Prevención, el mejor tratamiento para las arrugas

María Albilla (SPC)
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En la cosmética hay mucha fantasía, pero también certezas como que la crema solar es esencial para frenar el envejecimiento de la piel

Una mañana cualquiera, después de la ducha, seas hombre o mujer, te miras al espejo. Estás contento con lo que refleja, pero... notas que tu piel pide algo. ¿Qué será? Un tratamiento para corregir las manchas, una crema que ayude con esas incipientes arruguitas, una hidratación extra ante los síntomas de sequedad... El caso es que esa misma tarde acabas en el lineal de cosmética de tu droguería habitual y ahí empieza el dilema: cuál será el producto más adecuado para ti en ese momento...

Para transitar en el camino de la elección, Raquel Marcos, doctora en Química con formación en dermocosmética, ha escrito Belleza con ciencia. Lo que nadie te cuenta sobre tus cosméticos, un libro con el que adentrarse en lo que hay más allá de las bonitas etiquetas y los armoniosos frascos de las cremas y sérums, entre otros.

Sea lo que sea lo que uno busque, lo que siempre es una condición para llevarse el producto a casa es creer en su efectividad, lo que a priori, es bastante complicado de saber. De hecho, un usuario normal nunca va a saber al 100 por 100 si le va a poder funcionar o no.

Pero ¿qué determina esto? Raquel Marcos apunta que son «los ensayos que realiza el fabricante», si bien la normativa no exige que estos sean efectivos, sino seguros, «así que serán efectivos en función de los ensayos que haga el fabricante. Otros se basan en la literatura científica y en lo que se ha publicado antes de productos similares, no idénticos, a ellos».

Puede suceder que tampoco sepamos lo que queremos porque, por ejemplo, «pensamos en tratar una mancha, pero desconocemos qué tipo de mancha es o si requiere un activo u otro. El mercado tampoco ayuda porque existen muchísimos productos despigmentantes en este caso y puede ser un poco abrumador». ¡La palabra abrumador es tan acertada aquí! ¿Quizá nos hace falta más conocimiento general sobre nuestra piel?

«En general sabemos muy poco de cosmética y sobre cuidado de la piel. Sabemos que la protección solar es necesaria cuando vamos a la playa, pero no sabemos qué hacer cuando hay un eccema... Además, intentamos solucionar los problemas por nosotros mismos, buscando un cosmético en vez de acudir a un profesional, lo que acortaría el camino», explica Marcos, que cree que el cuidado de la piel se suele subestimar. «Y luego hay botes, como el de la crema de cuerpo, que nos duran más de un año», ironiza.

Las manchas, las arrugas y la flacidez suelen ser las tres principales preocupaciones de la piel. Acostumbrados a que la publicidad nos venda milagros a golpe de eslogan y photoshop, lo cierto es que la mejor solución para estos problemas es la prevención. «Hay que evitar que aparezcan y entender que, evidentemente, con la edad te van a salir arrugas y va a aparecer la flacidez. Pero lo mejor es prevenir», recalca la doctora en Química. ¿La clave? Protección solar todo el año e hidratación. Es el combo ganador. Y es que la protección solar no es solo para el verano, hay que usarla cada día, sobre todo en los lugares en los que la exposición ultravioleta es mayor.

Cuando ya no queda otra que curar, lo que las cremas hacen sobre las arrugas es crear un efecto óptico, «rellenan lo que es la arruga con siliconados o componentes con efecto tensor para que visualmente se vea mejor. Luego hay ingredientes como los retinoides, entre otros, que lo que hacen es estimular la síntesis del colágeno de la dermis que hace que se engrose la piel y la arruga se vaya difuminando poco a poco».

La constancia mejora el efecto de los productos, «aunque los despigmentantes o retinoides no tienen por qué aplicarse todos los días (con dos o tres veces a la semana puedevaler), «pero sí que es verdad que una rutina adecuada va a hacer que la piel esté más limpia, más saludable y más receptiva a los tratamientos», explica Marcos.

 

El "milagro antiedad" 

El ácido hialurónico se ha posicionado en los últimos años como el milagro antiedad. Es una molécula higroscópica que atrapa agua en su interior y cuando se aplica parte de ese agua lo absorbe la piel. Desde el punto de vista de Raquel Marcos, «es un humectante como otro cualquiera, pero se le ha dado mucho bombo porque está muy relacionado con los materiales de relleno que se utilizan en la medicina estética». Aprovechando este tirón, se suele hacer como en ciertos productos de alimentación, se coge este elemento y se resalta en la etiqueta como reclamo de la crema, cuando lo que hay que mirar es la fórmula completa. «Es un ingrediente muy interesante, pero llega hasta donde llega», explica.

Y es que hay que ser muy cauteloso ante los reclamos publicitarios y tener unas expectativas reales respecto a la cosmética para no llevarse un chasco. «Ningún producto te va a devolver los años en unos meses», recalca Raquel Marcos.

Así que elegir la crema perfecta dependerá del tipo de piel y de lo que la persona quiera conseguir y si se guía por el precio, deberá tener en cuenta que este suele estar relacionado con la calidad de los ingredientes y dónde se vaya a comprar, pues no es lo mismo un cosmético nicho que el que se adquiere en una gran superficie.

En la actualidad se ha puesto de moda hablar de rutinas a la hora de ponerse en el rostro diferentes cremas en función de las zonas de la cara y el efecto que se persigue en cada una de ellas. Marcos recuerda que la piel no absorbe todo y que con poner la crema y el protector solar en la rutina matinal suele ser suficiente.