La Exposición Provincial de 1876 (II)

Plácido Ballesteros
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Guadalajara en 'La Ilustración Española y Americana'

La Exposición Provincial de 1876 (II)

La Exposición, inaugurada por el ministro de Fomento el 14 de octubre como vimos en la entrega de la semana pasada, tenía previsto su cierre un mes más tarde, el 14 de noviembre. Pero la muestra, que había conseguido reunir obras, objetos y productos aportados por a más de 1.700 expositores no fue clausurada hasta el día 29. 

El aplazamiento de las fechas se debió a que los organizadores consiguieron que el acto de entrega de los premios estuviera presidido por el joven monarca Alfonso XII, que se desplazó hasta nuestra ciudad. Con tal motivo, nuevamente “La Ilustración Española y Americana” volvió a dedicarle un amplio espacio en sus páginas al evento celebrado en Guadalajara. Junto a la crónica del acto, escrita también en esta ocasión por Eusebio Martínez de Velasco y que reproducimos a continuación, dos fueron los grabados dedicados al acto por la revista madrileña, obra del pintor y dibujante seguntino Félix Badillo:

«La Exposición provincial que se ha verificado recientemente en Guadalajara, y de la cual ya hemos dado amplia reseña en el núm. XL de este periódico , si bien ha sido un modesto certamen artístico, industrial y agrícola, mucho más si se compara con los grandiosos concursos universales celebrados en otras naciones, ha servido por lo menos de prueba honrosísima para demostrar que en aquella provincia existe el estímulo del trabajo, y aspiraciones nobilísimas a marchar con seguro paso por la senda del progreso. 

El miércoles 29 del actual se celebró con la mayor solemnidad, bajo la presidencia de S. M. el Rey y de S. A. R. la Princesa de Asturias, el acto de repartir los premios a los expositores de objetos que han merecido, a juicio del Jurado, la distinción ofrecida en el programa. 

A las dos de la tarde llegaron las Reales personas al antiguo convento de la Concepción, donde estaba instalado el Concurso, y en cuyos vastos salones se apiñaba desde bien temprano distinguida y numerosa concurrencia; en seguida, el Jefe de la Sección de Fomento leyó una Memoria relativa a la Exposición; efectuóse después la distribución de premios a los expositores, quienes recibieron de manos del joven Monarca sus respectivos diplomas, y pronunció luego un elegante discurso el Gobernador civil de la provincia.

Inmediatamente hizo uso de la palabra S. M. el Rey, y en un discurso notable manifestó su satisfacción por los generosos esfuerzos que hacia la provincia de Guadalajara para aumentar su producción y su riqueza; dijo que el trabajo, ya conseguida la paz, ofrecía los óptimos frutos del progreso y de la civilización; deseó, en fin, que todas las provincias españolas imitasen el noble ejemplo de Guadalajara. Con unánimes aplausos fueron recibidas las elocuentes frases de S. M.

El solemne acto terminó a las cuatro y media de la tarde, con una detenida visita a las salas y dependencias de la Exposición.

Los grabados que damos en la pág. 3644 se refieren a esta honrosa fiesta: es el primero un retrato del digno Gobernador civil de la provincia, D. Antonio Alcalá Galiano, a quien de derecho corresponde un sincero aplauso de las personas ilustradas, por haber sido iniciador y organizador activo e inteligente del concurso; es el segundo una vista del salón presidencial en el acto de verificarse la entrega de los diplomas a los expositores premiados, y ha sido tomada del natural por nuestro colaborador artístico Sr. Badillo. EUSEBIO MARTÍNEZ DE VELASCO».

Culminaba con aquel broche de oro el proyecto puesto en marcha por Antonio Alcalá-Galiano Miranda, que había promovido el evento pocos meses antes para impulsar el progreso de la provincia recién terminada la tercera guerra carlista.

Nuestro personaje había llegado a Guadalajara tras ser nombrado por el Gobierno de Cánovas del Castillo Gobernador Civil de la provincia en 1875, en pleno conflicto carlista. Era, a priori, un destino complicado pues nuestra provincia fue uno de los escenarios en los que las operaciones armadas se mantuvieron hasta el final de la guerra.

Era hijo de Antonio Alcalá Galiano, que había sido ministro del último gobierno del Trienio Liberal y que se había tenido que exiliar a la llegada de las tropas del Duque de Angulema para restablecer el absolutismo. 

De fuertes ideas liberales y regeneracionista inculcadas por su padre, tras el Gobierno Civil de Guadalajara, en el que se mantuvo hasta 1878, ocupó el mismo cargo durante unos pocos meses en Alicante ese mismo año; para pasar posteriormente a ocupar el de Toledo durante los años 1879 y 1880.

Había realizado sus estudios de Derecho en la Universidad Central de Madrid y tenía una amplia formación cultural, que se pone de manifiesto en las magníficas cartas literarias que le escribió su primo el escritor Juan Valera Alcalá Galiano, una de las figuras más representativas de la España intelectual del siglo XIX español.

Ofrecemos como ilustración el magnífico retrato que de él realizó Félix Badillo para acompañar la crónica del acto de clausura de la Exposición de Guadalajara.