El Barranco del Río Dulce, una pequeña joya natural

Inmaculada López Martínez
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La riqueza paisajística y medioambiental del Parque Natural del Barranco del Río Dulce atrajo el interés del icónico conservacionista Félix Rodríguez de la Fuente, que lo utilizó como plató de rodaje para varios de sus documentales

Imágenes del Parque Natural del Barranco del Río Dulce. - Foto: Javier Martínez JCCM

El Parque Natural del Barranco Río Dulce ocupa una superficie de 8.343 hectáreas repartida entre los términos municipales de Algora, Mandayona, Mirabueno, Saúca, Sigüenza y Torremocha del Campo. La característica medioambiental por excelencia de este paraje radica en la excavación de un profundo cañón formado por potentes estratos de calizas realizado por el río. Este proceso geológico tuvo como resultado unas formas de piedra «muy peculiares y atractivas al visitante», señala el director de este espacio protegido, Rafael Ruiz.

Al margen de esta impresionante riqueza geomorfológica, el Barranco del Río Dulce destaca por dar cobijo a una magnífica variedad de flora y fauna. Los bosques están formados por encina y quejigo, donde el suelo escasea surgen sabinas y enebros y, localmente, existen rodales de bosque con chopos o álamos, sauces y fresnos.

En cuanto al reino animal, su ambiente boscoso facilita la presencia de especies propias de zonas más norteñas, como los arces y guillomos. Entre los roquedos de las paredes del barranco se pueden avistar buitres leonados, águilas reales, águilas perdiceras, halcones peregrinos y chovas pequirrojas. En las riberas, garzas y ánades reales, el martín pescador y la lavandera cascadeña. Además, es el hábitat de la colonia más grande de alimoches de Europa. «Este parque se ha consolidado como un espacio para poner en práctica actuaciones de conservación sobre especies amenazadas como es toda la población de rapaces rupícolas muy importante que anida en los farallones calizos del barranco», destaca Ruiz. Así también lo confirma el naturalista y cetrero alcarreño, Fernando López Herencia. «Es un lugar con una variedad increíble de aves, perfecto para el turismo ornitológico. Su declaración como parque natural está más que justificada», declara. Por otro lado, tanto Ruiz como López Herencia destacan la presencia de un ecosistema fluvial con presencia, entre otros, de nutrias e interesantes anfibios sobre los que también se han llevado a cabo actuaciones de conservación. En este sentido, destaca el programa llevado a cabo con la trucha común «que es especialmente valiosa en este parque porque es una población muy pura genéticamente, con poca hibridación», detalla Rafael Ruiz.

Imágenes del Parque Natural del Barranco del Río Dulce.Imágenes del Parque Natural del Barranco del Río Dulce. - Foto: Javier Martínez JCCMPor supuesto, hablar del Barranco del Río Dulce es hablar también de Félix Rodríguez de la Fuente y de su imborrable huella en este espacio que utilizó para varios rodajes de sus documentales más emblemáticos de El Hombre y la Tierra. «Félix Rodríguez de la Fuente fue ese gran conservacionista que inspiró en muchos nuestro cariño en pro del cuidado y la protección del medio ambiente», recalca el consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero. 

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Imágenes del Parque Natural del Barranco del Río Dulce.
Imágenes del Parque Natural del Barranco del Río Dulce. - Foto: Javier Martínez JCCM
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Imágenes del Parque Natural del Barranco del Río Dulce. - Foto: Javier Martínez JCCM
Imágenes del Parque Natural del Barranco del Río Dulce.
Imágenes del Parque Natural del Barranco del Río Dulce. - Foto: Javier Martínez JCCM

Precisamente, Fernando López Herencia fue una de las personas que trabajó mano a mano con Rodríguez de la Fuente durante años y le acompañó en algunas de sus filmaciones en este parque. «Gracias a aquellos reportajes cambió radicalmente la mentalidad sobre la necesidad de preservar la naturaleza», valora. El mirador Félix Rodríguez de la Fuente en Pelegrina y la caseta donde guardaba el material de sus rodajes son el homenaje y el recuerdo vivo que todavía hoy este espacio guarda al icónico naturalista burgalés.

Senderismo

Por todos estos valores y por su cercanía y accesibilidad, el Parque Natural del Barranco del Río Dulce también se ha convertido en un auténtico referente en el ámbito del senderismo y el turismo de naturaleza, con una red de senderos señalizados que ha sido especialmente reformada e impulsada en los últimos años.

Entre ellos, destacan las sendas de la Hoz de Pelegrina y la cascada del Gollorío, el tramo del sendero GR-10 que recorre la Hoz del río Dulce desde Pelegrina a La Cabrera y Aragosa (cuyos paneles y balizas acaban de ser renovados), la senda adaptada para ciegos de La Cabrera o el nuevo sendero circular PR-GU 08. El director de Caminos de Guadalajara, Ángel de Juan, confirma la apetencia que este área natural ofrece para los amantes del senderismo, siendo junto con el Hayedo de Tejera Negra el más popular y preferido para esta práctica. «Es un parque con unas rutas bien señalizadas y establecidas, la mayoría de fácil acceso y recorrido, que gusta a la gente por su diversidad geológica, morfológica y medioambiental. Es una atractivo turístico de primer orden, muy cercano a Sigüenza y Madrid», destaca. «Las rutas que se han diseñado permiten un contacto muy íntimo del visitante con el disfrute de la naturaleza, con la percepción de sus valores ambientales y eso es algo que aprecian mucho los visitantes», añade Rafael Ruiz. A esta red de senderos se suman miradores como el de Félix Rodríguez de la Fuente o el del Pico en Mirabueno y diversas áreas recreativas, aparte de los dos centros de interpretación ubicados en Pelegrina y Mandayona.