Sinopsis oficial
Cordillera del Himalaya, año 1999. Quique, Clara y el pequeño Lucas, disfrutan de sus primeras vacaciones juntos en el norte de la India. Una noche, durmiendo al raso durante una tormenta, sufren un brutal ataque por unos bandidos. Horas después, Quique es rescatado por un nativo y trasladado a una remota aldea aislada en las montañas. Allí, incomunicado y sin posibilidad de regresar a la civilización, permanece hasta la llegada del invierno, que permite la formación de la única vía de salida de la aldea: el río helado. El camino de vuelta, lleno de peligros, en compañía de varios niños de la aldea, pondrá a prueba todo lo que Quique ha aprendido durante su estancia en el corazón del Himalaya.
La crítica -
Por Juana Samanes
Lo ha contado el propio director de la película, Salvador Calvo, la inspiración de este filme surgió cuando planificaba un viaje a la India y descubrió que había una zona en el norte que la denominaban popularmente como "el triángulo de las Bermudas de ese país" por la cantidad de personas desaparecidas. A partir de ahí, y junto Alejandro Hernández, investigaron sobre el "Himachal Pradesh", descubriendo una región a la que acuden muchos jóvenes mochileros atraídos por la facilidad con la que pueden adquirir marihuana y todo un reclamo para traficantes de droga, lo que ha generado serios problemas con la población local de esta tranquila región de tradición budista y sij. De ahí surgió este thriller de aventuras
Durante unas vacaciones por el Himalaya unos turistas españoles, una pareja y el hijo de ella, sufren un brutal ataque por parte de unos bandidos que solo dejan vivo al joven Quique, que será rescatado por un nativo. Este tendrá que permanecer unos meses en una aldea remota mientras sueña con que se haga justicia.
Rodada en parajes fantásticos de la India y Canarias, el relato de los peligros a los que se pueden enfrentar intrépidos viajeros occidentales en lugares recónditos es toda una llamada a la prudencia pero, seguramente, no era ese el objetivo de sus responsables sino narrar el contraste entre dos miradas y planteamientos de vida tan diferentes como el de un ciudadano europeo y un asiático que vive en un remoto lugar, por tanto el viaje no sólo físico sino personal que experimenta un hombre cuando conoce la muerte, de primera mano, y tiene que afrontar el peso de la culpa, una mochila que indefectiblemente llevará ya a cuestas toda su vida.
Sobre el joven actor Miguel Herrán gravita el peso de este relato que habla también de solidaridad y de perdón. El interprete supera con creces este reto, a pesar de que se intuye que las condiciones de rodaje, a bajas temperaturas y en parajes helados, no debieron ser fáciles. En concreto algunas secuencias las filmaron a 6.000 metros, una altitud y 18 grados bajo cero.
La película también describe el exotismo de los monasterios budistas que tanto atraen a jóvenes neohippies de todo el mundo, todo ello bien reflejado por el diseñador de producción Antón Laguna