La Unión Europea aplica desde el pasado martes aranceles a la importación de una serie de productos de Estados Unidos como compensación por las subvenciones que Washington concedió la compañía del sector aeronáutico Boeing, declaradas ilegales por la Organización Mundial de Comercio (OMC). «EEUU ha impuesto sus aranceles tras el fallo del caso de la OMC sobre Airbus. Ahora tenemos fallo también en el caso Boeing, que nos permite imponer nuestros propios aranceles y es lo que vamos a hacer», aclaraba el vicepresidente de la Comisión Europea responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis.

Este anuncio, una suerte de represalia por las tasas que ya existen en sentido contrario, llega pocos días después de las elecciones estadounidenses, en las que el candidato demócrata Joe Biden se ha impuesto al republicano Donald Trump. Dombrovskis ha recordado que Biden siempre se ha pronunciado a favor de las «alianzas internacionales», del «sistema multilateral» global y de «mejorar los lazos con la UE». Y añadía que Bruselas sigue «abierta» a lograr una «solución negociada», así como que la parte europea está «preparada» para retirar sus aranceles en cuanto la administración norteamericana elimine los suyos.

Por su parte, ASAJA, UPA y COAG han declarado que el sector agrario no quiere pulsos políticos y ven conveniente evitar una escalada de guerra arancelaria entre la Unión Europea y Estados Unidos. Para UPA, la UE «no está haciendo otra cosa que ejercer sus derechos legales», pero cree que el objetivo final de estos pulsos «debe ser que la Administración de EEUU negocie y abandone la política de guerra comercial», opinión que comparten las demás organizaciones agrarias. España es una «potencia mundial» en «numerosos» productos alimentarios, por lo que estas políticas arancelarias «no benefician» a sus productores.