Maserati celebra este año el 55 aniversario del Ghibli. En noviembre de 1966, el coche hizo su estreno a nivel mundial en el Salón del Automóvil de Turín. El coupé biplaza, diseñado por Giorgetto Giugiaro, encarnaba una nueva interpretación del concepto de automóvil gran turismo. El nombre evocaba al de un viento, una tradición que continúa hasta el día de hoy con el Grecale, parte de la nueva era de la marca del Tridente.

El Ghibli es un viento cálido del norte de África que transporta consigo una gran cantidad de arena. La decisión de tomar su nombre no fue casual, y se tuvo en cuenta tanto la velocidad del coche como la calidez de sus especificaciones.

En su presentación, Maserati propuso un modelo con una apariencia deportiva pero sin ostentación. El motor era de nuevo diseño, basado en la experiencia de la reputada unidad de 8 cilindros utilizada en el Mexico, y era capaz de desarrollar una potencia de 330 CV.

Los 55 años del Maserati con nombre de vientoEl diseño se puso en manos de Ghia, que más adelante contó con Giorgetto Giugiaro en su equipo. El detalle más significativo que marcó el cambio decisivo respecto a los predecesores del Ghibli fue la integración de los volúmenes: no había distinción entre la carrocería del automóvil y el habitáculo; no estaban separados ni superpuestos, sino que estaban unidos como en una sola superficie.

El Ghibli llegó al mercado en 1967. Al año siguiente se rediseñó su interior y también se podía equipar con transmisión automática y con una caja de cambios de 5 velocidades. A partir de 1969 también estuvo disponible la versión Spyder, que llevaba una capota rígida retráctil. Un año después, ambos modelos se ofrecieron con un motor de 4.900 cc, tomando el nombre de Ghibli SS.

Entre 1967 y 1972 fueron producidas 128 unidades del Ghibli Spyder y más de 1.200 del Ghibli coupé: uno fue comprado por Henry Ford (nieto del fundador), quien lo colocó en el vestíbulo del Centro de Desarrollo de Productos de Ford, en Detroit, como ejemplo a seguir y fuente de inspiración.