Recuerdos de Pastrana (II). El Palacio Viejo

Plácido Ballesteros
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Guadalajara en 'La Ilustración Española y Americana'

Recuerdos de Pastrana (II). El Palacio Viejo

En la lámina que a toda plana publicó La Ilustración Española y Americana el día 30 de abril de 1888 titulada Recuerdos de Pastrana, franqueando al dibujo del Panteón Ducal de la Colegiata, que comentamos la semana pasada, el pintor Isidoro Salcedo Echevarría nos ofrece dos interesantísimas vistas urbanas de la villa, en las que nos detendremos hoy.

Una corresponde a la fachada del Palacio Viejo, situado en la calle Ancha, y la otra es una amplia panorámica de la calle del Vergel, donde la tradición sitúa una casa en la que se alojó Santa Teresa antes de la fundación del convento de carmelitas.

Muy breve es el comentario que Eusebio Martínez de Velasco, encargado como en otras ocasiones de glosar los grabados de Salcedo, nos dejó sobre el primero de los dibujos:

«Núm. 2. Hospedería de los caballeros de la Orden de Calatrava. Es el llamado Palacio Viejo, donde residieron los príncipes de Éboli y duques de Pastrana D. Ruy Gómez de Silva y doña Ana de Mendoza y La Cerda hasta que se construyó el Palacio Nuevo, que está situado en la plaza».

No es de extrañar lo escueto del comentario del reportero si tenemos en cuenta que son poquísimos los datos que tenemos del aquel edificio, del que lo único cierto que podemos afirmar se ha de deducir del estilo de su portada principal. Perteneciente a un gótico tardío hemos de situar su construcción entre finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI, décadas en las que el casco urbano terminaba a varios cientos de metros de distancia, por lo que fue construido en su momento fuera de la muralla de la villa. 

La información que nos da Martínez de Velasco de que fue hospedería de los caballeros calatravos sin duda la recogió de Don Mariano Pérez Cuenca, quien en la segunda edición de su Historia de Pastrana, publicada en 1871, es el primer autor que identifica el edificio como tal. 

Pero es un dato que no está contrastado con las fuentes documentales conservadas, ni en el archivo municipal de Pastrana, ni entre los fondos del archivo de la Orden relativas a Pastrana; que por cierto para aquella época ya son muy abundantes. 

Entre la documentación correspondiente a la Orden de Calatrava de la Sección de Ordenes Militares del Archivo Histórico Nacional se conservan las «visitas» (inspecciones) que los freyles calatravos realizaban periódicamente a los pueblos pertenecientes a sus encomiendas. De todas se levantaban actas en las que se anotaban las observaciones sobre el estado en el que estaban los edificios y los establecimientos públicos. 

Las relativas a la antigua Encomienda de Zorita han sido objeto de un amplio y detallado análisis realizado por Francisco Fernández Izquierdo, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, quien en el año 2001 publicó los resultados de su estudio en un amplio volumen titulado La provincia calatrava de Almonacid de Zorita en el siglo XVI según las visitas. En sus páginas encontramos las dos visitas realizadas a Pastrana, fechadas respectivamente el 11 de octubre de 1510 y el 27 de febrero de 1541, que nos ofrecen interesantes datos de cómo era la casa-audiencia del concejo (el Ayuntamiento en términos actuales), situada en la Plaza de Abajo; de las reformas que se hicieron en dicha plaza; del estado en que se encontraban diversos molinos situados en el Arles, entre ellos el de La Pangía que tenía varias ruedas y una sierra de agua; y de otros edificios y espacios públicos diversos.

Pero ninguna referencia a cualquier hospedería, que como edificio público destinado a alojamiento de huéspedes de la orden, peregrinos o viajeros debería haber sido objeto de inspección. Como lo fueron edificios de similares características en otras poblaciones de la encomienda.

Por ello y como quiera que el caserón pasó a ser propiedad de doña Ana de la Cerda, condesa de Mélito cuando en 1542 tomó posesión del señorío de Pastrana, convirtiéndose en su residencia durante sus estancias en la villa, pensamos que aquella mansión de la calle Ancha fue construida por los calatravos como residencia del Gobernador de la provincia de Zorita cuando a finales del siglo XV los máximos responsables de la Orden, ante la decadencia de Zorita y el deterioro progresivo de su fortaleza, se instalaron en Pastrana, la villa más importante del señorío. 

A ello apunta, a mi juicio, el hecho de que el edificio fuese conocido como Palacio Viejo tras la construcción décadas más tarde del nuevo Palacio en la Plaza de la Hora por los nuevos señores de Pastrana.

La profesora de la UNED Esther Alegre Carvajal, en su estudio La villa ducal de Pastrana (2003), en el que analiza la evolución urbana de Pastrana desde la baja Edad Media hasta el siglo XVII nos ayuda a formarnos una idea bastante aproximada de cómo era en origen el Palacio viejo, hoy totalmente encajado entre las restantes casas de la calle Ancha.

Posiblemente fuera el primer edificio construido en lo que décadas después sería la calle Ancha, creada siguiendo la traza del camino que por allí llegaba a la puerta de la muralla medieval. En la fachada principal, como podemos observar en el dibujo de Salcedo, destaca la puerta de estilo gótico tardío, con balcones y huecos funcionales de ventilación en la parte superior. Era, como en el presente, de planta rectangular, con tres alturas, la última abuhardillada en el espacio bajo cubierta. Su planta baja dispone de amplio portal, desde el que se accedía a las dependencias de servicio, bodega y jardín. Desde ella, una gran escalera comunicaba con la planta noble donde se situaban las salas y habitaciones. En la planta bajo cubierta, seguramente estarían las dependencias para el servicio y las destinadas al almacenamiento de los productos agrarios, como era típico en las construcciones de toda la comarca.

En la actualidad el edificio está dividido en dos viviendas. En su amplio jardín fueron construidas a mediados del siglo XX las Escuelas Públicas.