La princesa Leonor ya ha salido en vuelo para ir a estudiar dos años de su bachillerato en el internado UWC Atlantic College del Reino Unido, finalizando el proyecto que hace meses decidió la familia Real. UWC Atlantic College (Colegios del Mundo Unido), es una institución privada ubicada en un impresionante castillo del siglo XII
Como todo movimiento de la monarquía en un país con una política de insistente publicidad republicana, cuando la casa real comunicó en febrero que la Princesa estudiaría en Gales ya se despertó la polémica entre quienes defendían que Leonor no debía tener una educación diferente de la que podían permitirse las familias españolas y en un ambiente propio de la nación y de los que buscaban una educación de ambiente y calidad internacionales.
Esta polémica volvió a descubrir la hipocresía nacional. Nuestros políticos con la cartera bien provista no envían a sus hijos al instituto del barrio sino a Colleges, Liceos y Academias con la educación más sofisticada. Hago la observación de que tener equitación o yoga o ballet no son en sí factores de excelencia educativa que se basa en una planificación que ponga la enseñanza al servicio de la educación. El aprecio que tienen nuestros políticos de los servicios públicos se muestra en que cada vez que estornudan acuden al Ruber, donde son tratados no sólo con la eficacia clínica sino el glamour publicitario de su clase.
En Twitter han empezado ahora a burlarse del Rey porque ha dicho que el gasto de la educación de Leonor va a ser de su bolsillo y no a cargo de la institución monárquica. Se cachondean diciendo “¿lo va a pagar con lo que ha sacado este verano sirviendo copas en un chiringuito?” Creo que hay que entenderlo como una formalidad económica, pues al final todo sale del mismo saco, donde también sacan sus emolumentos, beneficios y pilladas toda la basca política, incluidas las mariscadas, coca y putas de los socialistas andaluces.
Vamos a una primera razón válida a favor de que Leonor estudie en el Colegio de Gales y es que, por su futuro cargo, es bueno que frecuente ambientes internacionales y allí se codeará con alumnos de muy diversas nacionalidades. 
Pero hay otra razón de mayor peso, que menciono con tristeza, que es la baja calidad de la educación en España. Aparte del mortificante Informe PISA2018, según el último del World Economic Forum, (2018) el sistema educativo español ocupa el puesto 38 de 137, quedando por detrás de Indonesia, Brunei, Costa Rica o Líbano. 
Basta ver el ambiente en que fallan los pilares educativos, que son la exigencia, la autoridad, el esfuerzo y el mérito. Se descree de lo propio, pues la Ley Celaá condenó al español a un segundo plano como lengua vehicular. La ley Castell apuesta más que por el talento y el conocimiento por elementos ideológicos como la creación de unidades de igualdad que coordinen políticas universitarias con perspectiva de género y la promoción de la memoria democrática. 
Para terminar con una guinda ¿cómo el instituto Félix Rodríguez de la Fuente de Sevilla ha aprobado de golpe los ocho suspensos de un alumno de 2º de la ESO que ni siquiera iba a clase? Así las cosas, no voy a reprochar a la Princesa que haya puesto tierra por medio.