Un anuncio publicitario difundido hace ocho años disparó la popularidad de las Barrancas de Burujón, que congrega desde entonces a numerosos visitantes durante los fines de semana. Hasta 500 vehículos en los días más concurridos. El éxito popular de este paraje ha traído aparejado dificultosos rescates de personas y animales por parte de los servicios de emergencias. Los cortados que asombran a los visitantes han deparado que sea el espacio natural de la provincia de Toledo más frecuentado por el Consorcio de Bomberos en los últimos años. «Es un sitio muy bonito, pero muy peligroso», apuntan los especialistas de la Diputación de Toledo.

Un despliegue de 45 agentes, incluido el Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim) de la Guardia Civil por la dificultad del terreno, fue necesario el pasado día 27 para el rescate de un motorista de la misma localidad de Burujón y de 20 años que falleció tras precipitarse unos 50 metros desde uno de los miradores. La Junta de Comunidades informó de que la víctima se había saltado las prohibiciones de los vehículos a motor.

Los bomberos del Consorcio lograron alcanzar el cuerpo de la víctima mediante el uso de cuerdas. No se trata del único rescate reciente al que han hecho frente estos agentes de emergencias, que tuvieron que socorrer en agosto del año pasado a un joven de 27 años que había bajado por las barrancas hasta el río para auxiliar a su perro, al que perdió de vista. Finalmente, los especialistas de la Diputación pusieron a salvo al dueño mediante una embarcación y al animal con el uso de las cuerdas, después de casi cuatro horas de intervención.

«Hay que extremar las medidas de precaución. Máxime en esos cortados. Puede generar accidentes muy graves. Es un sitio muy bonito, pero muy peligroso», indican a este diario desde el Consorcio de Bomberos. De esta manera, hay que evitar circunstancias de riesgo a cuenta, por ejemplo, de hacerse una fotografía.

«Las Barrancas de Burujón son espectaculares cortados arcillosos que han sido formados por la erosión del viento y las aguas del Tajo sobre sedimentos de hace 25 millones de años. La extensión de estas cárcavas arcillosas de color rojizo es de aproximadamente un kilómetro de longitud, y alcanzan más de un centenar de metros de altura en algunos puntos, concretamente en su pico más alto, que es conocido como el ‘Pico del Cambrón’, detalla la Diputación de Toledo sobre este paraje localizado a unos 25 kilómetros de Toledo.

El consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, indicó tras el suceso que el circuito está perfecta y oportunamente señalizado. La Junta asume la gestión de los espacios protegidos de Castilla-La Mancha, como es el caso de las Barrancas de Burujón. Por su parte, la organización Ecologistas en Acción subrayó después del accidente mortal del pasado 27 de junio que se trata de «un lugar peligroso donde cualquier actividad se debe realizar con extremo cuidado», por lo que recordaba el peligro de andar fuera de las zonas habilitadas. Así, llamaba a elaborar un plan de prevención de riesgos de accidentes en este paraje de la provincia de Toledo.