luis Rosales Fouz, deposita ejemplares inéditos de su padre en la caja de seguridad del Instituto.

Desde primeras ediciones de sus poemarios a la camisa que llevó el día que ingresó en la Real Academia, y desde las llaves de su casa a una capa, el legado del poeta Luis Rosales permanece custodiado desde ayer en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, que vivió su jornada más rosaliana.

El organismo que promueve el castellano por todo el mundo rindió ayer un doble homenaje a Luis Rosales (Granada, 1910 - Madrid, 1992), poeta y ensayista de la Generación de 1936 y premio Cervantes 1982, uno de los poetas más importantes del siglo XX en español, estudioso de la poesía y un enamorado de la palabra.

«En una palabra cabe una autobiografía», aseguraba Luis Rosales, según recordó el director del Instituto, Luis García Montero, en el acto celebrado en la Caja de las Letras, donde el hijo del literato depositó su legado en la caja de seguridad 1236 de esta antigua cámara acorazada que alberga la sede de la institución en Madrid.

Luis Rosales Fouz, hijo del poeta y también escritor, guardó en la Caja de las Letras un amplio legado, entre el que destacan las primeras ediciones de obras como Abril (1935) o La Casa Encendida (1949) y otros muchos objetos, cada uno de los cuales tiene su historia.

Rosales Fouz explicó que este día «tan rosaliano» era muy importante para la memoria de su padre y confió en que su legado sirva para que en el futuro se puedan leer y escuchar sus versos.

El primero de los objetos depositados fue un sello postal que hizo Correos en el centenario del nacimiento de Rosales, en 2010, al que siguió la primera edición de Abril, cuya publicación en 1935, rememoró, tuvo una gran acogida entre los poetas de la época.

Se dijo entonces, recordó su hijo, «que García Lorca y Neruda pensaban que Rosales no era una esperanza sino toda una realidad».

También incluyó la primera edición de La casa encendida, seguramente su mejor obra, que escribió en seis días y que marca un «antes y un después en la poesía española» y que ha dado nombre a «una institución magnífica», destacó. Un ejemplar al que acompaña un CD en el que se puede oír al poeta recitar sus versos.

«La casa encendida era también nuestra casa de Altamirano, 34», domicilio madrileños donde vivió el literato y donde escribió esa obra, rememoró el hijo, «un lugar donde se hablaba y se hablaba» y por eso ha legado sus llaves a la Caja de las Letras, «para poder seguir entrando en ella».

Junto a las dos primeras ediciones de libros tan recordados, también introdujo otros ejemplares «más desconocidos», como son Cervantes y la libertad y Retablo sacro del nacimiento del señor.

Y es que Luis Rosales «fue un gran cervantista». Tardó 10 años en terminar la obra sobre el autor del Quijote y fue la que le produjo más orgullo haber escrito. Mientras, el segundo título se trata de «una pequeña joya» con villancicos suyos en el que se ve «al Jesús más humano de la poesía religiosa española».

La parte de la entrega «más personal» consistió en la camisa que llevó a su toma de posesión como académico de la RAE, además de la insignia de oro que le fue otorgada por el Ayuntamiento de Cercedilla (Madrid), donde está enterrado y donde escribió la mayor parte de su obra poética, desde 1963 hasta 1984, cuando sufrió un ictus. Y también incluyó una «enorme capa» que usaba su padre y que le prestó en alguna ocasión, recordó.

 

Granada, en el corazón

La ciudad de Granada fue muy importante en la vida y en la obra de Luis Rosales, y nunca quiso «disfrazar» su cerrado acento granadino: le rebosaba el andalucismo «por todos los poros del alma», aseguró Rosales Fouz, que hizo entrega de la medalla de oro al mérito por la ciudad de Granada y un DVD con imágenes de La Alhambra comentadas por el poeta.

Al legado cedido por el hijo del poeta se unió el depositado por José García Montero, hermano del director del Cervantes y estudioso de la figura de Rosales, consistente en cuatro manuscritos de los años 30, de la época anterior a su traslado a la capital de España, de los que tres son inéditos.

El homenaje en el Cervantes continuó con la presentación del libro Desde que tus pasos me abren el camino. Un paseo por el Madrid de Luis Rosales ( Visor Libros), escrita por Luis Rosales Fouz y por la poeta Cova Sánchez-Talón, una obra que recrea un paseo imaginario por los lugares más cercanos donde el académico de la RAE habitó, tanto en Madrid como en su refugio de Cercedilla, y relata hechos importantes y situaciones desconocidas sobre su vida.