Al pan pan

Antonio Abril
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Su secreto es hacer las cosas de siempre, aunque "tratando ­–dice Alex– de llevar el producto a la máxima expresión de la excelencia". Como sus torrijas, en mi opinión espectaculares, y claro ejemplo de esa filosofía

Al pan pan - Foto: Javier Pozo

Unas treintena y cinco personas integran en la actualidad la plantilla de Catapan. Más de doscientos productos distintos, en relación con la panadería, repostería, pastelería y bollería de mantequilla, todos de elaboración propia, conforman la oferta que pone a diario a disposición del público de Guadalajara. Solo de pan el cliente puede elegir entre unas veinte variedades distintas. Eso sí, todas elaboradas con masa madre. «Nosotros no sabemos hacer el pan de otra forma que no sea con masa madre», me dice Alex, quien junto con su esposa Marisol fundó la empresa en septiembre del año 2000. 

Una hermana de Marisol está casada con un panadero. «De los de toda la vida. De Abejar, Soria», apostilla Alex. «Con él aprendí el oficio, de manera totalmente artesanal, cien por cien y con elaboraciones a la antigua usanza», apunta. 

Ante un producto como el pan, que se estaba industrializando en exceso, Marisol y Alex pensaron que podían ofrecer un pan de calidad a Guadalajara y entendían que había un hueco para ello. «Es lo que nos llevó a montar una panadería», me cuenta. 

Hoy Catapan tiene cuatro panaderos en nómina, pero no todo fue siempre así. Más de un año estuvo Alex elaborando él solo el pan con la ayuda de Marisol. «Se han pasado momentos muy difíciles –afirma–. Al principio estábamos mi mujer y mi madre, que despachaban, mi padre y yo», añade.

Alex es de esas personas que llaman al pan pan, ¡cómo no! Y al vino vino. Diría que no admite medias tintas y que tiene una confianza ciega en sí mismo y una fe absoluta en sus posibilidades. Se nota cuando hablas con él. Son impresiones mías. Me llevan a ellas esa manera suya, tan taxativa, de expresarse.

¿Te sorprende la situación que habéis consolidado tras estos veinte años?, le inquiero. «Para nada. Está mal decirlo pero lo que es la empresa hoy está escrito por mí en el plan de viabilidad que elaboré en 1999. Nosotros éramos novatos en esto y los bancos y las financieras nos exigieron un plan de viabilidad. Lo guardo con mucho cariño, en él está escrito el desarrollo que iba a tener Catapan y las diferentes etapas por las que iba a ir pasando. Todo se ha ido cumpliendo tal cual lo dibujé en él», me responde.

Evidentemente vendiendo solo pan no se hubiera convertido en la empresa que es hoy. «Teníamos que vender además otros productos con otro valor añadido. En Catapan se elaboran a diario más de doscientos productos distintos». En ello y en mantener los procesos artesanales en la elaboración de los mismos está la base del éxito.

¿Quién iba a pensar que la crisis se iba a dejar sentir en una empresa que se basaba en productos que forman parte de la dieta diaria? Pues sí. «A nosotros la crisis de 2008 nos llegó unos años más tarde, en el 2012», reconoce Alex. Ello les llevó a replantearse el futuro. Es cuando surge Catapan Salado. «Nos sobraba gente, entonces valoramos entre despedir o montar otra cosa para poder mantener al personal. Aunque eran momentos de crisis y el paro estaba desbordado, montamos lo de la comida para llevar y, la verdad, contentísimos con los resultados», asegura.

Alex nunca tuvo nada que ver con el sector. Con veintiún años salió de Covaleda (Soria), su pueblo natal. Allí, desde los dieciséis, llevaba con su madre una pequeña tienda de ultramarinos. Se marchó a Madrid, se compró un camión y estuvo repartiendo cerveza El Águila. Casi cinco años. En 1991 se instaló de manera definitiva en Guadalajara, montó una empresa y se dedicó a realizar cubiertas para naves industriales. Eso sí, siempre acompañado por Marisol. «Llevamos juntos desde los quince años», me dice. Su voz desprende orgullo.

María, veintiséis años, y Óscar, veinticuatro, son los dos hijos del matrimonio. «María además de trabajar en lo suyo, Comunicación Audiovisual y Periodismo, se ha implicado en la empresa y lleva las redes sociales y la venta online. No sabemos qué pasará en el futuro, por mí mejor que siguiera con sus cosas. Es muy difícil ser empresario en España». 

Lo dice Alex, con pleno conocimiento de causa, y habiéndole salido todo a pedir de boca.