«Ahora ya es muy difícil salvar el casco histórico»

Inmaculada López
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Tomás Nieto Taberné, prestigioso arquitecto y urbanista guadalajareño, galardonado con el Premio de Investigación Etnográfica 2020 de la Diputación, analiza la situación actual del patrimonio en la provincia

«Ahora ya es muy difícil salvar el casco histórico» - Foto: Javier Pozo

Tomás Nieto Taberné es uno de los grandes arquitectos y urbanistas que ha dado la provincia. Su sensibilidad hacia la defensa del patrimonio y, en particular, hacia la cultura y la arquitectura popular le ha llevado ha realizar multitud de estudios e investigaciones sobre esta materia. Precisamente, gracias al último de ellos, Las cuevas-bodega de Guadalajara. acaba de ser galardonado con el Premio José Ramón López de los Mozos de Investigación Etnográfica 2020 que concede la Diputación Provincial.

Acaba de recibir el Premio de Investigación Etnográfica 2020 por su trabajo Las cuevas-bodega de Guadalajara. ¿Puede resumir el origen y contenido de este estudio?

El origen de este trabajo no es otro que el interés que siempre he tenido por la cultura y la arquitectura popular de la provincia. De hecho, tengo muchísimos artículos, libros y trabajos publicados sobre este tema. En los ratos libres que me deja mi profesión como arquitecto, me dedico a investigar sobre ello. Dentro de este ámbito, me resultaba de interés el tema de las construcciones de bodegas que, por desgracia, se están perdiendo. Todos los pueblos de la provincia tenían bodegas menos los de la Sierra Norte y la zona de Molina porque allí no había viñas. Existían dos tipos de bodegas: debajo de las casas, que se daban en los lugares amurallados como por ejemplo Pastrana, o las que había en los pueblos que estaban en medio del campo y que aprovechaban las laderas a modo de madriguera. Este trabajo supone tres años de investigación de campo. He entrado, medido y dibujado multitud de cuevas, cosa que no es sencilla porque la mayoría se están hundiendo. Además, cuesta muchísimo que te dejen entrar a una bodega porque la mayoría de la gente lo relaciona con la miseria, les da vergüenza enseñar que sus abuelos o que sus padres vivían en la miseria cuando, en realidad, no es que vivieran en la miseria sino en la humildad y con una cultura fantástica y natural que les permitió sobrevivir de una forma espectacular. En los pueblos mucha gente tenía viña y en las bodegas hacían un vino relativamente bueno que les servía para beber durante todo el año. Cada cueva es un mundo. Algunas tienen más de 200 años y, según pasaba el tiempo, cada generación las iba ampliando o modificando. Por lo demás, tienen muchos elementos en común en cuanto a la producción del vino: dónde se pisaba la uva, dónde se recogía el vino y cómo eran las tinajas (procedían de la Mancha). Lo que es muy interesante es el lenguaje. Todas las profesiones tienen su idioma y el de la producción del vino también lo tiene y es divertidísimo, tiene un vocabulario increíble y con palabras muy curiosas.

¿Qué supone este reconocimiento ?

Es una satisfacción personal porque creo que es un trabajo muy trabajado, valga la redundancia. Además, se verá publicado en un libro. Pero lo que a mí me supondría una verdadera satisfacción es que alguien se preocupara de la penosa situación en la que se encuentran estas construcciones tradicionales de los pueblos. Decir que este premio se termina aquí será un fracaso más de lo poco que nos importa la cultura y la arquitectura popular.

Desde su punto de vista profesional, ¿cómo valora la situación del patrimonio de la provincia?

Lamentable. No hay ningún proyecto de recuperación de nada. Una casa si se hunde, ha desaparecido. Una bodega si se hunde, ha desaparecido. Una iglesia si se hunde, ha desaparecido. Las leyes, que son absolutamente retóricas en este ámbito, no están pensadas para actuar. La Ley establece que todo el tema del patrimonio tiene que estar incluido en una política de ordenación del territorio y de urbanismo. Si no existe una verdadera política de ordenación del territorio no vamos a poder conservar nada, ni vamos a poder repoblar la España Vaciada, ni vamos a recuperar los pueblos ni su arquitectura ni su patrimonio. Todas las Leyes del Patrimonio desde 1956 son una palabrería espectacular y lo único que concretan es que serán los ayuntamientos los que se ocupen de todo. Toda la responsabilidad en este asunto se carga en los ayuntamientos cuando en el 90 por ciento de los casos no tienen ni la más mínima posibilidad. Son pueblos pequeños, sin presupuesto, sin habitantes, sin recursos, sin capacidad de planificar nada. Eso sí, no hay planeamiento, no hay un plan especial, no hay un política de ordenación, pero las sanciones que se ponen a la gente que haga algo con el patrimonio son tremendas. Y los ayuntamientos son los responsables de todo. No hay esperanza en la situación actual del patrimonio si no se le da un giro a las leyes.

Entonces, ¿considera que las administraciones no están sensibilizadas con esta cuestión?

En absoluto. La España Vaciada no produce votos. No hay capacidad de población ni para actuar en positivo ni para oponerse ni para exigir. Para hacer una política del territorio de verdad hay que saber porque es definir qué quieres hacer con un territorio determinado en los próximos 50 años y que las administraciones, todas las administraciones, lo asuman de manera global.

¿Hay algún monumento o elemento patrimonial de la provincia en el que considera que debería actuarse de manera urgente?

En general, la situación es alarmante. Desde hace 50 años, la ley obliga en todos los conjuntos históricos-artísticos y bienes de interés (Sigüenza, Pastrana, Atienza, Brihuega, etc.) a hacer Planes Especiales de Rehabilitación. Pues no se ha hecho ni uno solo de estos planes, ni un solo planeamiento específico, serio y bien estudiado. Y, lo más importante, que obligue a todas las administraciones. Las administraciones pasan olímpicamente de esos planes. ¿Qué pasa? Que si no hay Planes Especiales de Rehabilitación que digan lo que hay que hacer, hechos por gente que sabe y asumido por las administraciones pues todo depende del alcalde de turno, del ayuntamiento de turno, de la comisión provincial de turno…

¿Le veo muy crítico?

Después de 50 años viendo cómo absolutamente nadie cumple las leyes, no se puede estar de otra forma. La provincia de Guadalajara es una maravilla y por eso me duele todavía más ver cuál es la situación actual de su patrimonio, ver cómo está desapareciendo.

El Ayuntamiento de Guadalajara ha anunciado un nuevo plan de recuperación del casco. ¿Tiene solución el corazón de la capital?

Ahora ya es muy difícil salvar el casco histórico de Guadalajara. En el siglo XVI-XVII, Guadalajara era como una especie de Florencia en alcarreño: con montones de palacios del Renacimiento, iglesias, conventos, una muralla... Era increíble. De todo eso, queda muy poco. Se ha ido sustituyendo casi todo y no se ha hecho ningún Plan Especial. Las actividades han ido desaparecido del centro porque se han hecho unas ordenanzas que han impedido su mantenimiento. A las doce de la noche, da miedo ir por la Calle Mayor. Y no digo nada de los solares. Ni los políticos ni los técnicos han hecho ni el más mínimo esfuerzo por cambiar esta situación.

Entre los concursos públicos que ha ganado y proyectos en los que ha intervenido, ¿hay alguno del que se sienta especialmente satisfecho?

En Trillo se ha hecho una labor buenísima en este aspecto durante un montón de años. Por ejemplo, yo hice el proyecto de rehabilitación del Real Balneario de Carlos III y del poblado de El Colvillo y tuve todas las facilidades. También destacaría mi aportación por el Románico Rural. El Románico en la provincia de Guadalajara se estaba hundiendo por todas partes y yo hice un estudio con más de 200 iglesias: una descripción de cada una, su estado, el presupuesto que costaría arreglarla, una relación de arquitectos que entendían del tema y de constructores por zonas interesados en realizar la obra, aparte de un listado de prioridades. Llevé esta documentación a la Junta (allí ya me conocían porque soy muy pesado con estas cosas) y, por primera vez en la historia que yo sepa, la Junta se lo tomó en serio y empezamos a arreglar iglesias. Y calculo que arreglamos entre 20 y 30 iglesias de acuerdo con el Obispado. Aquello fue muy satisfactorio para mí.

¿Alguna investigación en la que se encuentre inmerso?

Sigo realizando investigaciones sobre la arquitectura popular de la provincia, en concreto, sobre urbanismo popular y transformación del urbanismo culto en popular.

¿Tiene algún rincón, monumento o población preferida?

Mi debilidad siempre ha sido la Arquitectura Negra, pero he dejado de ir por allí porque me deprimo.