Agua poderosa

Inmaculada López Martínez
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Las borrasca Filomena y las precipaciones de los últimos meses ofrecen su cara más amable en los entornos naturales de la provincia y, en particular, en los parajes y rincones con aportes hídricos

Agua poderosa - Foto: Javier Pozo

La borrasca Filomena ha dejado su cara más amable en los entornos naturales de la provincia y, en particular, en los parajes y rincones con aportes hídricos. La histórica nevada acontecida los días 8 y 9 de enero y las importantes lluvias caídas durante los dos primeros meses del año han regalado una auténtica explosión de vida y agua, especialmente bella e impactante en las múltiples cascadas que salpican la geografía provincial. «Los cauces de los ríos y arroyos han cogido mucha agua y eso hace que sea un momento extraordinario para disfrutar de estas maravillas de la naturaleza» recomienda Ángel de Juan, experto senderista y director de la web Caminosdeguadalajara.es.

Aunque fue hace unas semanas cuando pudo contemplarse en todo su esplendor, todavía discurre lozana la emblemática cascada del Gollorío, en el Parque Natural del Río Dulce. La panorámica completa de esta exuberante cola de caballo –que sólo aparece cuando hay bonanza de precipitaciones– puede disfrutarse desde el mirador Félix Rodríguez de la Fuente, junto a la carretera GU-118, o bien acercándose hasta ella a través de las rutas senderistas que atraviesan este gran cañón geológico. En la actualidad, el Río Dulce también brinda otros bonitos saltos de agua cerca de las localidades de Mandayona y Aragosa.

Las Chorreras de Despeñalagua, en Valverde de los Arroyos, son otras de las cascadas más populares de la provincia y que, en estos momentos, presumen de un imponente caudal de agua. En el corazón del Parque Natural de la Sierra Norte, también destacan las Pozas del Aljibe, junto a Roblelacasa, un doble salto de agua que luce espectacular con el abundante deshielo producido este año. Asimismo, Ángel de Juan apunta al «bonito estado» en el que se encuentra el Parque Natural del Hayedo de Tejera Negra, en Cantalojas. «Cualquier época es buena para visitar el Hayedo, pero es cierto que este año el río Lillas baja fuerte y el paisaje es espectacular», detalla.

En la comarca serrana, merece otra mención la pequeña cascada de La Matilla, ubicada en las cercanías de Majaelrayo y Robleluengo. «En el estío apenas lleva un hilillo de agua, pero durante el invierno es muy espectacular cuando recoge aguas de las lluvias o deshielo como ahora», señala de Juan.

El Parque Natural del Alto Tajo es otro destino indispensable en la provincia para dejarse seducir por el poderío del líquido elemento en la madre naturaleza. Sin duda, el salto de agua más conocido y reconocido en este espacio protegido es el de Poveda, que este invierno ha tomado un vigor como no se veía  desde hace tiempo. Asimismo, merece la pena acercarse a conocer, junto al puente de San Pedro en Zaorejas, tanto la Cascada del Campillo, que se forma con la aportación del arroyo de la Fuentecilla, como la de La Escaleruela, de carácter muy estacional. Precisamente, ésta última fue citada por José Luis Sampedro en El río que nos lleva como uno de los más bellos rincones del Alto Tajo.

En la pequeña localidad de  Huertapelayo, también se encuentra la menos frecuentada cascada del Portillo, de unos 20 metros de altura.

En esta relación de monumentos naturales ligados al agua no podían faltar los saltos más importantes que hay localizados en el interior de los cascos urbanos de Trillo y Checa. Tanto el río Cifuentes (creador de las cascadas de Trillo) como el Gentoris (en Checa) bajan con un caudal tremendamente generoso y, por ende, estas pequeñas cataratas se muestran en todo su esplendor. 

Otra señal inequívoca de la gran cantidad de agua que ha caído sobre los campos de la provincia es el afloramiento de lagunas y manantiales que únicamente se forman en época de abundantes precipitaciones. El caso más notable es el de las lagunas de Puebla de Beleña, las cuales llevaban completamente secas desde hace más de cinco años. Este paraje, que cuenta con la declaración de Reserva Natural y forma parte del  listado de Humedales Ramsar, está formado por dos amplias lagunas (la Laguna Grande y la Laguna Chica) y numerosas pequeñas charcas. Su importancia medioambiental radica en ser una zona de paso primaveral y de concentración migratoria de grullas y aves acuáticas de primer orden en España. «Las Lagunas de Puebla de Beleña están impresionantes, creo que nunca las había visto con tanta agua», confirma el director de Caminos de Guadalajara. No obstante, Ángel de Juan advierte que el paso de aves por estos humedales estacionales es bastante menor que en otras ocasiones. «No sé si será porque han estado mucho tiempo secas, pero aparte de patos, ahora es difícil ver otras especies». 

En la comarca de la Campiña, de Juan también destaca la «enorme cantidad de agua» que presentan dos pequeñas lagunas temporales que surgen en el término municipal de El Casar,  el Navajo Vedado y el Navajo del Campillo. 

En el ámbito de los humedales, tampoco hay que olvidar los que aparecen en las parameras del Señorío de Molina cuando las precipitaciones acompañan, como es el momento actual, y que están declarados Zonas de Especial Protección para las Aves (Zepa). Tienen una extensión de 6.154 hectáreas, repartidos en cinco zonas separadas entre si, entre los municipios de Campillo de Dueñas, Embid, Molina de Aragón, Rueda de la Sierra, Tartanedo, Torrubia, Tortuela y La Yunta. La Laguna la Colmada, la del Canto o la Laguna Honda de Campillo de Dueñas, que dispone de observatorio ornitológico, son algunas de las más conocidas. 

La pluviometría benévola de los últimos meses también ha favorecido el resurgir de numerosos manantiales y acuíferos en lo ancho y largo de la geografía provincial. Uno de los casos más pintorescos es La Mentirosa, en Castejón de Henares, donde el agua brota vigorosa de la tierra dibujando a su paso una bonita cascada; un fenómeno natural que no se producía desde hace años. Por supuesto, la espléndida situación que gozan  los embalses es otro síntoma incuestionable de los beneficios que ha dejado el temporal Filomena a su paso por la provincia.

Sin duda, la mejor manera de conocer estas delicias naturales es calzarse unas botas de senderismo  y salir a caminar. «Hay que aprovechar para ir al campo y recorrer estos rincones de la provincia y que muchas personas están descubriendo a raíz de la pandemia», concluye Angel de Juan.