El idilio de la pintura y la música a la vista

M.G.
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El Museo Cromática abre sus puertas este fin de semana. Una nueva iniciativa cultural que lleva gestándose varios años de la mano de Luis García-Cid, de una conocida familia de fabricación de instrumentos musicales.

El idilio de la pintura y la música a la vista - Foto: Yolanda Lancha

El Museo Cromática promete revolucionar la oferta cultural de Toledo gracias a su novedosa manera de disfrutar de una exposición. Ingredientes no le faltan para conseguir ese aderezo gourmet porque cuenta con una sede singular, 700 metros cuadrados en el convento de la Inmaculada Concepción, un edificio con mucho pasado histórico, obras de setenta artistas nacionales e internacionales que han plasmado instrumentos pintados que podrán disfrutar los espectadores todos los días de la semana mientras degustan una copa de vino o un refresco. Además, esta selecta muestra se completará con actuaciones musicales diarias.

«Es un museo único porque no hay otra iniciativa igual que plantee una propuesta artística con instrumentos musicales pintados», explica Luis García-Cid Roncero, su fundador y director, el adalid de un proyecto que se gestó hace veinte años en su cabeza y ha costado unos tres sacarlo adelante, incluido el retraso provocado por la pandemia y el baile de fechas de su inauguración, en principio planteada para el pasado 27 de marzo, que se ha pospuesto hasta este fin de semana por las restricciones sanitarias.

El museo se plantea en un amplio espacio del convento de clausura, en parte de los antiguos palacios de Galiana, «en un edificio único, con mucha historia, en el convento madre de la Inmaculada Concepción». Un escenario que parte como un gran aval para una iniciativa muy novedosa en la ciudad de Toledo que plantea una exposición de obras de artistas muy reconocidos como el japonés Teruhiro Ando; Enrique Donoso, Manuel Luna, Carmen Alquezar, Pablo Sanguino y una buena lista de pintores y artistas toledanos y de la región.

El idilio de la pintura y la música a la vistaEl idilio de la pintura y la música a la vista - Foto: Yolanda LanchaEn principio, García-Cid, la cuarta generación de una conocida familia toledana -de Villacañas- dedicada a la fabricación y venta de instrumentos musicales desde 1875, planteó abrir el museo en un espacio de 200 metros cuadrados en el Edificio Alcázar, en la cuesta de Carlos V, pero el proyecto cuajó enseguida en el convento de clausura porque «a las monjas les gustó mucho la idea» y comenzó a tomar forma y nombre. El fundador considera un acierto llamarlo Museo Cromática, ya que esta última palabra «se refiere a la escala de colores y a la musical», un buen matrimonio artístico para  mostrar «que los instrumentos musicales pueden ser grandes obras de arte».

  El museo se enfoca al disfrute del espectador que también pondrá a la venta la mayoría de sus obras, con lo que se asegura la renovación de la muestra cada pocos meses. García-Cid apunta que el proyecto se inaugura de la mano del madrileño Jesús Alcolea, músico y pintor, que estrenará la primera muestra de carácter temporal, ‘Iconos de la música’, una colección sobre la que lleva trabajando más de dos años como tributo a grandes iconos de la música.

La muestra va más allá porque también incluirá obras de reconocidos músicos y cantantes que pintan como hobbie. García-Cid ya se ha puesto en contacto con Luz Casal, Rafa Sánchez, vocalista del grupo ‘La Unión’, Manolo García y Joaquín Sabina, entre otros. Además, dispone ya de una obra de la presentadora Miriam Díaz Aroca, a la que define como una «virtuosa pintora», otra de Tino di Geraldo, un famoso músico, y de Pedro Andrea, considerado el mejor guitarrista del mundo en 1996.

García-Cid también contactó hace tiempo con Camilo Sesto, pero su muerte hace poco más de dos años frustró la idea de colaborar y contar con una pieza suya pintada para el museo.

La colección ofrece un gran protagonismo al piano de cola  Beschtein del 1896, procedente de la ópera de Londres, pintado por Carlos Galván.  «La pieza más valiosa» del proyecto», según comenta su director.

García-Cid cree que el Museo Cromática se hará con un hueco destacado en la agenda cultural de la ciudad por su atractiva oferta. El espectador podrá disfrutar de las colecciones en un espacio singular, «dentro de un convento de clausura», que cuenta con una rica decoración de yeserías de la mano de un grupo de artesanos marroquíes que han convertido el espacio «en una maravilla».

Las instalaciones reservan un espacio para actuaciones musicales, que se celebrarán a diario, y a una barra de bar para compartir un buen vino, de refrescos y de cócteles. La novedad, en ese caso, es que los turistas y toledanos que se acerquen al museo podrán contemplar la exposición con una copa en la mano.

El Museo Cromática abrirá todos los días de la semana en horario de mañana y tarde, de 10 a 20 horas. La entrada general tendrá un coste de 7,5 euros, e incluirá una consumición. El precio de la misma será de 12 euros si se opta por un cóctel. Además, cuenta con una tarifa reducida de 5,5 euros para mayores de 65 años y menores de 16 años. García-Cid también ha pensado en el interés que puede despertar la música en directo, ya que está previsto celebrar dos o tres actuaciones todos los días, y poner  en circulación un bono de fidelidad, con un precio de 5 euros por pase, para los interesados en pasar un rato de ocio y de buena música en las instalaciones con asiduidad.

El proyecto seguirá creciendo con el paso del tiempo. García-Cid tiene en mente plantear rutas turísticas, pero la idea tendrá que esperar porque ahora toca centrarse en la apertura del museo el próximo sábado, «se permita o no la inauguración» en función e la situación epidemiológica. En principio, tiene previsto estrenar la sede con la visita de autoridades políticas y de otros ámbitos, siempre que la administración sanitaria lo autorice, pero si no es posible el museo comenzará su actividad sin acto protocolario y con las medidas de seguridad y de aforos dictadas.

La música pone sus notas, instrumentos y su historia al servicio de la pintura, un arte rítmico y musical... Un matrimonio idílico.