Alcolea de las Peñas

Fernando J. Cabañas
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La población está a 1.000 metros sobre el nivel del mar en el norte de la provincia

Alcolea de las Peñas

En la misma prehistoria parece ser que llegaron a este lugar los primeros pobladores. No es de extrañar que encontraran refugio en las caprichosas formaciones de roca arenisca que les ayudó a la construcción de alguna obra defensiva, que sorprende al visitante en su conjunto. Seguro que el arroyo o río Alcolea por entonces tendría mucho más caudal lo que facilito el asentamiento.

El nombre le viene del árabe, que quiere decir pequeña fortaleza. Se encuentra a unos 1.000 metros sobre el nivel del mar en el norte de la provincia, próximo a la de Soria. En su término, en un cerro que destaca, está el paraje llamado Perical. Allí se encontraron abundantes restos ceramios de tiempos pasados,concretamente de la Edad del Bronce entre el año 1.400 a 1.200 antes de Cristo. Se demostró que existió un poblado celtibérico en donde había una necrópolis escavada en la roca. Se estas tumbas se pudieron recuperar elementos cerámicos, armas y broches que se guardan en el Museo Arqueológico Nacional y que posteriores estudios de estas piezas sitúan la necrópolis en la Edad del Hierro. En su territorio se puede ver un conjunto al que llaman el castillo de cuevas talladas en la piedra, muy antiguas y escasos restos de lo que fue un poblado medieval.

Los alrededores del pueblo y zonas más llanas dan para mantener una agricultura de cereal de secano, beneficiándose de ello algunas especies de aves por el retraso de las siembras, que se cosechan más tarde que en la parte sur con bastantes días de diferencia. Esto permite el desarrollo de los pollos de las aves, que establecen los nidos en el suelo al amparo de las espigas. Es el caso de la perdiz, la codorniz, el triguero o el escaso aguilucho cenizo, que tantas veces sufre el paso de las máquinas antes de poder volar entre otras. Esta comarca es interesante para los estudiosos y observadores de aves pues en estos días se pueden ver un buen número de ellas, de las que regresan a sus cuarteles de invierno. A lo largo del día, en grupos a veces de varias decenas, pasan los milanos negros y halcones abejeros, los más madrugadores, partiendo hacia el continente africano. Pronto escasearán los insectos, que son la base de su dieta por lo que no les conviene retrasarse.

Alcolea de las PeñasAlcolea de las PeñasLes siguen las águilas calzadas ,aunque aún permanecerán casi dos meses más antes de abandonarnos, y las culebreras especializadas en la captura de culebras y lagartos, que en las zonas más despejadas y rocosas de estos paisajes se quedan al descubierto cuando buscan el calor del sol, momento que aprovecha ésta vistosa rapaz para lanzar su ataque. No es la única. Las ondulaciones de estos montes son sabiamente utilizadas por la poderosa águila real, que sorprenderá a su presa a gran velocidad al aparecer al otro lado de la ladera donde había puesto el ojo.

El terreno estásalpicado de variada vegetación, con importantes manchas de monte cubiertos de encinar que alberga durante el día a los escurridizos mamíferos como corzos, jabalíes, zorros y tejones. Pero también cobija a muchas aves forestales, córvidos, pájaros carpinteros, azor y gavilán, cárabo y búho chico y las pequeñas insectívoras. No faltan chopos y olmos diseminados y monte bajo de matorral con espesos jarales y brezales principalmente, en ellos las abejas obtienen polen y néctar en cierta cantidad.

Alcolea de las Peñas
Alcolea de las Peñas
Para pasear se nos ofrece la posibilidad de hacer varias rutas sin mucha dificultad y pocos desniveles en terreno muy despejado a no ser que busquemos alguna poco frecuentada campo a través. Muchas de las casas de Alcolea de las Peñas, como su iglesia, están construidas en piedra que suele ser la arquitectura tradicional de esta zona de Atienza. Esta localidad nos servirá de referencia para llegar a nuestro destino pues se encuentra a pocos kilómetros de esta población.