D. Francisco de Paula Benavides y Fernández de Navarrete

Plácido Ballesteros
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Guadalajara en 'La Ilustración Española y Americana'

D. Francisco de Paula Benavides y Fernández de Navarrete

La Ilustración Española y Americana llevó a la portada de su edición del día 15 de junio de 1875 el retrato de don Francisco de Paula Benavides y Fernandez de Navarrete, entonces obispo de Sigüenza, con motivo de su nombramiento como Patriarca de las Indias. Acompañaba al grabado una breve reseña en páginas interiores, que reproducimos a continuación, en la que se destacaba la importancia de la noticia, firmada por Eusebio Martínez de Velasco, el reportero encargado de comentar para los lectores los grabados que ilustraban las informaciones recogidas en aquel número: 

«En la reciente presentación de prelados hecha a la Santa Sede por el Gobierno de S. M. el Rey, aparece nombrado el Excmo. e Ilmo. Sr. D. Francisco de Paula Benavides y Navarrete (véase su retrato en la plana primera), actual obispo de Sigüenza, sufragáneo de Toledo, para la alta dignidad de Patriarca de las ludias y Vicario general del ejército y armada. 

Nació el Sr. Benavides en Baeza, el 14 de mayo de 1810; consagróse al estado eclesiástico, y siendo deán de la Catedral de Córdoba fue presentado para la silla episcopal de Sigüenza, en 28 de agosto de 1857, y preconizado por Su Santidad en el Consistorio celebrado en Roma el 21 de diciembre, recibiendo consagración en Madrid, en la iglesia de Señoras Comendadoras de Santiago, el 14 de marzo del año siguiente. 

Por sus notorias virtudes es considerado como uno de los más dignos obispos de España, y por su reconocida ilustración ha merecido que las Academias Española y de la Historia le hayan admitido en su seno, en clase de individuo correspondiente. 

El obispado de Sigüenza tuvo origen durante la dominación de los godos, y fue restaurado por el conquistador de la ciudad, el rey D. Alfonso VI».

Como se ve, una información muy escueta que hoy necesita algún comentario para explicar el verdadero alcance de la noticia.

El Patriarcado de las Indias, el cargo al que fue promovido el obispo de Sigüenza, era un título honorífico de la Iglesia católica, tradicionalmente ocupado por prelados españoles, creado al poco tiempo del descubrimiento de América, que conllevaba ya en el siglo XIX también funciones religiosas en Palacio como capellanes mayores y, además, tenía atribuida la jurisdicción religiosa en el ámbito militar como arzobispado castrense. Nombrado entre la terna propuesta al Vaticano por el primer gobierno de Alfonso XII, hemos de pensar que el señor Benavides era un personaje de la máxima confianza del entorno del nuevo monarca. 

En lo referente a la biografía de don Francisco de Paula y su labor en nuestro obispado, apenas esbozadas por el articulista de La Ilustración…, contamos con las páginas que a este prelado le dedicó fray Toribio Minguella y Arnedo en su monumental Historia de la diócesis de Sigüenza y sus obispos (1913), al que seguiremos en las notas que siguen.

El hecho de que el señor Benavides recibiera la consagración como obispo de Sigüenza en la Real Iglesia de Comendadoras de Santiago de Madrid tiene su explicación en una elección personal del nuevo obispo, que era Caballero del hábito de Santiago. 

Como quiera que se retasó en su traslado a Sigüenza, tomó posesión de la Silla episcopal en su nombre el Deán de la Catedral seguntina, don Mariano Juárez, el día 17 de marzo de 1858. Una semana después, el día 26, que era Viernes de Dolores, el nuevo prelado hizo su entrada solemne en la capital diocesana. Los actos se desarrollaron con todo el ceremonial de costumbre (entrada en la ciudad sobre caballo blanco, recibimiento por el Dean y Cabildo, los restantes miembros del Clero, las autoridades civiles de la ciudad y otras poblaciones de la diócesis, acompañamiento por un gran número de fieles, etc.). Entre todas aquellas galas, las crónicas del momento destacaron los hermosos carteles de bienvenida escritos en hebreo, griego, latín y castellano, elaborados por los seminaristas. Entre los que destacaba ya Narciso Martínez Izquierdo, que con el paso de pocos años se convertiría en uno de los miembros más destacados del episcopado español.

Fueron las décadas de episcopado seguntino de don Francisco de Paula, entre 1858 y 1875, bastante complejas en el terreno político en cuanto a las relaciones del Papado y los obispos de diversos países con las autoridades civiles de sus respectivos estados. En el primer caso, por la ocupación por parte del entonces naciente Reino de Italia de diversos territorios pertenecientes a los Estados Vaticanos. Asunto en el que el señor Benavides fue uno de los prelados que más abiertamente apoyó al Sumo Pontífice Pio IX, con la donación de una importante suma económica incluida, en la defensa de los derechos del Papado sobre el territorio vaticano. En el ámbito español, nuestro personaje, si bien no perteneció nunca a ningún partido político lo que facilitó sus relaciones con todas las autoridades de diferentes gobiernos, gozó de la confianza de los sectores más conservadores del entorno de la reina Isabel II. De esta manera, en 1863 la reina le concedió la Gran Cruz de Isabel la Católica; y en 1864 fue nombrado Senador.

En la esfera pastoral compaginó diversas visitas a todos los arciprestazgos de la diócesis con dos viajes a Roma, el primero en 1862 para asistir a la canonización de los mártires de Japón y al Beato Miguel de los Santos; y el segundo para participar en el Concilio Vaticano I, en 1869. 

Todo ello completado con la elaboración de numerosas Cartas pastorales en las que difundía las enseñanzas de la Iglesia sobre diferentes cuestiones, que fueron publicadas en el Boletín Eclesiástico de la Diócesis, fundado por él en el año 1859. Entre ellas cabe destacar la publicada en 1865 con motivo del cólera, enfermedad que asoló todo el país, dirigiéndose especialmente a los párrocos y sacerdotes exhortándoles en el servicio y consuelo a los enfermos; o la de 1 de enero de 1869 condenando la ruptura del Concordato tras la revolución que depuso a Isabel II.

Posteriormente, tras su designación como Patriarca de la Indias, el señor Benavides y Fernández de Navarrete fue creado Cardenal con el título de San Pedro in Montorio en 1877; y en 1881 arzobispo de Zaragoza, cargo que desempeñó hasta su muerte en 1895.

El grabado con su retrato que publicó La Ilustración…  en 1875 con motivo de su nombramiento como Patriarca de la Indias es obra de Marcelo París, realizado sobre un dibujo del pintor Félix Badillo, natural de nuestra provincia; artista del que hablaremos en próximas entregas, pues tuvo una presencia destacada como dibujante en las páginas del semanario ilustrado.