El viacrucis XXL de Aldeanueva de Guadalajara

Belén Monge Ranz
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La pandemia impidió a sus vecinos este Viernes Santo y por segundo año consecutivo participar y rezar ante las 16 cruces que discurren por las calles de este municipio alcarreño

El viacrucis XXL de Aldeanueva de Guadalajara - Foto: Javier Pozo

En el siglo XVII, por un corto espacio de tiempo, se conoció a este municipio como Santa Fe, pero un siglo después volvió a recuperar su nombre actual y hoy es Aldeanueva de Guadalajara. Esta pequeña localidad que apenas llega a los 90 habitantes y que está situada a unos 15 kilómetros de la capital alcarreña, es conocida por su iglesia románico-mudéjar pero también por su viacrucis de piedra con cruces de dimensiones poco habituales. El historiador Pedro José Padrillo las describe en una de sus obras como elementos de granito, de una sola pieza, de 1,70 metros de altura por 0,80 de ancho y 0,20 de fondo, que se levantan sobre una basa y que llevan grabado el número romano de la estación correspondiente. 

Por segundo año consecutivo, la pandemia no ha permitido a vecinos como a Rosa, Casimira, Teresa o Manuel, entre otros, participar en una de las devociones o prácticas de oración más extendidas en Viernes Santo, ni tampoco recorrer los diferentes momentos vividos por Jesús de Nazaret desde que fue capturado hasta su crucifixión, sepultura y posterior resurrección. La Semana Santa es uno de los momentos del año que congrega a más gente en Aldeanueva de Guadalajara. Incluso los que habitualmente no participan en los actos religiosos, suelen hacerlo, señala Casimira. Al igual que otras vecinas, tiene la esperanza de poder volver a reunirse ante estos pasos el próximo año. Hay bastante devoción en el municipio y les gustaría que la tradición no se perdiera. 

A la propia devoción se suma la singularidad de un viacrucis con 16 cruces, que data del siglo XVIII y cuyo tamaño no es habitual. Hay pocos ejemplos en España, pero uno de ellos podría estar en el municipio de Liérganes (Cantabria).

Aunque el recorrido actual nada tiene que ver con el itinerario original, si se ha mantenido el punto de origen y de destino. El viacrucis parte de la iglesia parroquial de la Asunción y llega a la ermita de la Soledad. Según el que fuera su párroco en Aldeanueva de Guadalajara dieciocho años, Luis Herranz, el hecho de que algunas cruces se rompieran y de que el pueblo fue creciendo a costa de las eras, así como la construcción de nuevas edificaciones, conllevaría algunas discusiones y la necesidad de plantearse sacar algunas de las cruces del camino que ahora ocupaban viviendas nuevas para trasladarlas a otro sitio. Además, algunos abuelos y abuelas de Aldeanueva aseguran que en la Guerra Civil también se destruyó alguna y otras se partieron. Todo ello ha conllevado un cierto ‘baile’ de cruces que si bien siguen conformando el viacrucis, ya no sigue el orden lógico. «El pueblo creció, algunas cruces se rompieron y otras estaban en espacios donde se iban a construir viviendas y hubo que retirarlas», apunta Herranz tras reconocer que fue en ese momento cuando se plantearon realizar una reconstrucción.

Herranz estaba párroco y decidió colocar alguna de ellas al lado de la Iglesia. A finales de 1990 se procedió a restaurar las que había deterioradas y para ello acudieron al marmolista de Taracena. Todo se hizo con la propia piedra. Estaba de alcalde Tomás Vicente y, por no modificar absolutamente nada dado que la reparación se realizaba con las aportaciones de los vecinos a la parroquia, se prescindió de seguir un orden numérico y las reparadas se colocaron sin tener en cuenta ese detalle. Su estado de conservación es bueno aún.

Investigación

Sería a finales del año 2020 cuando, gracias al trabajo de investigación realizado por David Trijueque, vecino de Aldeanueva, se conseguiría datar la fecha exacta del viacrucis del que ya se conocía el siglo. Gracias a su trabajo se desveló completamente la inscripción que figura en la cruz más grande de las tres que representan la estación del Calvario. 

Según señalaba estos días a La Tribuna el propio Trijueque, los mayores le han dicho que «tienen oído» que solamente había tres o cuatro viacrucis de estas características en España. Hasta este momento todo hacía pensar que databa del XVIII pero ahora se conoce la fecha, 1784 es el año que figura en la inscripción de basamento. 

Sus sospechas de que en el basamento hubiera una parte que no se había descubierto llevaría a este investigador y escritor a pedir permiso al Ayuntamiento para que «picar» la acera donde está la cruz central del Calvario, donde ya se leía una parte de la inscripción que ahora ha sido completada, sacando a la luz dos filas más en las que, entre otras cosas, se data la fecha de las cruces. Pronto sacará un libro en el que desvelará más detalles que de momento que por ahora prefiere omitir. En todo caso, la inscripción ya es pública y dice lo siguiente: «Este via crucis se hizo a costa de Miguel Vicente Vezino de Madrid y natural de esta villa».Tanto para el párroco anterior como para el actual, Gregorio Tabernero, es vital dar continuidad a la tradición y a la devoción. Y si atrae turismo, mejor que mejor.