En el CEIP Isidro Almazán de Guadalajara, la palabra integración es sinónimo de normalidad. Y es que, desde sus orígenes, este centro educativo de la capital, ubicado en el popular barrio de Los Manantiales, desarrolla programas e iniciativas pioneras de cara a favorecer la integración de los escolares con capacidades especiales o que tienen algún tipo de barrera para el aprendizaje. Esta admirable seña de identidad, labrada a base de esfuerzo y dedicación por parte del profesorado, contribuye a que todo el alumnado adquiera con normalidad el valor del respeto a la diferencia desde edades tempranas.  

Precisamente, esta larga y cuidada trayectoria en favor de la inclusión educativa acaba de ser doblemente reconocida a nivel estatal. En primer lugar, el CEIP Isidro Almazán ha sido el único colegio de Castilla-la Mancha en alzarse con uno de los premios del Concurso Nacional de Buenas Prácticas convocado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional. El proyecto Compromiso Inclusión, que refleja todas esas acciones promovidas en pro de la integración y la diversidad, ha sido el elegido por el jurado calificador de este certamen nacional en la categoría de Educación Inclusiva junto con el proyecto Sendero verde inclusivo del Colegio de Educación Especial San Juan de Dios de Valladolid. Los dos centros recibirán 5.000 euros para continuar realizando nuevas actuaciones dentro de este ámbito. «Tenemos que buscar una línea educativa en la que seamos moralmente éticos y presentemos la realidad en la que vivimos», afirma Leticia Garcés, maestra de pedagogía terapéutica. «La sociedad es diversa, todos tenemos barreras y diferentes potencialidades y el vivenciarlo desde pequeños facilita mucho las cosas de cara a interiorizarlo con naturalidad y con una ética y un compromiso social que luego les ayudará a ser adultos socialmente responsables y respetuosos», añade.

Uno de los pilares fundamentales en los que se sustenta la metodología inclusiva del CEIP Isidro Almazán es el apoyo del alumnado con necesidades educativas especiales –que tienen reconocido algún grado de discapacidad– o con obstáculos para el aprendizaje dentro del aula de referencia. En total, son unos 50 escolares de los 410 que hay matriculados en el colegio. «Una inclusión verdaderamente efectiva es aquella que se lleva a cabo, siempre que sea posible, dentro del aula de referencia porque de esta manera no estamos significando al alumno que tiene barreras y le estamos dotando de las mismas posibilidades y de que se desarrolle en el mismo entorno que lo hace el resto de sus compañeros», explica Garcés. Además, el centro organiza asiduamente jornadas de sensibilización y visibilización de la discapacidad en coordinación con asociaciones locales como Apanag (Asociación de Padres de Niños Autistas) o Apandagu (Asociación de Padres y Amigos de Niños con Discapacidad Auditiva), con cuyos especialistas mantiene un contacto permanente. 

El apoyo en el aula de referencia es uno de los pilares educativos de este centro. - Foto: Javier PozoPor otro lado, destaca el grupo de apoyo de padres de alumnos TEA (trastorno del espectro autista) que se está impulsando desde el equipo de orientación. «Es un grupo de soporte para las familias, no sólo de ayuda logística sino también emocional porque tener un hijo con una discapacidad supone superar un duelo y enfrentarse a nuevos retos», argumenta Victoria Lozano, la orientadora del colegio. Asimismo, el CEIP Isidro Almazán acoge desde hace tiempo, en colaboración con Accem, un programa de castellanización de familias al que mayoritariamente acuden madres de origen marroquí. «Nuestro centro está abierto y se trata de fomentar que toda la comunidad educativa pueda tener su sitio», indica Lozano. Con el propósito de mejorar la convivencia del alumnado, el colegio también cuenta con un equipo de mediadores durante los recreos formado por estudiantes voluntarios de quinto y sexto de Primaria. «El objetivo es fomentar la implicación de todo el alumnado en la resolución pacífica de los conflictos para que ellos contribuyan y colaboren en que la convivencia del colegio sea positiva», detalla la orientadora.

Agrupación de Centros

Pero las buenas noticias para el CEIP Isidro Almazán no terminan aquí ya que, recientemente, ha sido conocedor de que el proyecto Activos por la Inclusión, presentado en común con el CEIP Eduardo Lucena de Córdoba, es uno de los seleccionado por el Ministerio en la convocatoria de ayudas destinadas a promover agrupaciones de centros educativos para la realización y puesta en práctica de proyectos comunes que favorezcan la educación inclusiva. En este caso, ambos centros recibirán 9.000 euros para realizar este bonito proyecto cooperativo durante los dos próximos cursos escolares (2022-23 y 2023-24). «Ya hemos tenido reuniones virtuales con los compañeros de Córdoba y estamos intentado establecer unas líneas de actuación común, aparte de las específicas que tendrá cada centro, pero centrados en la práctica de la actividad física y en sensibilizar en el deporte inclusivo», explica Victoria Lozano. La implementación de descansos activos en el aula –para lo que ya se está formando a los docentes– o la puesta en marcha de Viernes Temáticos, que abordarán las diferentes discapacidades y prácticas deportivas adaptadas, son dos iniciativas previstas. El broche de oro de este ilusionante proyecto de hermandad será la celebración de unas «Mini Paralimpiadas» que incluirán el intercambio de alumnos entre ambos centros. 

Para el equipo de orientación del CEIP Isidro Almazán estos dos premios significan no sólo «un gran estímulo» para seguir trabajando en esta línea sino «el reconocimiento a toda una trayectoria». «No es una acción puntual de un día, es un trabajo continuado en el tiempo y un conjunto de todos», afirma Victoria Lozano. Además, llegan en un momento muy especial para el CEIPIsidro Almazán, ya que en 2022 festejará el centenario de su fundación. Así lo corrobora su directora, Nieves Sánchez. «Estos galardones suponen un incentivo para la implicación del profesorado, un respaldo importante de cara a los padres para que se vea que se trabaja en ámbitos que no son habituales y es una motivación para los niños porque les ayuda a relacionarse con otros compañeros con dificultades». 

El apoyo en el aula de referencia es uno de los pilares educativos de este centro. - Foto: Javier PozoEn todo caso, la mejor recompensa de este largo recorrido por la igualdad es la complicidad y el respaldo del alumnado y de los padres. «Estamos muy contentos con el método y la filosofía del colegio. La coordinación con los terapeutas,  la comunicación y cercanía con los padres.... Desde luego, nos lo ponen muy fácil a familias como la nuestra en la que el día a día es bastante complicado, nos aporta mucha tranquilidad», declaran Ángel González y Estefanía Monteagudo, padres de uno de los alumnos con TEA que hay escolarizados en el centro. «Estos reconocimientos son bienvenidos y más que merecidos», añaden.