Ya hemos dejado consignado que la creación del Boletín Eclesiástico de la diócesis en 1859 se encuentra entre las medidas más importantes adoptadas por don Francisco de Paula Benavides una vez nombrado obispo de Sigüenza.

La importancia de dicha publicación como fuente para la historia ya fue puesta de manifiesto por Fray Toribio Minguella, precisamente al trazar la biografía de nuestro personaje en las páginas del tomo III de su Historia de la diócesis de Sigüenza y de sus obispos, publicada en 1913. A este respecto, el prelado historiador confiesa que toda la información necesaria para su labor la había encontrado en los volúmenes del Boletín Eclesiástico de la diócesis correspondientes a los años de la prelatura seguntina del señor Benavides, pues, desde su creación, en las páginas de dicha publicación se consignan todos los actos públicos de los Prelados y los acontecimientos más sobresalientes acaecidos cada año en el obispado. 

Pero es que, además, un análisis detenido del contenido del Boletín Eclesiástico no sólo pone de manifiesto lo acertado de la aseveración de Fray Toribio Minguella, sino que nos permite constatar que en sus números se han ido publicando, entre otros documentos de gran importancia para reconstruir la historia contemporánea de la diócesis los siguientes: las Encíclicas y demás disposiciones de la Santa Sede; las disposiciones oficiales del  Gobierno y otras autoridades civiles sobre asuntos eclesiásticos; los escritos, mandatos, preceptos e instrucciones de los prelado y de los otros organismos de la diócesis; las pastorales del obispo diocesano y las colectivas de los prelados de otras diócesis; y un largo etcétera. 

Todos ellos en su conjunto nos permiten, por una parte, conocer y entender mejor en general la relación entre la Iglesia católica y los sucesivos Gobiernos de España desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días en el ámbito estatal. 

De esta manera es más fácil explicar tanto la mutua colaboración como los enfrentamientos entre el poder civil y el religioso a lo largo de toda la época contemporánea. 

Ejemplos de unos y otros tenemos varios. No sólo los más paradigmáticos como los de 1868 y 1873 en los que los obispos reclamaron y protestaron ante las Cortes por los proyectos legislativos que pretendía una separación total entre la iglesia y el estado. También podemos traer a colación la evolución de los choques y acuerdos de la Iglesia con los partidos y Gobiernos que han cuestionado en diferentes periodos la actuación de las instituciones eclesiásticas en un aspecto tan importante como el de la enseñanza. 

Y ya en el ámbito provincial, la consulta de los boletines eclesiásticos no sólo nos posibilita reconstruir las relaciones que los sucesivos obispos y las diferentes instituciones diocesanas (desde el Cabildo catedralicio hasta cada uno de los párrocos de cualquiera de los pueblos) mantuvieron con las diferentes autoridades provinciales, sino que en ellos encontraremos suficiente información como para identificar a todos los eclesiásticos de la diócesis de los últimos casi doscientos años. Así, en ellos podemos encontrar no sólo quiénes fueron cada uno de ellos, sino también saber durante cuánto tiempo desempeñaron los diferentes cargos y destinos que tuvieron en la diócesis.   

En definitiva, y para no alargarnos más, considero que la consulta de estos boletines es imprescindible para cualquiera que quiera acercarse a la historia contemporánea de la provincia.

Como ilustración se acompaña la portada del primer número del Boletín Eclesiástico del obispado de Sigüenza, aparecido el 2 de abril de 1859.